50 años sin Belmonte

Se han cumplido cinco décadas desde que Juan Belmonte se quitara la vida un 8 de abril de 1962. Esta semana hemos querido recordar al torero sevillano por el aniversario de su muerte y sobre todo por la importancia de este diestro. 360gradospress repasa su trayectoria. Por Estefanía G. Asensi

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De Juan Belmonte podríamos decir que tomó la alternativa en 1913, que se retiró en 1935, que compitió con otro grandioso torero de su época, Joselito ‘El Gallo’, que protagonizó la Edad de Oro del toreo, que fue uno de los mejores toreros de capa por su temple y ligazón, que aportó al toreo una calidad estética asombrosa, y que directamente revolucionó el toreo moderno.

Con El Pasmo de Triana -como se le conocía- surge el sentido más puro del arte de la tauromaquia, añade naturalidad, estética y armonía a cada faena. Más que torear con los pies, toreaba con los brazos, mecía el capote con cada verónica y con cada lance. En tres palabras: revoluciona el toreo de principios del siglo XX. No es de extrañar que con esta gran aportación se convirtiera en uno de los espadas más admirados y elogiados de la época.

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Juan Belmonte hizo escuela, pues influyó en muchos otros diestros, incluso en algunos coetáneos suyos, y en la actualidad lo rememora, entre otros matadores,  Morante de la Puebla especialmente en los ayudados por alto. En suma, gestos ‘abelmontados’ que muestran cómo El Pasmo de Triana dejó una gran huella en el orbe taurino.

Belmonte se convirtió en leyenda por su toreo y Belmonte sigue siendo leyenda tras suicidarse hace ahora medio siglo. Con Juan Belmonte se cumple el dicho “genio y figura hasta la sepultura”, aunque viendo el calado del torero en la Historia de la Tauromaquia, cabría decir “genio y figura incluso después de la sepultura”.

Laura Bellver

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