Valencia echó el cierre a la temporada taurina 2011. 360gradospress valora un remate de campaña sin mucha historia basado en la novillada con caballos y la corrida de toros que componían el último tramo del abono.
Abrió la Feria de la Comunidad Valenciana el pasado sábado 8 de octubre la novillada en la que Manuel Fernández, Antonio Puerta y David Sevilla estoquearon reses de la ganadería Los Chospes. Los novillos fueron nobles en líneas generales pero estrepitosamente desrazados y faltos de motor, se apagaron pronto. La sosería estuvo presente en todo el festejo.
Manuel Fernández se topó con un lote sin posibilidades y sólo pudo lucirse unos instantes con el capote ante su primero, en el que pecó de alargar demasiado la faena. Con el cuarto, sólo las ganas del muchacho.
Antonio Puerta sí tocó pelo. Dejó una grata impresión con la capa. Cortó una oreja al quinto astado por una labor en los medios con buenos pases y naturales muy personales; bien la composición. El animal, siguiendo la tónica habitual del festejo, duró un suspiro. En la faena a su primero, además de gustarse con el capote, demostró mucho valor. La lástima, no toparse con un novillo con el que aunar todos esos detalles.
David Sevilla, que debutaba con los del castoreño, tampoco pudo lucirse. De su primero, el tercero del festejo, hay que criticar que estaba cojo de la pata trasera y ni el público ni la autoridad mostraron su rechazo, pero fue, directamente, para echarlo a los corrales. Eso sí, Sevilla estuvo muy voluntarioso. Ante el sexto, nada destacable.
El domingo 9 de octubre, festividad de la Comunidad Valenciana, se lidió un encierro de Valdefresno muy bien presentado, pero escandalosamente soso y descastado; otro petardo.
Poco pudo hacer la terna. En el primero, Ángel de la Rosa fue ovacionado tras pasaportar un ejemplar sin transmisión, como los otros cinco. Y tampoco en el cuarto tuvo suerte, con el que demostró valor en los naturales, aguantando las miradas del de Valdefresno.
Leandro, el segundo espada del cartel, no obtuvo ningún trofeo, pero sí hay que apuntar la voluntad que derrochó en su primer oponente, con el que se cruzó al pitón contrario en varias ocasiones, dejando claro que quería poner toda la carne en el asador.
Por último, Iván Fandiño se topó con el mejor toro de la tarde, con el que se le vio muy templado y seguro. Lo más destacable de su actuación fueron unas manoletinas muy ceñidas, con una colocación impecable, pero aunque la faena parecía tener enjundia en un principio, se vino a menos a medida que el cornúpeta se rajaba. Pero para rajardo, el último animal, que se fue directamente a tablas en un alarde de mansedumbre.
No es la crónica que nos hubiese gustado para el último festejos de 2011 en la plaza de Valencia, pero había que contarlo. Sosería a raudales. ¿De verdad queremos seguir con una Fiesta tan insípida? ¿Qué tal si apostamos por otro tipo de ganado? ¡Por probar, no perdemos nada!
Manuel Gil