En verano aumentan ciertos factores de riesgo para la salud oftalmológica. Por ello, ante el incremento de las radiaciones solares, el uso frecuente del aire acondicionado y los baños en piscinas conviene seguir estas precauciones que señalan el doctor Ángel Cisneros Lanuza, jefe de servicio de Oftalmología del Hospital Universitario y Policlínico La Fe de Valencia, y la doctora Rosa Dolz Marco, oftalmóloga en el mismo centro.
¿Cómo debemos protegerlos del sol?
En general, es recomendable no exponerse directamente al sol durante las horas centrales del día, usar gafas de sol homologadas y sombreros o gorras. Para protegernos del sol, la única opción son las gafas de sol con filtro para radiaciones ultravioletas (UVA). Existen diferentes tipos de filtros, pero deben cumplir los requisitos de calidad de la normativa europea. El uso de gafas no homologadas puede ser muy perjudicial, aumentando la cantidad de radiaciones solares que llegan a la retina.
¿Cómo afrontar los continuos chapuzones?
Debemos protegernos en el agua con gafas protectoras. El cloro de las piscinas puede producir irritaciones oculares; del mismo modo, algunas bacterias presentes en el agua de las piscinas pueden producir infecciones oculares. Es esencial evitar el uso de lentes de contacto en las piscinas, ya que existe un alto riesgo de infecciones corneales muy graves causadas por Acanthamoeba. Por otro lado, la sal del mar y la arena fina de algunas playas pueden también producir irritaciones.
¿Puede afectar el aire acondicionado?
El uso del aire acondicionado, el calor y los cambios en la humedad provocan la evaporación de las lágrimas, resecando el ojo. Los casos leves pueden tratarse con lágrimas artificiales pero, en caso de molestias persistentes, es conveniente consultar a un médico oftalmólogo.
¿Qué enfermedades oculares existen relacionadas con el sol?
Tras unas 6-8 horas de exposición pueden producirse cambios agudos como quemaduras en los párpados o queratoconjuntivitis (afectación de la conjuntiva y la córnea). Los síntomas se caracterizan por dolor, sensación de arena en los ojos y fotofobia. La exposición crónica a las radiaciones del sol puede producir cambios crónicos. Hay lesiones en los párpados asociados a los rayos solares como la queratosis actínica, pero también se asocia a lesiones malignas tumorales. Además, el sol produce la degeneración de los diferentes tejidos oculares; en la conjuntiva puede producir pinguécula o pterigion, en el cristalino se acelera el proceso de la catarata, y en la retina se asocia a la degeneración macular asociada a la edad.
¿En qué medida afecta tener los ojos claros u oscuros?
En general, los ojos claros son más sensibles a la luz solar (fotofobia). Además, los ojos claros tienen menos cantidad de pigmento que los ojos oscuros, por lo que la protección natural es menor en estos pacientes. No obstante, se recomienda el uso de filtros solares sea cual sea el color de los ojos.
Texto extraído de la revista número 25 de redfarmaaldia.es
Javier Montes