Manzana pera limón

Ya hemos dicho en más de una ocasión que el jefe de Peláez es una de las personas más sorprendentes que hemos llegado a conocer. Tanto que, según hemos descubierto esta semana, no es un hombre sino un perro que, tras hincharse a bolitas para canes, se ha puesto a ladrar.

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Este personaje inclasificable,director de un periódico de provincias –no lo olvidemos– desconocía que eranlas elecciones europeas porque hace años que ha dejado de votar, aunque yasabemos que sus preocupaciones son otras como utilizar las páginas de su diariopara hacer avioncitos de papel. No se olvida, sin embargo, de su rol de jefecuando llega la hora de los recortes, aunque el dinero que escatima al pobrePeláez no lo utiliza para la empresa precisamente, sino para alinear limones enla máquina tragaperras del bar de la esquina.

Jueves, 22 de mayo

 

Buenos días, jefe.
– Ay.
– ¿qué le pasa?
– Ay
– ¿Jefe?
– Ay
– ¿Está enfermo?
– Ay
– ¿Puedo ayudarle?
– Ay… tranquilo, Peláez, se me pasará… ay.
– ¿Pero qué es?
– Retención de sólidos.
– ¿Qué?
– Estoy empachado de cojones.
– ¿Qué comió?
– La comida del perro.
– ¿Qué?
– Pensé que eran bolitas de chocolate.
– Jefe, quizás deba ir al médico.
– Tranquilo, no me pasa nada, estoy bien…ay…
– ¿Seguro?
– Guau
– ¿Jefe?
– Guau guau
– ¡Jefe!
– Guau guau guau
– Le voy a llevar al veterinario, jefe…
– Guau
– Póngase de pie….
– Guau
– ¿Va a ir a cuatro patas?
– Guau
– ¿Sabe qué?
– Guau
– Tráigame el periódico…
– Guau
– Muy bien, muchas gracias… eres muy bueeeeeno…
– Guau
– Ahora túmbate ahí en la alfombra, ya iremos luegoal veterinario…
– Guauuu…

 

Viernes, 23 de mayo

 

–¿De qué escribe, jefe?
– De las elecciones europeas.
– ¡Ay, Europa! ¡Qué grandes recuerdos tengo de cuando estuve por allí!
– Bueno, allí está, jefe…
– Sí, en espíritu, sí…
– ¿A qué países se refiere?
– A todos, Peláez, estuve en todos.
– ¿Hace mucho de eso?
– Casi ni me acuerdo. Tenia pelo en la cabeza, noen el bigote, y la barriga era una anécdota en mí…
– ¿No ha vuelto desde entonces?
– No, espero cruzar algún día el charco…
– ¿Qué charco?
– El océano, Peláez, ¿qué charco va a ser?
– Jefe, no hay que cruzar ningún océano, estamos enEuropa.
– Je, je, muy bueno…
– Lo digo en serio.
– No me joda.
– Le jodo, con perdón.
– Cagonlaleche, pensé que España era una ínsula enmitad de la nada.
– Solo en sentido metafórico, jefe.
– No tengo ese sentido, solo tengo los nuevenormales.
– ¿Nueve?
– Vista, tacto, oído, olfato, gusto, hambre, sed,modorra y resaca.
– Bueno, jefe, voy a seguir escribiendo…
– Yo planearé mi viaje a Europa, entonces.
– Que le vaya bien.
– Igualmente.

 

Lunes, 26 de mayo

 

– Buenos días, Peláez.
– Grandes días, jefe.
– ¿Y esa expresión tan propia de mí?
– Estoy feliz por los resultados de ayer.
– ¿Quince en la quiniela?
– No, jefe, las elecciones europeas.
– ¿Eran ayer?
– Sí, jefe. ¿No votó?
– No puedo, Peláez.
– ¿Por qué?
– No renuevo el carné desde el setenta y nueve.
– ¿Por qué?
– No soy nada fotogénico, Peláez.
– No es eso, jefe, es que es usted muy feo.
– Coño, va usted de sobradito hoy.
– Estoy lleno de energía y vitalidad, jefe, ante elnuevo panorama.
– ¡Me alegro!
– ¡Y yo!
– ¡Pues, hala, a limpiar los cristales!
– ¡jefe!
– ¡Hágalo con vitalidad y energía, eh!
– Brrrrr…
– Ji, ji, ji…

 

Martes, 27 de mayo

 

– Peláez, ¿dónde se ha metido?
– …
– ¡Pelaéz!
–…
– ¡Peláezzzzzzz!
– Está bien, jefe, estoy aquí.
– ¿Qué hacía en el armario?
– Estábamos jugando al escondite.
– No lo recuerdo.
– Ya me parecía…
– ¿Por qué?
– Llevo ahí dos semanas.
– Ya veo. Bueno, vamos a lo nuestro.
– ¿Mus, fabada y siesta, jefe?
– No, hombre… el puto periódico…
– Ah, vale… ¿qué quiere que haga ahora?
– Coja una hoja del periódico de hoy.
– Ajá.
– Dóblela así.
– Ajá
– Y ahora así
– Ajá
– y así…
– Ajá…
– Y ahora vamos a la ventana.
– Esto parece un avión de papel, jefe.
– Y esto también. A ver quién llega más lejos.
– ¿Qué nos jugamos?
– El que gane se lleva la morcilla de la fabada.
– Hecho, jefe.
– Amo el periodismo.
– Y yo.

 

Miércoles, 28 de mayo

 

– Peláez, tenemos que hacer más recortes.
– ¿Más?
– Sí.
– Pero si no tenemos ni tinta para la impresora.
– ¿Y los calamares?
– Se los zampó, jefe.
– Cierto, qué ricos. Bueno, el caso es que tengo quereducirle el sueldo.
– No me paga.
– Pues tendrá que darme veinte euros diarios.
– ¿Qué?
– ¿Somos un equipo o no somos un equipo?
– Está bien, jefe, aquí tiene.
– ¿Un billete? ¿Es usted tonto?
– ¿No quería veinte euros?
– En monedas, cenutrio, ¿cómo voy a meter esto enla tragaperras?
– Jefe, pensé que era para la empresa, no para susvicios.
– No es vicio, es inversión.
– He visto arruinarse así a mucha gente.
– Incultos que van a por trío de fresas en lugar dea por los limones.
– Jefe, está usted enganchado.
– ¡En absoluto! Manzana pera limón.
– ¿Lo ve?
– Pera pera cerecitas uyyyyyyy
– Si ni siquiera está jugando y habla así…
– Cierto, voy a jugar, tengo una intuición.
– Habla su vicio por usted.
– Lo que usted diga, hasta mañana pera pera sandía.
– Hasta mañana…


Los cables de lasconversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en laredacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario enla página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de @Marga_Ferrer

Adrián Cordellat

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