Cuando una cuadrilla levanta una feria

El ciclo de San Isidro celebrado en la plaza de toros de Madrid acabó el sábado pasado 1 de junio y por eso, en este nuevo número de 360 Grados Press, comentamos lo que dio de sí un serial que empezó el 9 de Mayo y que acabó el primero de Junio. Destacaron Perera, Alberto Aguilar, Ferrera, Fandiño, Javier Castaño y su cuadrilla, Diego Ventura y el novillero Sebastián Ritter.

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No habrá sido la feria más redonda de todas,pero desde luego, ha habido faenas y actitudes dignas de mención. La primera delas comparecencias más destacables fue la del día 10, con un David Mora quevolvió a demostrar su valor y sus ganas de seguir luchando por escalarposiciones en el escalafón de matadores. Pero tuvimos que esperar hasta el díasiguiente para que alguien abriera la Puerta Grande de Las Ventas. Lo hizoDiego Ventura, que con ésta, conseguía su undécima salida a hombros tras cortardos orejas y dejar claro que es un rejoneador en sazón. Quizás si contásemos loque no hizo acabaríamos antes porque lo que es entrega, la puso toda.


El 14 de mayo hubo una corrida de toros de ElPuerto de San Lorenzo en la que, como viene siendo costumbre, El Cid no lo vioclaro, como tampoco lo vio días más tarde en la Corrida de la Prensa. Aunque adecir verdad, El Cid no es el torero que peor suerte tiene con los lotes que letocan; pero lo cierto es que en esta feria de San Isidro 2013 una se ha quedadopreocupada por la pasividad que muestran algunos diestros que acaban prontoechando la culpa al toro, por no hablar de la falta de ambición en algunasactitudes de “el animal no se ha dejado”, cuando el toro no tiene por quédejarse. O se lidia o no se lidia, pero no se espera que todos los astados quesalgan por chiqueros sean de indulto.


Fue el miércoles 15 de mayo cuando vimos unade las faenas de más peso de la feria, de la mano de un extraordinario MiguelÁngel Perera que no dudó en cruzarse al pitón contrario y tirar de agallas paracortar una merecidísima oreja, mientras que el palco le negó la segunda, quebien ganada se la tenía, si aplicasemos el baremo de otras tardes. Y con lamisma disposición le vimos el día 23.


El 16 de mayo tuvo lugar una corrida de JuanPedro Domecq en la que se acartelaban tres diestros de ‘corte artista’: Finito,Morante y Manzanares. Bien estuvo Finito por momentos, gran bronca la que sellevó Morante y abucheos, sí abucheos, se llevó José María Manzanares porcierto sector del público. Y no creo que haya que difuminarlo. Simplemente,Madrid quiso exigirle y está en todo su derecho, sobre todo, porque si leexigen, es porque también confían en su buen toreo. La cuestión es que haymuchos matadores que van a la Catedral del Toreo con la intención de “sentirsetoreros” y eso está muy bien, es preciso, pero también hay que ir asumiendo quese les va a exigir, y para eso está Las Ventas. 


Más de lo mismo ocurrió en la encerrona deTalavante con los victorinos. Le pidieron el carné al extremeño y no se loacabó de enseñar, lo cual no quiere decir que no pueda enseñárselo másadelante, con un mayor conocimiento de estos toros, justamente, toreándolos. Quizáese fue el gran escollo de una apuesta difícil. Tenía dos opciones: apostar ono hacerlo. Pero al igual que el que no apuesta no gana, el que apuesta tambiénpude perder.


La decepción del día 18 quedó maquillada conuna interesante corrida de toros de Bohórquez de la que Juan Bautista, Juan delÁlamo y Diego Silveti salieron a oreja por coleta. Gran tarde de toros de unaganadería que, tradicionalmente, se había decantado por los festejos derejones.


El martes 21 volvimos a ver el Sol con otrabuena actuación de David Mora, que aunque no ha podido redondear una tarde, síha mostrado las cartas con las que juega: toda la baraja. Y hablando debarajas, a una carta se lo jugó todo Iván Fandiño al día siguiente; fuecorneado, pero obtuvo una oreja que paseó su cuadrilla por él.


Ya el viernes 24, el baremo dispar a la horade conceder trofeos volvió a hacerse presente en el coso venteño. Tocaron peloSebastián Castella y Manzanares, mientras que Alejandro Talavante cortó dosorejas en un alarde de benevolencia presidencial.


Justo en la jornada posterior vimos además deun entretenido festejo de rejones, un honrado y profesional Pablo Hermoso deMendoza, quien obtuvo un apéndice de mucho peso a base de técnica y clasicismo.Se le pidió una segunda oreja, pero el presidente no se la concedió. Sensato ysincero se mostró el jinete al reconocer que el segundo trofeo hubiese sidodesmedido. Quizás esa capacidad de admitir los errores es lo que le ha hecho irdepurándolos con el paso de los años y convertirse en lo que es hoy día: elmáximo exponente del toreo a caballo actual.


Pero para disparidad en el palco presidencialla del 26 de mayo, cuando el presidente de la corrida incumplió, y digo bien,incumplió el reglamento al no conceder una oreja que el público pedía pormayoría absoluta. Se la negó a Alberto Aguilar, que ya había cortado una en elprimero de su lote, por lo que también le negó la salida por la Puerta Grande.Podríamos consolarnos pensando que decisiones presidenciales a parte, ahíquedan las faenas del diestro, pero me niego. No sólo han quedado ahí, sino queademás, se ganó una oreja a sangre y fuego que es suya desde el momento en quemató al animal. Esa oreja, allá donde esté, era para Aguilar. Y el presidente,allá donde esté, también podría quedarse en su casa un día sí y otro también.


Al día siguiente se colaba un nombre entrelas tertulias taurinas, el de Sebastián Ritter, que protagonizó una faena depeso y muy valerosa con la que impactó a los allí presentes y a todos aquellosque vieron la novillada. Ya veinticuatro horas después llegaba un nuevo triunfopara un matador de toros, Arturo Saldívar. Una oreja cortó el diestro mexicano,reivindicando así que se le debería dar más sitio en las grandes feriasespañolas.


El interés volvió a hacerse presente en elruedo venteño el día 30 con los toros de Adolfo Martín, esta vez con variosprotagonistas. Por un lado, el director de lidia, Antonio Ferrera, que  obtuvo un trofeo a base de entrega, oficio ycoraje. Por otro, Javier Castaño, quien realizó un trasteo de vuelta al ruedo ycuya cuadrilla saludó una calurosa ovación. Y de nuevo, la disposición deAlberto Aguilar.


Pero para suceso el del último día feria conun hecho poco habitual: la vuelta al ruedo que tuvo que dar la cuadrilla deJavier Castaño por la pureza con la que ejecutaron cada uno de los tercios.Tito Sandoval, David Adalid y Fernando Sánchez emocionaron a los espectadores yal propio matador. El sopor reinante en la jornada anterior quedó disipado conla genialidad de una cuadrilla que se gusta y que demuestra exquisitez en cadauno de sus actos, incluso, ante astados tan complicados como los de Cuadri.


En fin, ha habido faenas interesantes en estaferia, pero el ciclo isidril se recordará por dos cosas: la excelencia de lacuadrilla de Castaño y el robo a mano armada de un segundo triunfo para Aguilarque ya le habría abierto las puertas de las ferias más importantes del orbetaurino.

@egasensi 

Javier Montes

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