No todo el ‘pop art’ fue el bote de la «Sopa Campbell»

A veces creemos que las casualidades son intencionadas, pero no es así. Las circunstancias, el tiempo y la memoria se alían para hacernos creer que lo casual es premeditado, o viceversa, que todo puede ser, aunque en realidad no deja de ser una ilusión que obra en el interior de nosotros mismos.

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El juego del azar ha hecho coincidir en Valencia las exposicionesdel Equipo Realidad, Antoni Miró y Juan Genovés, todos ellos artistas que, en los años setenta yochenta del pasado siglo¸ utilizaron la pintura como un elemento de críticasocial capaz de expresar su compromiso político y su lucha contra el franquismoy las desigualdades sociales. Mientras una coincidencia fortuita ha hecho que estasexposiciones copen gran parte del espacio expositivo público valenciano enmedio de una desaforada crisis económica como la que vivimos, el tiempo y lamemoria nos han hecho comprobar que muchas de las temáticas que aparecen enestos cuadros siguen estando  vigentes. Paralelismosde la realidad o el tiempo cíclico. Ojalá el contemplar estas pinturas tuvieraun efecto espejo para el espectador y le invitara a la toma de conciencia,  como ocurrió hace cuatro décadas. Ello nosllevaría a reflexionar sobre el compromiso social del artista, el diálogo entrela obra y el espectador, la interacción, o el arte como arma política paracambiar la sociedad.

 

El artista es hijo de su tiempo y debe reaccionarante él. Es algo obvio. Tiene un compromiso ético, una ética de laresponsabilidad frente a la sociedad y su entorno, aunque gran parte de losartistas actuales prefieren ignorarla. Vivimos inmersos en una corriente depensamiento blando en el que, exceptuando honrosas excepciones, se prefiere ellamento a la acción, el sueño al objetivo, el anhelo escatológico del más alláa la posibilidad de cambiar el mundo en el más acá. Opciones libres, comodidado pensamiento neutralizado, que de todo hay. Y que conste que no trato de hacerun alarde de alharacas de librepensador comprometido ni de ñoño utópiconostálgico próximo al abuelo Cebolleta. Nada de eso. No hace falta tener muchasluces para descubrir  que son muy pocoslos artistas españoles comprometidos con su aquí y ahora dispuestos a utilizarlas disciplinas artísticas, ya sea desde lo formal o desde el contenido, comoun medio activo para cambiar el mundo.

 

El EquipoRealidad lo intentó en su momento y marcó una época de la pinturavalenciana de la segunda mitad del siglo XX. Prueba evidente de ello es laexposición que podemos ver hasta finales de enero en La Nau. Integrado por JordiBallester y Joan Cardells,y  adscrito a la corriente valenciana dela Crónica de la Realidad, creada por VicenteAguilera Cerni e impulsada por TomásLlorens y el movimiento EstampaPopular, este colectivo se adentró en los terrenos del realismo crítico quesurgió en nuestro país en la década de los sesenta para reaccionar contra elinformalismo e introducir la nueva figuración francesa y el Pop Art.

 

 

Atraídos por la imagen de la realidad, no por larealidad en sí, y partiendo de las imágenes de la cultura de masas y de laimagen fotográfica de lo cotidiano, el Equipo Realidad desarrolló una pinturade fuerte carga satírica que denunciaba, y aún denuncia, la guerra, laintolerancia, el totalitarismo, la función del arte, el consumismo o el modelopequeño-burgués. Para este colectivo la pintura fue crítica social y compromisopolítico. Un vehículo para mostrar la distancia entre la España real y laEspaña oficial del franquismo a través de sus imágenes. Creyeron que el arteera un agente del cambio social que podía transformar la estructurapolítico-social. Este fue el pensamiento, la realidad fue otra. Pero lointentaron y mientras desarrollaron su pintura estuvieron convencidos de susanhelos.

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La exposición de La Nau hace un repaso de las dosetapas del colectivo durante sus diez años de existencia, desde 1966 a 1976. Dela primera etapa, centrada en la crítica de la sociedad burguesa con graninfluencia del pop art, podemos contemplar obras como Entierro del estudiante Orgaz, Divinaproporción, El palco, Il matrimonio; de la segunda época, centradaen ciclos temáticos muy reflexivos sobre el arte, el retrato, la guerra, elfranquismo, podemos disfrutar de algunos cuadros memorables de las series Retrato del retrato de un retrato de…, Hazañas bélicas o Cuadros de Historia, esta última con obras sobre la Guerra CivilEspañola y el impresionante Recepciónoficial, que cierra la exposición y pone punto y final a la trayectoria delEquipo Realidad.

 

Y por aquello de cerrar con más casualidades, resultacurioso que las exposiciones del Equipo Realidad, Antoni Miró y Juan Genovésestén coincidiendo en Valencia con otras muestras de artistas coetáneos como Andy Warhol  y  Manolo Valdés, también seguidores delpop art. Es como si el azar hubiese convertido a la ciudad en la capital delpop art. Una buena ocasión para comprobar que en este movimiento no todo fue elbote de sopa Campbell. Digo.

@manologild

Manolo Gil

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