La temporada estival apareja un mayor riesgo de abandono de mascotas. La carrera para prevenir que este suceso se multiplique en los meses de vacaciones puede encontrar en el doble registro, tanto en el municipio de origen como en el de la segunda residencia, un elemento disuasorio.
Asimismo, la fórmula del censo genético, por la que ya optan numerosos municipios turísticos del ámbito nacional, complementa la información disponible de la población canina con la de su parentesco, entre otros indicadores válidos para colaborar con los cuerpos de Policía Local y las Fuerzas de Seguridad del Estado en la identificación de los propietarios que hayan cometido un delito de abandono o de maltrato animal.
En este sentido, Enrique Perigüell, CEO de ADN Canino, la primera empresa en España en ofrecer a los ayuntamientos el servicio de censo genético de mascotas, explica que “la tecnología nos permite hoy garantizar un mayor y mejor control de la población canina a través de una toma de muestras indolora para el animal, recogida directamente de la saliva”.
Además, el responsable subraya que “hacerlo significa una inversión para los dueños de perros que viajan y para los municipios turísticos que lo impulsan. Tanto para el control de los delitos reseñados -continúa Perigüell- como para prevenir otras situaciones de impunidad para aquellos que olvidan las heces de su mascota en la calle”.
“El registro genético permite un mejor control de la población canina con datos a los que el chip no llega, como los referidos al parentesco o la vigencia de la información del ADN del animal”, puntualiza.
Seguimiento real y control de la población canina española
Así, durante el verano y el resto del año los más de 5 millones de perros que hay en España tendrían garantizado un seguimiento más real, más eficaz y más actualizado que el que puede ofrecer el chip con el que actualmente se controla su población.
“El problema del chip es que se puede extraer, se puede manipular o se puede olvidar eliminarlo cuando el can fallece, por lo que la información que contiene plantea sesgos que impiden ser eficaces en el control de epidemias, censo y otras actuaciones como las preventivas o las sancionadoras para casos de abandono o maltrato”, señala Perigüell.
El caso de Ulises
Ulises es un mastín que sufrió el maltrato y el abandono en un contenedor de Málaga. Gracias a que el Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol ya había apostado por el censo genético a partir del ADN canino se ha podido investigar la línea de parentesco del animal para encontrar posibles coincidencias que permitan a las fuerzas de seguridad implicadas en la investigación dar con el propietario del animal.