Twitter, otra arma en Siria

El desarrollo y la proliferación de herramientas tecnológicas unidas a Internet ha revolucionado el mundo de la comunicación. En contextos de guerra, donde la devastación es el paisaje diario y las amenazas de muerte llaman a la puerta de casa cada mañana, los contenidos compartidos en redes sociales y la información ciudadana han conseguido sustituir a la oficial. Si Vietnam se dio a conocer como la primera ‘Guerra en Televisión’, Siria acabará siendo -si no lo es ya- la primera ‘guerra en Twitter y YouTube’.

 

Los ojos de buena parte del mundo centraron su atención en este país, hoy destrozado, el 21 de agosto de 2013. Desde entonces la violencia no ha cesado ni un día. Hace ya casi dos años de los vídeos difundidos en YouTube del ataque con armas químicas que dieron la vuelta al mundo mostrando la magnitud de una tragedia que hasta entonces vivía oculta para la inmensa mayoría de la población.

 

Aquellos vídeos fueron empleados por el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para hablar del conflicto sirio aunque de poco le sirvieron porque la inacción de los norteamericanos en la zona no ha variado desde el primer día. Hace unos meses una mujer siria consiguió grabar en secreto un vídeo para mostrar cómo es la vida en Raqqa, una de las primeras ciudades que tomó el autodenominado Estado Islámico. Ese mismo vídeo fue emitido por la cadena francesa France 2 (el vídeo acumula más de 3,7 millones de visitas en YouTube).

 

Las coberturas informativas han cambiado. El periodismo de guerra ha encontrado en Internet y en los civiles que sufren la violencia su mejor aliado, su arma fundamental como testigo presencial de lo que pasa. La revista Time se hizo eco recientemente del papel fundamental que está jugando el periodismo ciudadano para que podamos conocer qué pasa en Siria, y más aún, después del asesinato de los periodistas James Foley y Steven Sotloff. Su muerte llevó a algunos medios a retirar de la zona a sus profesionales. Los pocos que había y los pocos que quedaban. Hoy el hashtag #Syria es una de las mejores fuentes informativas para seguir la barbarie.

 

Quizás los ejemplos más recientes que tengamos son las fotografías de Osman Sagirli y René Schulthoff. En ambas se muestran a niños sirios con los brazos levantados en señal de rendición al confundir sus cámaras de fotos con armas.

 

Desde Inglaterra pero con conexiones en Siria, Rami Abdul Rahman y Eliot Higgins se han convertido en dos de las mejores fuentes informativas para saber a diario qué ocurre en Siria aunque diarios como The Guardian o The Sunday Times hayan reconocido públicamente que se niegan a publicar información de profesionales independientes porque dudan de su veracidad. Imagino que con el paso del tiempo tendrán que cambiar de postura o reconocer que desconocen cómo viven las personas que habitan en zonas de guerra.

 

Por cierto, ayer fallecieron otras trescientas personas inocentes en el campo de refugiados de Al Yarmuk donde aún quedan cerca de 18.000 civiles atrapados, entre ellos, unos 3.500 niños. The Guardian, como la mayoría de los diarios europeos, no se hicieron eco de nada relacionado con Siria; Twitter volvió a ser un hervidero.


@JavierMontesCas

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