Por Javier Montes, periodista
El director Rob Reiner, especialista en comedias románticas, imagino que leyó el guión escrito por T.M. Griffin y pensó: “Con esta historia me forro”. Cogería la agenda de teléfonos y llamó a Jennifer Aniston (en plena explosión de fama gracias a Friends), Kevin Costner (pasado ya de todas las vueltas posibles), Shirley MacLaine (para bordar otro papel) y a Mark Ruffalo (para tener al joven guaperas que necesita cualquier cinta de estas características). Con este coctel de actores archiconocidos preparó Dicen por ahí
Era el año 2005. ¿Resultado? Más que aceptable para lo que era de esperar.
Sarah Huttinger (Jennifer Aniston) no sabe qué hacer. Ha aceptado la propuesta para casarse de su novio Jeff (Mark Ruffalo) pero no está segura de la decisión que ha tomado. Se lo cuenta a su abuela Katharine (Shirley MacLaine) cuando coinciden en la boda de su hermana Annie, quien a su vez se sube al altar con su profesor de tenis. Respire que sé que es un poco lío pero si lo piensa es una tontería. Novia-novio, hermana se casa y abuela que escucha. ¿Me sigue?
La ceremonia se celebra en la imponente mansión de la familia de Sarah, en Pasadena, California. Mucho lujo. Sarah siempre ha pensado que no encaja para nada en ese entorno. Se dedica a escribir las esquelas en el periódico The New York Times. Su profesión de periodista se quedó en eso, muy lejos de los partidos de tenis que disputa su hermana en el club cercano a la mansión. Con quien parece que Sarah tiene más afinidad es con Katharine recuerde, la abuela- una señora sin pelos en la lengua que suelta las mejores perlas de la película. Ella le confiesa a su nieta que no es la única mujer de la familia a la que le entra pánico sólo de pensar en el matrimonio. Años atrás, la difunta madre de Sarah desapareció una semana antes de su boda junto a un joven apuesto Beau Borrouhts (Kevin Costner) con quien tuvo un affaire. Aquella historia-rumor corrió como la pólvora por Pasadena y llegó a ser reflejada en un libro y posteriormente en una película: El Graduado. ¡¡Sí, sí!! esa obra maestra en la que Dustin Hoffman borda uno de los mejores papeles de la historia del cine.
Atento querido lector que esto es lo que hace que esta comedia romántica típica de los Estados Unidos sea un poco diferente. Resulta que Dustin Hoffman es ahora Kevin Costner, que Katharine es Mrs. Robinson y que su hija es la madre de Sarah. Toma ya. ¿Sorprendido con este lío? Sarah quiere investigar ese entramado amoroso y acaba cayendo fácilmente en las sábanas del casanova de Dustin Hoffman, perdón de Kevin Costner (que hace así triplete), y poniendo en jaque el compromiso con su novio Jeff.
Si alguien piensa que es la segunda parte de El Graduado es mejor que se olvide y no vea la cinta pero quien quiera echarse en el sofá y disfrutar de 96 divertidos minutos aquí tiene una alternativa.
Nota: me dice mi editor que 360gradospress cierra por vacaciones hasta septiembre así que aprovecho para desearles a todos ustedes un buen mes. Les echaré de menos.