KonMari
Desligarse de objetos que no suponen nada a nivel emocional puede ser una buena opción en pos de mantener un orden en el hogar y deshacerse de sentimientos negativos como el estrés o la ansiedad. Fotos: MARGA FERRER

Despedidas que ayudan a ordenar

David Casas
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Si la relación con vuestra pareja o vuestra familia se ha visto fortalecida, las heridas del pasado han cicatrizado y vuestras casas se han convertido en hogares gracias a la organización de los elementos que componen vuestro espacio, seguramente os hayáis visto envueltos ya por el halo de bienestar y de paz que promulga el método KonMari.

Este sistema, creado por la consultora y empresaria japonesa Marie Kondo, la denominada gurú del orden, aúna la filosofía oriental, el feng shui y el coaching inspiracional para ayudar a todas aquellas personas que han perdido el norte en la organización de su casa, lo que les supone estrés y malestar con quienes comparten convivencia. Además, promueve que la sensación de felicidad y de relax no provenga únicamente del resultado, sino que acompañe todo el proceso.

Para ello, recomienda seguir rituales como, por ejemplo, saludar al hogar cada vez que entramos por la puerta o dar las gracias por los buenos momentos que nos han hecho vivir los objetos que ya no utilizamos antes de darlos de baja.

Kondo aporta lecciones vitales a la hora de tomar la decisión de ordenar la casa desde la base: aceptar el cambio con actitud positiva; la desorganización se puede apoderar de nuestra relación con el entorno y las personas que se encuentran en él, lo que puede suponer un trato indebido protagonizado por el mal humor o, incluso, la violencia, o si algo no nos hace felices, debemos tirarlo o regalarlo, ya que en ese momento ya no nos conecta ningún sentimiento agradable a él.

El ‘mindfulness’ es positivo; ese concepto de ‘dejar ir’, de despegarse de algo que ya no aporta nada en nuestra vida o que nos supone malestar para dignificarnos como personas merecedoras de felicidad; de ‘vivir el momento presente’, el ahora, y no quedarse estacados en el pasado”, resalta Felipa Gea, psicóloga y neuropsicóloga.

Un método ligado a las sensaciones, que aboga por el minimalismo y la austeridad, del que se están haciendo seguidores millones de personas en todo el mundo, pero que también tiene detractores por consejos tan drásticos como no tener en casa más de 30 libros. “Lo importante no es deshacerse de mucho para quedarse con poco, sino más bien tener el control de las cosas que poseemos: que cada elemento tenga su lugar y sepamos en cada momento dónde se encuentra o cuál es su sitio para evitar la ansiedad de las búsquedas desesperadas”, valora Manuel Ramírez, decorador e interiorista.

Por su parte, desde el punto de vista psicológico el beneficio de métodos como KonMari puede ser innegable, pero con matices. “Los seres humanos tendemos a buscar el orden y la coherencia, algo que para cada uno es diferente; y siempre desde el equilibrio, sin obsesionarse, ni pensar que ello te va a hacer sentirte 100% mejor, sino que va a ayudar a lograrlo. Ordenar con un sentido lógico para nosotros nos va a hacer que estemos más felices en casa y más a gusto, además de que nos obligará a focalizar nuestra atención en lo verdaderamente importante y a librarnos de lo que nos estorba y nos descentra”, indica Gea.

Las razones que, en muchas ocasiones, nos atan a objetos y nos dificultan deshacernos de ellos cuando no les damos utilidad son, por un lado, el materialismo, que nos hace creer que “tener más es mejor, por lo que asociamos un gran valor a los objetos y tirarlos se convierte en una especie de fracaso”, valora Gea. Y, por otro, el sentimentalismo que le otorgamos a las cosas por haberlas comprado con ilusión, por desearlas desde hace mucho tiempo o que nos han reportado muchas satisfacciones durante una etapa de nuestra vida.

En este caso, se genera un recuerdo que nos hace crear un vínculo emocional con el objeto y cuando vamos a tirarlo, porque ya no nos gusta o nos molesta, viene a la mente esa vivencia que nos hace pensar que no es tan malo y que le vamos a dar otra oportunidad. O esa sensación de que ‘puede que en el futuro me haga falta y si lo desecho ahora puede que más adelante me culpe por ello’. O que nos fastidie tener que volver a comprar la misma cosa si la necesitamos por el valor que le damos al dinero. Todo está ligado a la inseguridad personal”, subraya la psicóloga.

A través del método KonMari o de otros similares, desligarse de objetos que no suponen nada para nosotros a nivel emocional puede ser una buena opción en pos, a su vez, de mantener un orden en el hogar, disfrutar de ese proceso y deshacernos de sentimientos negativos como el estrés o la ansiedad. Siempre, desde el equilibrio.

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