El elixir eterno del vaquero

Nos introducimos en la máquina del tiempo para conocer de primerísima mano la evolución histórica de la prenda más democrática de todos los tiempos. Abrimos la puerta hacia su historia, sus evoluciones en las décadas, las tendencias actuales y las curiosidades de algunos de sus diseñadores.

Azules marinos. Bucea deprisa. La sirena de cabellera rojiza busca su voz por los arrecifes perdidos. Desgastados por el cansancio de la vida, por el hastío de la monotonía. Blancos a veces, a manchas, salpicados por los charcos. Rotos por los gritos desgarrados.

Inconformistas en una época. Democratizados en el hoy. Con sueños románticos, con volantes risueños, cortos tentadores, con lazos sugerentes, con flecos destartalados, con estampados carnavalescos, con lunares de los 80 y con una aroma a historia. De colores como el florecer del arco iris, ajustados, provocando esbeltez. Una prenda y tres adjetivos, sumergida en el armario de la evolución de la moda: Transgresor, dinámico y funcional. Sólo él. El vaquero ha tenido varios papeles protagonistas a lo largo del gran teatro de la historia y ha ejercido una función dentro del puzzle y del entramado social de las distintas épocas. De pasar a  ser un instrumento de rebeldía ahora es un elemento democrático que sólo se halla en él la esencia del elixir eterno porque ha ocultado sus arrugas, su vejez implícita en su tarea de ser y estar de por vida como un básico en las infinitas pasarelas.

Historia
Los primeros jeans o vaqueros se realizaron para fines bélicos. La armada genovesa necesitaba un pantalón resistente y de uso común para sus marineros  y que tuviera unas perneras fáciles de remangar para no entorpecer la labor de éstos. Estos pantalones se podían lavar arrastrándolos en grandes redes bajo el barco y el agua marina los dejaba blancos. Posteriormente, los genoveses se encargaron de teñir la tela en un característico color azul índigo. El tejido denim nació en Francia en el siglo XVII y comenzó a comercializarse entre los mercaderes de diferentes ciudades europeas. Este tipo de tela fue confeccionada para la elaboración de toldos y carpas por su gran resistencia a los fenómenos meteorológicos.

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Levi Strauss y Jacob Davis fueron los padres de los vaqueros en Estados Unidos. Strauss era un comerciante que vivía en San Francisco y pensó en utilizar las lonas de las tiendas de campaña para hacer ropas de trabajo para los mineros, ganaderos, vaqueros y agricultores. Es en este instante, es cuando el vaquero se consolida como una prenda más del uniforme de los trabajadores que facilitaría las tareas en el campo y que sería de uso exclusivo para los hombres. Su peculiaridad era que todos poseían un color marrón usado y no tenían bolsillos traseros. Los nuevos pantalones no tardaron en aparecer, su característico color azul, con tiradores y tres bolsillos tuvieron un gran éxito y comenzaron a ser requeridos por mineros, granjeros, obreros y vaqueros. Los compradores  encontraban en ellos un ahorro económico importante, ya que podían tener una prenda más perdurable, práctica y cómoda  por sólo un dólar con cincuenta.

A Jacob Davis se le ocurrió la idea de reforzar las costuras y los bolsillos con remaches de metal para evitar el gasto en remiendos y parches. Finalmente, en 1873 Straus y Davis patentaron aquellos pantalones vaqueros que ahora son usados de una manera masiva en toda la esfera terrestre. Será en 1935 cuando la revista Vogue anuncia la invención del vaquero y lo recupera para el mundo de la moda, teniendo un impacto inmediato desde entonces.

De década en década
En su origen, los pantalones vaqueros, por su resistencia, los usaban los trabajadores. En los años 50 en Estados Unidos los jóvenes empezaron a ponerse vaqueros como forma de protesta contra el conformismo. El hecho se consideró una provocación y en algunos cines, iglesias, salas de baile y establecimientos no se permitía la entrada a quien llevara esta prenda. En el cine su mayor protagonista era el eternamente joven James Dean con películas como “Rebelde sin causa” o “Gigante” y representaba la desobediencia, insurrección e indisciplina.

 

Una rebeldía que definitivamente se consagra con la imagen de Marlon Brando, para pasar a ser un signo de igualdad entre hombres y mujeres, ricos y pobres, blancos y negros, haciendo del vaquero la prenda más democrática e igualitaria de todos los tiempos. En la década de los 60, los vaqueros ganaron aceptación y comenzaron a popularizarse. De hecho, las mujeres de la gran pantalla y de Hollywood ya comenzaban a atreverse con ellos. Recordamos una nostálgica imagen de la exuberante rubia del cine, Marilyn Monroe, que nos deleitó con sus curvas infinitas enfundadas en unos vaqueros en la película “Vidas Rebeldes” del incombustible John Huston.

 

En la década de los 70 se había convertido el vaquero en un artículo corriente en Estados Unidos para vestir informalmente. Su gran salto lo dio hacia las revistas de moda y a las pasarelas de la mano de los genios y magos de la aguja como Yves Saint Laurent y Valentino creando una prenda dinámica, funcional y de culto. En las décadas de los 80-90 recordamos en las series de televisión americanas y españolas una clara tendencia a vestir con vaqueros, acompañados de estampados de Versace, chalecos, chaquetas de cuero, blazers extra largas, camisas de cuello mao y con las características camisas a cuadros.

 

Consumían este producto los jóvenes, intentado imitar de una manera, a veces algo forzada y presuntuosa, al eterno James Dean que aún permanece imperturbable con esa mueca de sonrisa descarada y única en nuestras retinas. En la actualidad, su aceptación ha seguido creciendo y se considera un básico en el fondo de armario. De hecho, los estadounidenses poseen siete vaqueros de diferentes formas y texturas en su armario.

Tendencias
Las modas han ido imponiendo diversos cortes de pantalón. Existe el talle alto, talle medio o bajo y de diferentes perneras, siendo la que más se considera como una tendencia fija la pernera estrecha y que posee el nombre de pantalón pitillo. Otras tendencias han afectado al grado de decoloración del pantalón, vemos en las pasarelas de moda, en las revistas especializadas, en las webs e incluso en las calles  pantalones rotos, desgastados, con flecos y descoloridos. El vaquero es una prenda básica que la incluimos siempre en nuestro fondo de armario.

 

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Pasó de ser una prenda pensada para las labores, para demostrar el inconformismo social, para vestir informalmente a ser una prenda indispensable y utilizada para cualquier tipo de situación, siempre admirada y respetada en la pasarela. Actualmente, se reinventa con fórmulas extra-cortas con los shorts, desgastados, anchos, pitillo, de perneras anchas, acampanados, denim e incluso se busca la versión más “lolita” con la mini-falda acompañada de volantes. Los detalles que lo acompaña son las sandalias de cuña, bolsos extra-grandes y gafas XL.

El tejido vaquero se postra en bolsos y especialmente en camisa y chaquetas denim. Vuelven a ponerse de moda las botas de cowboys, sombreros de vaqueros de la mano de Moschino y se conoce un nuevo código urbano: El vaquero, una prenda indispensable para cualquier tipo de edad, perfil óseo y con múltiples variantes que reporta comodidad, dinamismo y es indispensable en nuestros armarios.

Fabricantes
La marca de pantalones vaqueros por excelencia es Levi’s por su permanencia en el tiempo y su garantizada calidad. “Òscar Levi Strauss” es una tienda extremadamente conocida, popularizada y repleta de estrategias empresariales de marketing y publicidad  que hace que se reconozca por todos los rincones geográficos.

 

Otros fabricantes clásicos de vaqueros han sido Lee y en España la marca valenciana Lois que quebró hace un tiempo. El auge de estas marcas comenzó en la era de los 70, fabricando vaqueros de corte más clásico y más funcionales pensados para la informalidad del look. En la actualidad hay muchas marcas especializadas en vaqueros e incluso los diseñadores más exclusivos crean su propia línea o colección de jeans para un público con alto poder adquisitivo. Es el caso de Diesel, Dolce and Gabana, Yves Saint Laurent, G-Star Raw, Guess, Armani Jeans, Purificación García, o la mismísima Donatella Versace con su línea más joven Versus.

Elixir de juventud. Pócima chispeante de burbujas. Eternamente democrático. Visitante acérrimo en las pasarelas. Romántico en su especie. Memoria laberíntica de funciones.
A veces rebelde con causa. Otras inconformista. Otras informal, otras venerado por los diseñadores. Impuesto por haberse convertido en democrático. Mujeres, musas que ríen en el jardín de los pétalos olvidados y que saborean el aroma, siempre imperturbable de la prenda que ha sido, es y será la que ha perdurado década tras década, abriendo la puerta de la máquina del tiempo para sumergirnos en el sueño salado de la sirena que perdió su voz y sólo encontró la llave de la historia de los vaqueros.

@InmaAB1   

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