“La vida es más fácil si el fútbol forma parte de ella”

Esta semana 360 Grados Press se sube al reactor de Patricia Campos, una militar, amante del fútbol y dedicada en cuerpo y alma a los niños de Uganda, que ha sentido en su propia piel el rechazo de la Armada Española desde dentro por dos de los signos de identidad que la definen: ser mujer y homosexual.

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Formar parte de la Fuerzas Armadas no es sencillo. Requiere de mucho coraje, disciplina, esfuerzo y dedicación. Pero cuando eres mujer y homosexual en este mundo en el que todavía impera cierto machismo y homofobia la dificultad se acrecienta. Una dura situación que la militar Patricia Campos (@pcamdom y @patricia_campos_domenech) ha vivido en sus propias carnes y que ha volcado en Tierra, mar y aire (Roca Editorial, 2016), un libro autobiográfico en el que también habla acerca de su complicada infancia, su inspiradora etapa universitaria, su pasión por el fútbol y su incondicional amor por las gentes más necesitadas de Uganda, sobre todo, niños y mujeres.

 

¿Qué te llevó a un mundo tan complicado para una mujer homosexual como el de las Fuerzas Armadas?

Quería ser piloto desde pequeña y es algo por lo que luché hasta conseguirlo. Es complicado para todos, tanto para heterosexuales como para homosexuales.

 

Eres la única mujer de la Armada Española que ha sido piloto de un reactor. ¿Fue complicado decir a todo el mundo “quiero hacer esto” frente a las dudas y al rechazo de superiores y compañeros o hubo apoyos por su parte? 

Es una oposición. Obtiene la plaza el que más nota saca. Hasta ahí fue fácil. Fue una vez dentro donde encontré menos apoyos.

 

¿Qué se siente dentro de ese aparato, a gran altura y velocidad?

Por una parte, tienes una gran sensación de libertad; por otra, mucha responsabilidad.

 

Este mes has arrancado la promoción de tu libro Tierra, mar y aire. ¿Cuál es el balance que haces de tu vida desde tu infancia hasta la actualidad en pocas líneas?

Todo ha pasado rapidísimo. Haría un balance positivo. Creo que de la mejor manera que pude manejé mi vida personal y profesional dentro de unos límites que yo entendía que eran lo más conveniente para mí. Saltando obstáculos y con mucha lucha y perseverancia logré mis objetivos. Por otro lado, espero que este libro aporte visibilidad a la situación de la mujer y los homosexuales en esta sociedad y nos estimule para intentar cambiar nuestra forma de pensar. Creo que con respecto, comprensión y amor evitaríamos muchísimas injusticias.

 

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¿Qué han supuesto en tu vida figuras tan relevantes como las Fuerzas Armadas, el fútbol o Uganda?

Todo aporta y de una forma u otra te hace crecer como ser humano.

 

En el libro también citas tu etapa universitaria como una de las más importantes a la hora de encontrarte a ti misma como mujer y como homosexual. ¿Qué destacas de ella?

Fue una etapa de reconocimiento personal. De saber dónde estaba, qué estaba haciendo y dónde quería ir.

 

¿Cómo te ha ayudado el fútbol a superar una infancia dura y llena de rigidez y el machismo y la homofobia del ejército?

El fútbol siempre ha formado parte de mi vida. Me aporta alegría. Para mí la vida es más fácil si el fútbol forma parte de ella.

 

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¿Cuándo empezó tu contacto con África y con Uganda en particular?

Empezó en 2014. Entonces decidí que quería marcharme a Uganda. Allí la situación es muy deprimente. Las mujeres son tratadas como animales y los niños mueren de enfermedades que no deberían existir en el año 2016. Estoy en una escuela. Por las mañanas doy clases de español y por las tardes entreno a tres equipos de fútbol. Uno de niñas, otro de niños y otro de mujeres con HIV.

 

¿Cuál es tu presente y tu futuro cercano? ¿Cómo lo afrontas cada día?

Me voy a Uganda en breve y más tarde volveré a mi rutina en Estados Unidos. Todos los días los afronto con muchísima ilusión y esperanza en un día mejor.

@casas_castro

Patricia Moratalla

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