Radiografía del movimiento punk

Estrofas cortas con mucha cólera, jóvenes marginados y odio a la sociedad fueron los ingredientes para cocinar el punk. Un género que camina a contracorriente de la sociedad y que, como ya vaticinaba Sex Pistols, creía que no había futuro. En 360 Grados Press analizamos este movimiento desde sus orígenes a la actualidad, con figuras importantes en el panorama musical como Bad Mongos.

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A principio de los años 70 nace el punk en Inglaterra y Estados Unidos. Influenciado por las bandas de “garaje rock” que ya se escuchaban, este género surge en oposición a las bandas “hippies” de rock sinfónico y sicodélico de esa época de producciones costosas y escenarios enormes.

 

Ya en el underground de los barrios los jóvenes comienzan a tocar sin ningún miramiento a la opinión pública. Desatan su ira con canciones llenas de expresiones y sentimientos de desazón hacia la sociedad que les rodeaba.  Caracterizados por su estética, vestían ropa militar desgastada, chupas de cuero con muchos parches y pinchos y lucían crestas de colores, con una actitud completamente dispar a la “hippie” pacifista que había en aquel entonces.

 

Este movimiento alternativo alcanza su fama entre los jóvenes y crea su propio mercado, que se traduce en tiendas, pequeñas discográficas y locales de conciertos, como el emblemático CBGB, situado en Nueva York. Allá en el año 77 alcanzó su máximo momento de esplendor y se puso de moda. Posiblemente algunos de los grupos mas conocidos de aquellos tiempos fueron The Ramones, Sex Pistols y The Clash.

 

Con el transcurso del tiempo, el punk, al igual que otros géneros musicales, creó distintos subgéneros diferenciados por influencias con otros estilos o ideologías como puede ser el anarkopunk, pop punk o punk hardcore. Este último en los años 80 cobró más fuerza en California con las bandas que aparecieron en escena como Black Flag, Circle Jerks, The Adolescents, entre otros. Todos ellos provenientes de los suburbios de Los Ángeles y San Diego.

 

Evolución del punk español

 

Pero el punk no llega a España hasta finales de los 70. Marcados por la vida política y después de casi cuatro décadas de dictadura, comienzan a surgir grupos de similares características que se reivindicaban musicalmente contra la sociedad, influenciados por los grupos ingleses. Y hasta día de hoy que, según Jordi Comas, locutor de El Frenopàtic RadioShow, “el punk está más vivo que nunca”. 

 

Ejemplo de ello son las figuras que nos ha dejado en el panorama nacional y que todavía se siguen escuchando como son Eskorbuto, R.I.P, La Polla Records y Kortatu, que se dieron a conocer como grupos radicales vascos. Otros igualmente referentes son los que surgieron en Barcelona como L’odi social, Subterranean Kids y en Madrid, en pleno apogeo de la “movida madrileña”, Paralisis Permanente, TDK.

 

Desde entonces, el concepto del género ha ido evolucionando, lo que ha propiciado que afloren muchas bandas punk como la mítica y reconocida Bad Mongos, provenientes de l’Empordà (Girona). Después de años compartiendo escenarios y vivencias dentro del entorno musical en el año 1997 decidieron unirse para disfrutar de lo que más les gusta, la música.

 

Según Chris Basart, cantante y guitarrista del grupo, “el punk español se encuentra consolidado porque por suerte sigue habiendo gente, colectivos y bandas que tienen muchas ganas y luchan para que se hagan cosas y que funcionen“. Algunos llevan 20 años o más al pie del cañón y otras generaciones han cogido su relevo, según resalta, pero siguen teniendo el problema de la falta de recursos económicos. “La administración no ofrece ayudas y al final acaba imperando la práctica del ‘hazlo tú mismo’, destaca Basart.

 

Tal y como señala el cantante de Bad Mongos, esta manera de hacer las cosas tiene sus ventajas e inconvenientes, “porque por un lado no le debes a nada nadie pero requiere de mucho esfuerzo y al final el motor que mueve todo es el amor por la música”.  Asimismo, recalca que gracias a todo esto “existe un circuito donde las bandas tienen lugar y público para poder tocar y seguir dando guerra. En este país esto ha sido así ayer, hoy y mañana“.

 

Tras un paréntesis musical, el mítico grupo ha vuelto a la carga doce años después, con más ganas que nunca, y lo ha hecho por todo lo alto, tocando en concierto con The Dictators, una banda precursora del punk rock, con la que fue “un gran honor compartir escenario“, explica Basart.

 

Las ganas de Bad Mongos han aumentado, lo que hace que ahora lo vivamos con más intensidad. Nos gustaría tocar y viajar más pero las responsabilidades de nuestras vidas personales nos limitan un poco. La historia es poder disfrutar juntos, tocando donde sea, con la gente que viene a los conciertos“, añade.

 

Por su parte, Jordi Comas reflexiona sobre la situación actual y señala que echa en falta un relevo generacional, pese a que el punk siga vivo y lo continúe haciendo por mucho más tiempo. “En los conciertos la edad media oscila entre los 30 y 40 años. “Lo que da mucho que pensar, si en realidad la música solo se va a vender en grandes festivales, como todo apunta, dejando cada vez más tocadas, las salas o sitios pequeños que subsisten por organizar conciertos en directo”, concluye.


@InGabarda

Inma Gabarda

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