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Pelaezleaks - página 4

Ir a Dortmund y acabar en Borussia

No ha sido esta una buena semana para el jefe de Peláez. Ilusionado por la presencia del Real Madrid en las semifinales de la Champions League, el director de este periódico de provincias optó por viajar a Alemania para ver in situ el partido pero no llegó porque confundió Dortmund con Borussia. Últimamente no anda muy centrado nuestro personaje que tras conocer que el número de desempleados en España superó los seis millones explotó de alegría. Se quedó con la cifra récord y omitió el sujeto de la frase del titular, algo que, por desgracia, pasa cada vez más a menudo.

Un hombre desorientado

Aunque parezca mentira tratándose de un director de periódico, lo cierto es que el lenguaje es algo extraño y en muchos casos desconocido para el jefe de Peláez. Su incomprarable (e inconcebible) manera de pensar le hace confundir los términos más sencillos, enrevesándose hasta el absurdo. Prueba de ello, esta semana estaba dispuesto a ir a la perrera para buscar a su hijo porque le habían dicho que era un “perroflauta”. Pero no solo el lenguaje es algo complicado para este hombre, sino también la realidad. De hecho, desorientado, se metió en la lavadora creyendo que era el ascensor y quemó todas sus facturas pensando que así las deudas desaparecerían.

Tipos extraños

Tipos extraños han visitado la redacción del periódico de provincias de Peláez la última semana. Primero fueron los tipos del banco, que allí fueron para llevarse mesas, sillas y jarrones como cobro de las deudas del jefe del diario. Quizás, en realidad, el tipo más extraño que por allí estuvo fue precisamente el director, quien el pasado viernes compró a su redactor una cofia y el martes decidió escribir una carta de reclamación a Apple al sentirse timado por el nuevo IMac, al que él llama el ordenador escocés. Tan extraño es este hombre que ni siquiera se reconocía a sí mismo, no sabía quién era el tipo extraño que lo miraba ayer desde el otro lado del espejo.

Periódico de ayer

Con hondo pesar comenzó la semana el jefe de Peláez al darse cuenta de que se había arruinado tras una visita a Ikea adonde fue a buscar un tornillo y de donde se marchó con muebles para decorar tres casas que no tiene. Así es este hombre que quería viajar a ver la Semana Santa sevillana una semana después de que fuera y que ha decidido sustituir el teléfono por dos yogures unidos por un cordel.

El crepúsculo de los dioses

Semana de tres días en la redacción de Peláez a causa de la fiesta de Pascua, una semana que comenzó el lunes con los aires de grandeza de su jefe quien, puesto que iba a participar como “extra” en una película, ya se veía en las letradas colinas de Hollywood.

Ataque de asturianía

Por más que el equipo de investigación de 360ºPress ha intentado saber el lugar de provincias en el que se encuentra la redacción del periódico de Peláez, nunca han llegado a acercarse. Unos días parece hallarse en el centro de este bendito país y otras junto al mar, quizás a orillas del Mediterráneo. Las pistas son confusas y nadie se atreve a afirmar con certeza donde se publica este diario.

Llega la primavera

Ha llegado la primavera a nuestras vidas y también a la cochambrosa redacción de provincias en la que trabaja Peláez. Prueba de ella son los continuos estornudos de su jefe y, quizás, también sus cambios de humor, propios de un hombre que, para no perder la costumbre, practica cómo despedir a hipotéticos empleados.

La dolce vita

Siempre a caballo entre la realidad y la ficción, siempre a mitad de camino entre la más radiante actualidad y aspectos tan alejados de las páginas de los periódicos como alguien se pudiera imaginar.

Esa cosa llamada actualidad

Aunque parezca mentira, el jefe de Peláez, director de un periódico de provincias, es el hombre más al margen de la actualidad informativa que alguien se pueda imaginar.

Caos en la redacción

Coincidiendo con los días más crudos del invierno, el jefe de Peláez ha aprovechado para contratar sus vacaciones de verano en “Punta Canosa” aunque antes va a practicar el modo de vida caribeño en la bañera de la redacción.

Déspota y feliz

¿Dónde están los límites del jefe de Peláez? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que este hombre, siniestro secundario en un principio, se está convirtiendo en el verdadero protagonista de los cables que llegan cada día a nuestra redacción. No logramos entenderle pero con el paso del tiempo nos estamos convirtiendo en cómplices de sus rarezas y excentricidades.

Animal

Ese es la palabra que sin duda define al jefe de Peláez por sus rudos modales, su hambre feroz, su despiadada actitud para con sus subordinados. Sin embargo, esta semana hay aún más razones para referirnos a él de ese modo. Y es que ayer mismo el jefe de Peláez estuvo mugiendo y relinchando en la redacción tras haber comido carne procedente de dichas especies.

Invierno de corrupción

Peláez es un hombre fiel a la realidad y, los meses nos lo han demostrado, con una conciencia social a prueba de bombas. Prueba de ello han sido sus últimos reportajes sobre los constantes casos de corrupción destapados en España.

Un corazón escondido

Adoramos a Peláez. Es, como muchos sabéis, un héroe incomparable para nosotros. Sin embargo, pasados ya varios meses de pelaezleaks, hemos de decir que también queremos a su jefe. Y lo queremos porque lo más sencillo, lo natural, lo obvio, sería odiarlo.

Elefante en cacharrería

Como elefante en una cacharrería –nunca mejor dicho– ha llegado el jefe de Peláez a la redacción después de las fiestas navideñas y es que tras pasarse con mazapanes y polvorones su peso ha subido tanto que teme por la resistencia de la báscula. Dudamos, no obstante, si su dieta prevista para adelgazar –comer cosas pequeñas, como Lacasitos– será efectiva más aún cuando hemos sabido que no piensa hacer más ejercicio que ir andando al bar de la esquina.

La curiosa dieta del director

Desde que nos llegan los cables de nuestro querido Peláez y su jefe, una de las características que antes reconocimos en este fue la de su curiosa dieta en la que cualquier aberración era posible. No ha sido menos esta semana en la que el pasado jueves comenzaba la jornada bebiéndose el líquido de un frasco de espárragos y unos días después comiendo chistorra regada con vino.

Atrapado en el ascensor

Se las prometía muy felices nuestro querido Peláez el pasado viernes cuando se preparaba para irse a Valencia a la presentación de un libro para la sección de cultura. Lamentablemente, este humilde plumilla no llegó ni siquiera a salir del edificio del diario en el que trabaja pues su jefe lo encerró en el ascensor por temor a quedarse sin su subordinado favorito.

Lobos solitarios

No cabe duda, a estas alturas de la madrugada ya podemos afirmar que Peláez es, para su jefe, cualquier cosa menos un periodista. Prepararle patatas a la riojana, limpiar las manillas de las puertas, aparcarle el coche o darle el desayuno son solo algunas de las funciones que ha de desempeñar nuestro querido héroe.

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