Un castillo real para un pueblo real

Al Noroeste de Madrid, a unos 50 kilómetros de la capital de España, asentado a los pies de la Sierra del Guadarrama y bañado por las aguas del Manzanares, se encuentra la localidad de Manzanares el Real. Un punto de referencia para los amantes de los deportes al aire libre. Una población coronada por el Castillo de los Mendoza, su particular castillo real.

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Cuenta la leyenda que Pedro Gonzálezde Mendoza, mayordomo del Rey Juan I de Castilla, cedió a este último uncaballo para que pudiese huir de las garras del ejército portugués en la Batalla de Aljubarrota. El mayordomo murió en el enfrentamiento, pero su actode valor fue compensando por el monarca, que cedió las tierras del Real deManzanares a la familia de Mendoza. Desde entonces la rama familiar de losMendoza ganó peso entre la nobleza poblando monumentos en Madrid, Segovia yGuadalajara. Y en las tierras donadas en el Real de Manzanares construyeron uncastillo que sustituyó al antiguo, del que todavía pueden verse parte de susruinas, cuyas estrechas estancias resultaban incómodas para la familia Mendoza.Un castillo señorial con alma de palacio fortificado que está considerado unode los más bellos de España.


El castillo de los Mendoza corona y dalustre al perfil de la población y desde sus torres ofrece unas inmejorablesvistas de Manzanares el Real y de los bellos alrededores de un municipiointegrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Unosalrededores bañados por las aguas del río Manzanares y cuyos senderos camino dela Pedriza son un polo de atracción para los amantes del senderismo, laescalada, el ciclismo de montaña y los deportes al aire libre en general. Deforma que la población se convierte cada fin de semana en un ir y venirincesante de turistas y deportistas que llenan las calles de la localidad y lossenderos de su término municipal.


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En el casco urbano, a parte delCastillo de los Mendoza, destaca la imponente iglesia de Nuestra Señora de lasNieves, fundada en el siglo XV por Don Diego Hurtado de Mendoza y que destacapor sus bóvedas góticas y su pórtico renancentista, y la ermita de la Virgen dePeña Sacra, construida sobre la peña de la que toma su nombre.


Pero por encima de todo Manzanares elReal destaca por sus edificaciones, que recuerdan a las de los pueblos demontaña. Macizas y con amplios balcones llenos de flores. Y por sus callesestrechas y empedradas que brillan con la promesa de un viaje a otro tiempo.Calles que acaban desembocando en la amplia y luminosa plaza del pueblo, en laque un cine en ruinas nos recuerda que el tiempo pasa para todos. Para loscastillos viejos y para aquellos pequeños cines de pueblo donde los fines desemana se respiraba aroma a cine de verdad. 


@acordellat

 

 

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