energías de la huella
La pintora Victoria Cano inaugura en Valencia una muestra que reflexiona sobre cómo afecta la mano del ser humano en enclaves como la Albufera, Ciutat Vella o la flora valenciana. Fotos: Lidia Aparicio

Huellas en el entorno que perduran

¿Cómo condiciona la energía y la presencia del ser humano la configuración de entornos naturales como la Albufera de Valencia o de enclaves urbanos como el de Ciutat Vella? La Galería Cuatro de Valencia (C/ Nave, 25) acoge desde el jueves 7 de noviembre hasta el próximo 9 de diciembre la muestra ‘Energías de la huella’, de Victoria Cano, pintora y profesora de Bellas Artes en la UPV.

En un recorrido por dos espacios claramente diferenciados apoyados con iluminación ultravioleta, luz negra y luz cálida, la artista pretende abrir al visitante los universos de energía que deja el ser humano cuando suma su huella, su presencia y su protagonismo en el entorno que habita. Así, las 48 piezas que componen la muestra abren al espectador un torrente de emociones único para cada persona. En palabras de la artista, “mis producciones persiguen que la tela desaparezca para entrar en otro universo, una ventana que cada persona ve de forma distinta porque cada uno de nosotros dejamos una huella y formamos un universo diferenciado”.

Victoria Cano da un paso más en el estilo que define su trayectoria como artista, con el uso de fluorescencias y fosforescencias, investigación que lleva desarrollando desde hace años, materiales nobles como el carborundo, elementos traslúcidos, telas como el lino y referentes inspiradores como la flora, el medio natural, la luz diamantina del Mediterráneo y enclaves identificables como la Albufera o Ciutat Vella. Aunque el verdadero protagonista de la obra es el ser humano como testigo indirecto de su producción y como artífice de la energía que convierte en huella y cuyo perfil trastoca todo con lo que interactúa.

Perfiles humanos, naturaleza antropomórfica y energía

“Cuando veo el mar veo perfiles de personas; mis cuadros llevan una parte de las energías internas de cada individuo y se erigen en viaje interior de las personas apoyadas en la luz que proyecto sobre ellas”. Cano explica de esta manera la presencia de perfiles de rostros humanos integrados en las formas de su obra. Son esencia que le aporta la conexión entre las personas con los entornos que inspiran su obra antropomórfica.

En la misma línea, la huella humana que proyectan sus cuadros reside en la energía, en la de la luz y en la de las tonalidades lumínicas que recaen en los “universos” de su producción. “Sin energía no hay huella; no existe el color, sino la luz”, matiza la artista.

Los libros o la huella de la persona que no está

Otro de los atractivos de la muestra se apoya en una instalación compuesta por 15 libros. Confeccionados a partir del mismo estilo lumínico, la misma energía y la misma huella, Victoria Cano recurre a materiales adicionales como las transparencias para formar una biblioteca de pared camaleónica, capaz de transmitir las emociones propias de los libros desde su punto de vista más personalista. “Los libros transmiten la huella de la persona que no está”, reflexiona la también profesora de Bellas Artes de la UPV. Asimismo, la artista indica que “los libros no desaparecen, se quedan”.

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