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Anfiteatro de Stefano

Manual de supervivencia 2.0

Cuando ves algo que no es, lo primero que haces es sospechar, aunque sea un poco. Psicológicamente estamos armados de tal manera para desconfiar de todo y de primeras. Pero si lo ves, es porque está, y si está, es que no hay fe que valga.

No recuerdo dónde lo dejé

Es como si alguien me lo hubiese escondido y la verdad es que me cuesta recordar en que lugar lo puse. No te rias. En serio, para. No recuerdo dónde lo dejé por última vez.

Para qué saltar

Desde aquí arriba se ve todo desde otro ángulo, desde otra perspectiva. Aquí da el viento y la brisa calma las ganas de volver a hacerlo. Para qué si, total, cuando llegue abajo el golpe me volverá a partir alguna extremidad y ya no me queda salud para hacerlo.

Roma no es siempre el camino

En cada uno de nosotros hay algo más. No es tan fácil mirarnos por dentro como hacerlo desde arriba. Desde esta perspectiva es donde vemos todo con otro tono, con otro color, con otra altura. Como si viésemos una ciudad.

No te creas lo que te digan

No te creas lo que te digan. Es el primer error antes de no poder volver atrás. Tú simplemente no te lo creas, porque finalmente no te va a servir de nada. Ni te va a reportar beneficios económicos ni mucho menos sentimentales, que de esos escasean últimamente por estos barrios.

El pacto de la vergüenza

Ese pacto. Todos saben al cuál me refiero. Ese donde una cosa con patas que respira es tratado de eso, de cosa.Lo siento. Te vamos a enviar a tu país que aquí somos muchos y sobras. Comete tú las bombas mías que a mi me da la risa.

Jurisprudencia en crisis

No me dejes más indirectas. Te lo estoy diciendo de una manera correcta, sino tendremos problemas. Para ya con las llamadas a destiempo y deja tus argumentos en tu casa, porque no te van a servir conmigo. O bueno, quizás sí.

El polémico invitado

El Euribor, el índice que mide el interés al que se prestan dinero entre sí los bancos más importantes de la zona euro, está en sus peores días; en esos en los que el médico te da fecha de caducidad y no hay tanta agua de Lourdes para curarlo.

Ni siquiera hemos empezado

Ni siquiera hemos empezado y tenemos fecha de caducidad. Así de claro, tal cual lo oyes. Tan frío como suena y tan verdadero como frío. Ahora que todo está empezando es cuando sé que esto no va a ser un para siempre, un eternamente juntos o un hasta que la muerte nos separe (para los más corderitos). No me llamen cobarde, mejor previsor. Nada es para siempre como diría aquel, el café se enfría, el cigarro se apaga, el tiempo pasa y las personas cambian pero contigo no habrá mucho tiempo para que se enfríe el café. Hazme caso.

Hay cosas que no nos acaban de llenar

Hay cosas que no nos acaban de llenar. Todos estarán de acuerdo conmigo, quizás porque seamos del sur, tengamos la sangre más caliente y seamos más simpáticos de lo normal cuando se nos acerca alguien qué ni siquiera conocemos. Pero oye, que igual también somos tontos.

No estás invitado

No estás invitado. En serio, puedes darte la vuelta e irte. No interesas a nadie incluso ni a ti mismo deberías interesarte. Y sí, soy yo quién te dice que no pintas nada aquí. Así que haznos un favor a todos y no nos molestes más porque no te queremos. No nos interesas.

No me mires, corazón

No me mires con esos ojos. Y menos ahora, que nos acabamos de conocer. Para, venga, por favor. No me hagas pensar cuando llegue a casa o darle el coñazo a la almohada porque diré que es tu culpa, que eso de señalar a otros se nos da de perlas. Por tanto, no me mires así porque ni siquiera ha pasado eso a lo que la humanidad llamó tiempo para cuantificar la cantidad de momento. Y contigo, momento, no hay.

¿En qué no se equivocó Varoufakis?

Todos sabrán quién es un tal Yanis Varoufakis y si no lo saben busquen en Wikipedia, que para eso la creó Dios en el séptimo día…

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