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El butacón de Garci

El beso del atardecer

Foto: Marga Ferrer

A veces, demasiadas veces, caminamos tan deprisa que apenas sabemos nada de nadie y hasta llegamos a perder la sombra que nos protege.

No eres nadie, no eres nada

Nadie
Nadie

Nunca supiste el valor de una sonrisa ni sentiste el corazón de otra persona dentro de un abrazo. Nunca dibujaste una luna llena en una noche con pétalos de amor sobre tu cama.

La felicidad tiene mil caras y mil razones

La felicidad es la sonrisa cristalina y confiada de un niño o un matrimonio de ancianos sonriendo cuando se miran a los ojos. La felicidad es el amanecer cuando clarea en el campo.

Dile, simplemente

Fotografía: Marga Ferrer
Fotografía: Marga Ferrer

Puede que me aleje de ti, aunque ya sea tarde o puede que caigan las sombras y el desierto siga estéril en la lejanía. Puede que un niño muera ahora y nadie se detenga.

La Navidad es solo eso

Fotografía: Marga Ferrer
Fotografía: Marga Ferrer

Navidad 2018 es otro año igual: el cielo se viste de luces, las paredes se pintan con sonrisas de Photoshop y las tiendas aplican un descuento con trampa vietnamita en su letra menuda.

La misma hora de siempre

Foto: Marga Ferrer
Foto: Marga Ferrer

Quizás puede que seas una persona con la cabeza alta y el horizonte hundido como un barco sin mascarón de proa; o alguien apilado en el trastero como una bicicleta sin ruedas.

Un país donde la nada existe

En un país donde la nada existe, el trabajo se diluye de las manos y uno siente cómo vaharadas de fuego derriten tu espalda; las calles siguen llenas y, sin embargo, huelen a humo y a soledad. Oleadas de gente de otras partes llegan a nuestras playas, pieles oscuras y ojos que escriben el miedo en la arena, un miedo húmedo y hambriento que devora corazones y presente.

Hoy no puedes hablar, mañana dirán tu nombre

País al derecho o sin derechos, país pinturero, país que pintaron con la brocha gorda de la injusticia y ahora, cuando sus rasgos se marcan con el fuego negro de los indiferentes, quedan difuminados más allá del mar, donde existe un silencio de cristal con sangre nuestra.

Palabras quemadas

La lluvia de primavera riega de lunas la noche y apenas deja ver una luz en tus ojos de centinela del viento. Eres un hombre que nunca viajó al corazón de un amigo, pero lloraste en su hombro el día que el horizonte perdió su amanecer y los toros huyeron. No dejaste rastro de amor en tu cama, pero tus sábanas huelen a miedo y están manchadas de dudas. Eres un hombre que vende palabras quemadas y fracasos de oro; un paladín de la mentira, que promete un sol voraz en medio de la tormenta.

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