El cambio generacional y primaveral de los «clasicómanos»

Emprendemos un repaso a los nombres que han marcado el inicio de la temporada ciclista, los que se erigen como protagonistas del relevo generacional del deporte de las dos ruedas en su versión más clásica. Entre los destacados, ningún español. ¿Nos ponemos el maillot?

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Es el momento deanalizar lo que ha dado de sí esta época de carreras que se inició el pasado 1de marzo con el Circuito Het Nieuwsblad. Ha sido mes ymedio muy intenso en el que se comienza a vislumbrar un cambio generacionalen el reinado de los adoquines. No será, al menos eso parece, inmediato; perolos hombres llamados a ser los protagonistas de estas carreras en la segundamitad de la década ya han dado el paso al frente que de ellos se esperaba.


Omega Pharmasigue siendo el gran dominador

Se les escapó laVuelta a Flandes debido a un muy mal planteamiento táctico en una prueba que,con su nuevo final, ya no premia la estrategia sino la fuerza, pero la escuadrade Patrick Lefevere ha demostrado que sigue siendo –fiel heredera de unaestructura que se remonta a los tiempos del GB y del Mapei, elgran referente en la primavera ciclista. Kuurne-Bruselas-Kuurne (1.1), Strade Bianche (1.1), A Través de Flandes (1.HC) y, sobretodo, París-Roubaix (1.WT) son un botín más que razonable si, además,tenemos en cuenta que durante 2014 ha conseguido un total de 22 victorias. Sumánager, Patrick Lefevere, además sigue pudiendo presumir de ser el auténticodueño del Infierno del Norte. En esta ocasión con Niki Terpstra como invitadode honor, el patrón del OPQS se ha vuelto a beber su típica copa de champán porduodécima ocasión en un periodo de 20 años, una cifra realmenteespectacular.


El equipo se hamostrado sólido, llevando siempre el mayor peso en cuantas carreras handisputado. Como viene siendo habitual, han alineado a más de dos posiblesvencedores en cada una de las carreras disputadas alcanzando de nuevo un altísimogrado de compromiso entre sus primeras espadas, que en ningún momento hanevidenciado una falta de compromiso colectivo cuando sus opciones de han vistocomprometidas a favor de un compañero.


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Su única sombra, comoya hemos dicho, fue la Vuelta a Flandes. Ahí, por tercer año consecutivo,siguen sin entender la carrera. Mantienen su apuesta por la táctica, algo quede entrada no debería de ser un hándicap, pero su guión se basa en ‘De Ronde’del siglo pasado. La que pasaba por el Muro como lugar decisivo. La que notenía el Koppenberg tan cerca de meta. La que no pasaba tres veces por el Oude Kwaremont. El de este año ha sidoun ridículo espantoso y es de esperar que Peeters y los suyos aprendan,por fin, la lección.


La RVV y laParís-Roubaix, cada vez más distintas

A base de repetir,año tras año, que los favoritos para la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix sonel mismo tipo de corredores –algo que es una verdad más que demostrable– y queambas pruebas son el quintaesencia de los adoquines, nos hemos dejado, quizá,llevar por la sensación de que son dos carreras muy parecidas. La realidad, sinembargo, es que se trata de dos pruebas muy diferentes si nos bajamos al niveldel detalle. En Flandes el adoquín, comparado con el francés, es muytestimonial. Muy pocos tramos tienen piedras realmente complicadas. Suelen sercaminos bien cuidados y en los que los profesionales no suelen encontrardemasiadas dificultades. La complejidad de la prueba flamenca viene dada, sinembargo, por esa concatenación de subidas y bajadas de las que Roubaixcarece.


El nuevo dibujo de Flandes, que permanecerá inmutable durante los próximo años, ha favorecidoque sea una carrera mucho más espectacular en la que solo el más fuerte tieneverdaderas opciones de triunfo. Un buen conjunto, sin un líder con ese punto deforma que le diferencie de la competencia, no tiene nada que hacer. En Roubaix,sin embargo, se sigue premiando la buena lectura de la carrera. Lainteligencia. Terpstra, que no era, ni de lejos, el hombre más fuerte deldomingo, es el claro ejemplo que un buen planteamiento de equipo puede darle elpremio a un corredor ‘listo’ antes que a un corredor ‘fuerte’.

Sep Vanmarcke,el mejor de la primavera

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No ha conseguidorematar la faena con ninguna victoria, pero el belga Sep Vanmarcke haconseguido poner de acuerdo a casi todo el mundo a la hora de destacarle comoel hombre más en forma durante toda la primavera. El quinto puesto del E3 Harelbeke (1.WT) ha sido su peorresultado. Sigue sin rematar la faena, pero siempre ha estado ahí y da laimpresión de que a poco que el conjunto Belkin hubiese rozado el nivel deexcelencia del OPQS, el palmarés de este jovencísimo corredor (25 años) yaluciría, al menos, un Monumento.


Seguramente seaVanmarcke el corredor que, junto Peter Sagan (su actuación merece uncomentario más extenso), mejor represente ese cambio generacional en ciernesque nos ha dejado la primavera 2014 en el que también incluimos, por supuesto,a John Degenkolb, un sprinter que ha sabido mantener muy bien el tiposobre los adoquines y que, con el segundo puesto de la París-Roubaix, seposiciona como uno de los grandes nombres de cara a 2015. Muy atentos, en estemismo sentido, habrá que estar de Arnaud Démare, el francés que a sus 22años ha subido al podio en la Gante-Wevelgem y alcanzó una muymeritoria 12ª posición en el Infierno del Norte.


Mención especial eneste apartado merece también el nuevo chico de moda en Bélgica, StiegBroeckx. Anduvo escapado durante casi toda la Vuelta a Flandes y laausencia de los dos jefes de filas en la París-Roubaix le convirtieron, a sus23 años y primera participación, en el jefe de filas del Lotto-Belisolen la París-Roubaix, donde fue el mejor de su escuadra acabando en 56ª posicióna 7:06 del vencedor.


Belkin, elfracaso

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Contar con el mejorcorredor de la primavera nos es suficiente para tapar las vergüenzas de unequipo que por entidad, presupuesto y nombres propios debería de haber demostradomucho más. Heredero de un Rabobank que siempre supo leer bien este tipo depruebas, el conjunto holandés se mostró perdido durante toda la primavera.Además del ya mencionado Vanmarcke; Lars Boom, Moreno Hofland y TheoBos sumaban un cartel muy interesante para brillar en este mes adoquinado,pero nunca supieron plantear la carrera de manera inteligente. En ocasiones,incluso, dio la impresión de que corrían al contraataque entre ellos mismos.Sin duda, un error que deberán de replantearse seriamente.


Peter Sagancon acciones a la baja

Quizá no sean lasmejores pruebas para él. Quizá le falte un equipo competitivo. Quizá necesitemadurar un poco más. Demasiados ‘quizás’ en el análisis del eslovaco. Sutriunfo en el E3 Harelbeke (1.WT) no es suficiente. No para él, que lleva yados años postulándose como el gran rival de Cancellara y Boonen y que este añose ha visto ampliamente superado por otros corredores igual de jóvenes, perocon una progresión, al menos a primera vista, menos explosiva pero mucho máscontinuada.


Supo estar con losmejores en una París-Roubaix que se le cruzó pronto y en la que tuvo que gastarmuchas energías en correr a la contra después de sufrir varias averías, peroeso no es excusa. El eslovaco, que sigue ganando carreras que le sirven paraque su nombre siempre esté –por derecho propio– en la lista de grandesfavoritos, no remata en los Monumentos. La sexta plaza del Infierno delNorte es su mejor carta de presentación esta temporada en este grupo decarreras.


Boonen yCancellara, el duelo que no llega

Teníamos muchas ganaseste año de vivir un duelo directo entre Tom Boonen y Fabian Cancellara. En2013 los problemas físicos del primero nos privaron de esa pelea cuerpo acuerpo. Este año, sin embargo, llegaban ambos a sus dos grandes citas en sumejor versión. O, al menos, eso parecía. En Flandes fue el suizo el quedemostró estar un pasito por encima de todos, mientras que Boonen –quizápor falta de fuerzas, quizá por la pésima táctica de su equipo– no estuvo ala altura y no plantó cara a Espartaco en ningún momento. En Roubaix, porel contrario, fue Cancellara el que estuvo falto de chispa. La 10ª plazadel belga no hace justicia a su carrerón, que en última instancia supuso,seguramente, más de la mitad del triunfo de su compañero Terpstra.


Cancellara es, eneste sentido, el clarísimo ejemplo de que una sola victoria en un monumento(este año sólo ha ganado en Flandes) justifica todos estos meses depreparación. Pese a su pobre bagaje en cantidad, la calidad de la cosecha haceque no se pueda hablar de fracaso ya que al triunfo en Oudenaarde hay quesumarle un nuevo podio en el velódromo. A Boonen, por el contrario, le salvanla cantidad de triunfos ‘menores’ y su demostración del domingo en Roubaix,pero deja, de nuevo, un poso de decepción al no haber subido al podio enFlandes y/o Roubaix.


Las caídas deFlandes, alerta roja

La Vuelta a Flandesestuvo protagonizada por las caídas. La más grave, por supuesto, aquella en laque Vansummeren impactó a 65 kms/h contra una espectadora que semana y media más tarde sigueluchando por su vida en un hospital de Kortrijk, pero no fue la única. En elplano meramente deportivo, el Lotto-Belisol fue, con diferencia, el conjuntomás perjudicado ya que en apenas unos kilómetros vio como sus dos jefes defilas para las clásicas de primavera, Jürgen Roelandts y Tony Gallopin se ibanal suelo. El primero tuvo que abandonar y el segundo, pese a poder terminar enla 23ª posición, no pudo recuperarse de sus molestias a tiempo y no tomó lasalida en la París-Roubaix.

Esas y otras muchascaídas hicieron saltar la alerta roja y tanto corredores como directores yorganizadores y, a última hora, la UCI, han mostrado su preocupación por eltema y han asegurado que trabajarán en la adopción de medidas para mejorar laseguridad de ciclistas y espectadores.

Ausencia totalde españoles

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Sólo la victoria de Valverde en la Roma Máxima (1.1) unaprueba que solo sostiene comparación con sus homólogas del norte si se esexcesivamente generoso queriendo ver similitud entre el sterrato y losadoquines, salva la primavera española.


La ausencia de Freirey Flecha han dejado un páramo desierto en el que no adivinamos a vislumbraruna figura que nos pueda volver a colocar en la lucha por el podio en el futuromás próximo. Corremos ahora el peligro de volver a tiempos que sería mejorolvidar. Aquellos en los que los directores de los conjuntos patrios preferíanque sus corredores se bajaran de la bici tan pronto como fuera posible.


Por fortuna, entrelos jóvenes generaciones no es difícil encontrar corredores que manifiestan suamor por estas pruebas. Esperemos que para poder disputarlas y disfrutarlas notenga que emigrar como tuvieron que hacer los ya mencionados Freire y Flecha.


Una colaboración de @ciclo21 para 360 Grados Press

Adrián Cordellat

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