Turistas trashumantes

En vacaciones, no todo es sol y playa. Existe un turismo de interior alternativo que ofrece multitud de posibilidades. Una de las actividades que más adeptos está ganando en los últimos años está relacionada con vivir de cerca las tradiciones. Por eso, proyectos como Somos Trashumantes atrae cada año a más gente, tanto de todas partes de España como de otros países. Desde 360 Grados Press hemos querido conocer mejor en qué consiste, ¿nos acompañas a las Tierras Altas de Soria a pastorear?

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En España quedan unas 7.000 ovejas trashumantes, de las cuales más de 3.000 se encuentran en la provincia de Soria. Un oficio, el de pastor trashumante, que se está perdiendo, ya que en nuestro país quedan unas 20 personas, familias incluidas, que se dediquen a ello.

Para que este trabajo no quede algún día en el olvido, la iniciativa Somos Trashumantes acoge cada verano a turistas para que vivan esta experiencia. Desde hace nueve años, el proyecto ha ido dándose a conocer por toda España e, incluso, a nivel internacional, ya que la han vivido desde un fotógrafo mexicano de National Geographic hasta un periodista danés.

“La comarca de las Tierras Altas de Soria es históricamente ganadera, desde el Neolítico, principalmente de ovejas. Se ve en sus construcciones y en su historia en sí”, explica Raquel Soria, agente de Empleo y Desarrollo Local de la Mancomunidad de Tierras Altas. Además, la climatología de esta zona, a unos 1.400 metros de altura, ha confeccionado su propio paisaje e idiosincrasia, de una belleza inimaginable. Y esto también ha hecho que la dureza de los inviernos conllevara la trashumancia, buscar pastoreo en otras regiones más cálidas.

Actualmente existen dos explotaciones trashumantes auténticas en esta provincia castellano-leonesa, una de las cuales se desplaza hasta Trujillo (Cáceres) y la otra hasta Brazatortas (Ciudad Real). “Cuando se industrializó el campo, los rebaños comenzaron a llevarse en tren desde Soria y luego se dirigían donde estuviera la finca. Ahora se mueven en camión”, comenta Raquel Soria.

Lo que hacen desde Somos Trashumantes es recorrer la Cañada que existe entre Soria capital y Oncala en un viaje 40 kilómetros de unos tres días. “Cada año lo alternamos. Un año vamos a Oncala, como este, con tres hermanos solteros que son pastores en Navabellida. Y otro año lo movemos a otro municipio de la zona con otro pastor. Así, cambia un poco el tramo cada temporada”, explica.

El viaje comienza este viernes 6 de julio por la mañana desde Soria, donde turistas, pastores y ovejas cruzan la ciudad para iniciar su ruta. Después, llegan a Garray, situada junto a las ruinas de Numancia, para continuar por la Cañada Real por los Llanos de Chavaleren en el Valle del río Tera. Solo este camino, muy bien conservado, cuenta con 70 metros de ancho, una autopista de antes. “Esta es la mejor manera de ponerte en la piel de los pastores, te da una idea de cómo es la trashumancia. De hecho, donde paramos a dormir hay gente que lo hace al ras; a otra la llevamos a alojamientos cercanos”, señala Raquel Soria.

El sábado, tras un desayuno ligero, la senda prosigue por la Cañada hasta coronar la Sierra del Alba. Además, se admira el acebal más grande de Europa, el de Garagüeta, donde se hace parada para comer. El rebaño llega al Puerto de Oncala, pueblo en el que se cena. Ya el domingo se acompañan a las ovejas hasta este municipio y se hace una fiesta, como antaño, cuando se recibía a los pastores. “Este ambiente lo recreamos con todo tipo de actividades, desde una degustación de migas pastoriles, hasta conocer el museo de los tapices o de los pastores”, comenta la agente de Empleo y Desarrollo Local de la Mancomunidad de Tierras Altas.

También se celebra una “Ovejolimpiada”, en las que se llevan a cabo todo tipo de acciones de ocio relacionadas con la ganadería. También se aprovecha para homenajear a las personas que hayan cumplido los 80 años y que hayan sido trashumantes o mujeres de trashumantes, ya que el papel de ellas fue muy importante.

Este año ya se han inscrito 40 personas. Y muchas de ellas repiten año tras año tras vivir esta experiencia. “No queremos que sea una actividad masificada, ya que los pastores que acompañamos están realmente trabajando. Es un intercambio de la gente que viene, que conozca la sabiduría de estas personas, pues son muy cultivadas”, indica Raquel Soria y recuerda que, por ejemplo, un chico zamorano ya ha repetido tres veces, ya que se trata de un turismo muy enriquecedor.

Así pues, este turismo diferente está cobrando cada vez más adeptos: seguir el ritmo que marca el ganado, disfrutar de la naturaleza en su plenitud, aprender de los pastores y, sobre todo, disfrutar de una experiencia única y que no puede caer en el olvido.

@_Guiomar_

Patricia Moratalla

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