Esta semana en 360 Grados Press visitamos una serie de exposiciones sobre la fotografía en el llamado séptimo arte que no sólo conceden protagonismo a los directores e intérpretes, sino que también ponen el acento en el mérito de los profesionales tras el objetivo para capturar el momento adecuado. Se trata del especial “Universos cinematográficos”.
Una alfombra roja se extiende ante los pies. Los pasos a dar a continuación marcan la entrada en el estrellato, literal y figuradamente. Durante ese camino, el bullicio de la multitud congregada alrededor de dicho tapiz abruma y los flashes de las numerosas cámaras allí presentes aturden. Sea como sea, el propósito es llegar hasta el final para regalar una última sonrisa y, a partir de ahí, centrarse en disfrutar a la par que dominar los nervios por la gala que va a comenzar. En líneas generales, así es cómo se deben de sentir los asistentes a los Premios Goya y esto mismo es lo que pueden experimentar quienes visiten la Sala Alta del MuVIM, donde se ha recreado la escena. La razón no es otra que la muestra Imagen de un sueño, que recoge el trabajo de Inés Barreda, una fotógrafa con más de diez años de experiencia persiguiendo el posado o el gesto idóneo en este tipo de eventos.
Las celebrities andan por doquier
Alejandro Amenábar, Natalia de Molina, Dani Rovira, Josefina Molina, Javier Gutiérrez, Concha Velasco o Antonio Banderas presumiendo de cabezón. Blanca Suárez, Paula Echevarría, Penélope Cruz, Maribel Verdú o Bárbara Lennie luciendo creaciones de alta costura. Álex Angulo, Belén Rueda, Ángela Molina, Fernando Tejero, Clara Lago o Elena Ballesteros derrochando felicidad por el paseo previo a la entrada oficial en la ceremonia. Los rostros conocidos no dejan de sucederse aquí, pero tampoco en la Sala Parpalló, donde se ubica Paseantes de Donostia. En este caso, la exposición es un homenaje a las más de 60 ediciones que ya suma el festival que ha convertido a San Sebastián en una de las sedes mundiales del cine. Una vez más, la forma elegida para ello es una recopilación de instantáneas. En concreto, de un centenar inédito en blanco y negro que da testimonio del star system nacional e internacional por las calles de la capital guipuzcoana formando parte de su cotidianeidad.
“Para los que conocemos (y adoramos) la ciudad, no es sólo un experimento evocador de lo que cada estrella o cada director despierta en nosotros. Es también un juego cultural, intentando adivinar la localización en que fue captada la imagen. Descubro La Concha y el ayuntamiento tras Travolta, la escalinata del Victoria Eugenia acogiendo a Ana Torrent, recuerdo la discoteca Ku entre bambalinas mientras aparezco espiando la actuación de Almodóvar y McNamara, reconozco el terciopelo de los sillones del María Cristina, los burós de sus salones, las cortinas tantas veces desplegadas para mirar la ciudad más bonita del mundo“, escribió Alaska a modo de prólogo para esta muestra organizada por el Museo San Telmo de Donostia en 2012 y comisariada por el fotógrafo Pedro Usabiaga.
Luces, cámara y ¡patata!
Y las fotografías no terminan en este punto. El hall del MuVIM también ha sido tomado por el trabajo de Jose Haro, quien ha recibido la confianza de directores como Julian Schnabel, Alejandro González Iñárritu, J.A. Bayona o Brad Anderson para inmortalizar rodajes y encargarse de las imágenes promocionales y los carteles de sus películas. Esta estrecha relación con el cine, un ámbito en el que Haro también se ha formado, le ha permitido desarrollar una visión intimista y exclusiva que ha decidido compartir en sociedad bajo el nombre de El sueño de andrómina, una exposición que comprende retratos de personajes uno de sus puntos fuertes y escenas de los largometrajes que, capturados durante una década, consiguen adentrar al público en otro espacio de la gran pantalla.
Un extra a mano alzada
Más allá de la fotografía, el MuVIM hace un guiño a la ilustración de la mano de José Segrelles, quien es considerado el artista valenciano más reconocido tras Joaquín Sorolla. Aunque la relación con el cine puede no ser evidente en la teoría, sólo hay que observar un par de sus dibujos para relacionarlos rápidamente con El señor de los anillos o El laberinto del fauno, entre otras producciones contemporáneas de carácter fantástico. Sin embargo, esta cuarta muestra trasciende el universo cinematográfico adquiriendo cierta independencia dentro de la producción temática, ya que comprende carteles de diferentes materias y obras para el sector editorial, las cuales consolidaron a Segrelles en la historia artística dentro y fuera de España.
Todas las exposiciones se pueden visitar en el MuVIM hasta el próximo 31 de mayo, a excepción de “El sueño de andrómina”, que finaliza el día 10 de dicho mes.
José Manuel García-Otero