Envidia

Cuando una feria taurina se consolida como una de las ferias más atractivas del verano y con el paso de los años, otra le quita ese sitio, la sobrepasa, es normal que el público de la primera sienta, como mínimo, envidia. En esta circunstancia queremos poner el acento en el nuevo número de 360 Grados Press.

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Se apostó por mayor diversidad de toreros y tambiénpor ganado diferente en la Feriade Santiago, celebrada en la plaza de toros de Santander la semana pasada. Ycuando se apuesta por un abono variado, puede ocurrir lo que ocurrió en el cososantanderino, que el balance del serial no ha sido del todo negativo y tuvomomentos de gran interés. Es el caso de los triunfossonados de Javier Castaño, Luis Bolívar, Manuel Escribano, Padilla, Perera,Morante, Juan del Álamo, Antonio Ferrera, Iván Fandiño, Jiménez Fortes y delrejoneador Roberto Armendáriz.


Incluso, podemos hablar de una feriainteresante con grandes momentos de disfrute para los aficionados como el de lafaena de Morante de la Puebla,la de Perera, la de Juan del Álamo o la de Luis Bolívar a un toro de VictorinoMartín. El resultado es bastante positivo, pues hubo cuatro actuaciones de grancalidad. Sin embargo, en otras plazas, a pesar de haber ocupado un sitiopreferente en las corridas de toros de cada verano hasta hace unos años, lasfaenas realmente buenas se cuentan con tan solo dos dedos y ni eso, porque noha habido ninguna faena de dos orejas y con rotundidad; salvo la del novilleroRomán, que rayó a gran nivel y bien merecidas se las tenía independientementede la decisión errónea del presidente. Pero esto es lo que sucede cuando lacorrida mejor presentada del abono resulta ser la lidiada en el festejo derejones.


Ya ven, en una feria se disfruta detardes entretenidas y dignas, aunque también hubo faenas insípidas -pues notodo puede salir siempre perfecto-, y en otros ciclos taurinos se toma a losaficionados por el “pito del sereno” ofreciéndoles ganado impresentable, comoel de Garcigrande y Domingo Hernández que salió por la puerta de chiqueros enel mano a mano de Juli y Manzanares, o haciendo caso omiso a la peticiónmayoritaria del público de que se devolviera a los corrales el sexto astado.Lejos de cambiarlo, hubo que tragar, como siempre. Y una cosa es tragar y otraque el respetable -que no respetado- sea tonto.


A los asistentes a esa otra feria queseguro que los lectores ya han adivinado cuál es, ya les hubiese gustadodisfrutar al menos de la mitad de buenas faenas. Y es que quizá, todo hubiesetenido otro desenlace si para empezar, el serial no se hubiese basado sólo enmano a manos sin sentido con diestros que no tenían la necesidad de “picarseentre ellos”. ¡El buen entendedor que entienda!


@egasensi

Foto: Plaza de Toros de Santander

S.C.

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