Apps que hacen barrio
Las nuevas tecnologías crean lazos entre los vecinos. Foto: MARGA FERRER

Apps que hacen barrio

Patricia Moratalla

Periodista en 360gradospress.com
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Consuelo nació y creció en una pequeña localidad de la Serranía de Cuenca. Tras estudiar magisterio en Albacete se presentó a unas oposiciones en Madrid, hace ya tres años. Con mucho esfuerzo aprobó y se trasladó a la capital de España. La profesora recuerda lo duro que fueron los inicios, “ya no solo por el cambio de residencia, sino por la frialdad de los vecinos, tanto del propio edificio como del barrio. Nadie te miraba a la cara. Ni siquiera una triste conversación del tiempo en el ascensor”. Ni qué decir si necesitaba algún tipo de ayuda, Consuelo no sabía a quién recurrir: “Las distancias en Madrid hacían que no pudiera ni siquiera pedir un favor a mis compañeros de trabajo”.

¿Dónde ha quedado el espíritu de cooperación y hospitalidad de los barrios? ¿La ayuda que proporcionaba el vecindario, sobre todo cuando llegaba alguien nuevo? El ir y venir de gente, sobre todo en zonas turísticas en las que la gentrificación ha hecho estragos, junto con el ritmo de vida tan acelerado, han hecho que el anonimato y la soledad de la gente en las urbes se incremente. Un aspecto que acucian aquellas personas que se trasladan por primera vez a un barrio. “No pedía que me trajeran una tarta de bienvenida, como vemos en las películas estadounidenses, pero un “Hola, ¿eres nueva? Si necesitas algo, estoy aquí” sí que echaba de menos porque es una actitud que había visto toda la vida en el pueblo de forma totalmente altruista”, comenta Consuelo.

La profesora vive en Lavapiés, un barrio que pierde habitantes desde 2010 a favor de los turistas. Según el padrón municipal de Madrid, el distrito Centro registra más de 15.000 vecinos menos desde 2003, año en que empezaron a recoger estos datos. Una tendencia similar que se circunscribe a otros vecindarios similares como el Raval en Barcelona o El Carmen en València que hace años eran ejemplo de vida de barrio, en los que todo el mundo se conocía.

 

Apps que hacen barrio

 

Para paliar esta situación han surgido plataformas cuyo objetivo es impulsar la vida de los barrios en las grandes ciudades. Netxdoor es una de ellas, que supera los 200.000 vecindarios entre Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania e Italia. Según explican, se trata de “una forma moderna de facilitar las relaciones locales y fomentar la convivencia ciudadana”. En septiembre del año pasado aterrizaron en España, país en el que comprobaron que “el 52% de las personas está dispuesta a invertir una hora o más de tiempo al mes en su barrio”.

Por su parte, con el original nombre de ¿Tienes sal?, esta plataforma quiere “devolver la vida y la solidaridad” a los barrios españoles. Creada por Sonia Alonso y Christian Vollmann, forma parte de la startup Good Hood GmbH, impulsada en 2015, y se engloba dentro de un movimiento europeo con el objetivo “de volver a unir a la gente y devolver el color a las calles”.

“Conocí esta iniciativa cuando estuve viviendo en Alemania y la acabamos llevando a España, ya que vi que era necesaria, pues estábamos perdiendo los lazos vecinales en los barrios”, comenta Sonia Alonso. La app abría sus puertas en Madrid en junio del año pasado y en septiembre llegaba a Barcelona con el objetivo puesto en más ciudades como València y Zaragoza. De hecho, tiene éxito en barrios tradicionales como Lavapiés o Chamberí en la capital o en otros de más reciente creación como Rejas, donde ya registra 350 personas.

Según la cofundadora de ¿Tienes sal?, cuentan con más de 60.000 usuarios activos en España en un total de 467 barrios. La app posibilita que los vecinos y vecinas se conecten entre sí con el fin de ayudarse, ofrecer consejos, compartir objetos, etc. Así pues, entre sus funciones se encuentra desde recomendaciones locales hasta que la gente se preste servicios o la puesta en marcha de eventos.

“Se trata de una herramienta que ayuda a romper el hielo entre los vecinos, que ayuda a la gente que llega nueva al vecindario, y hacer que las relaciones sean más fáciles”, dice Alonso. Así, explica que, por ejemplo, en Chamberí se han ido conformando grupos que van a esquiar, bailar salsa o ir a la manifestación del 8M.

Por algunas de las finalidades, como el intercambio de cosas, estas plataformas pueden ubicarse dentro de la llamada economía colaborativa. De hecho, existen apps para ello como Lendi, la cual trabaja en Barcelona, y se define como un lugar en el que “compartir objetos, conocer vecinos, cuidar el ambiente y ahorrar dinero, tiempo y espacio”. Bajo el paraguas de un consumo responsable, su lema radica en “construir barrios más cooperativos y felices” y llevan a cabo, entre otras actuaciones, actividades para la lucha contra el plástico.

Las nuevas tecnologías están fomentando la soledad de muchas personas detrás de sus pantallas, pero también están ayudando a que el anonimato que se cierne en las grandes urbes vaya mitigándose gracias a este tipo de iniciativas. Recuperar el barrio de toda la vida, en el que la colaboración y la hospitalidad de la gente eran unas señas de identidad parece que se están recuperando.

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