«La tendencia es un espíritu»

Coordina un equipo de diseñadores y coloristas de cuyos lápices electrónicos nacen ideas que después lucirán en escaparates de todo el mundo de las grandes marcas de este país. Carmen del Río nos abre las puertas de la sala donde se diseñan y desarrollan miles y miles de estampados para el Hogar. “Aquí hay mucho talento”, nos cuenta, “pero sobre todo, hay mucha creatividad”.

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Bajobocetos, cartas de colores y muestras de tela perfectamente organizadas, seadivina una mesa grande de madera en forma de “L” desde donde Carmen del Ríodesarrolla su trabajo… en parte. Porque tan pronto está frente a la pantallacomo ante la mesa del centro de la sala revisando colores y tejidos. No esdifícil encontrarla junto a uno de los diseñadores, opinando sobre la delicadezade las flores de un dibujo o, por ejemplo, guiando para que el tono elegido seael que exactamente ha pedido el cliente y no otro… ni parecido. “Los detallesson muy importantes en esta profesión y trabajamos para una marca muy potente.Tenemos que dar el máximo porque la exigencia es brutal”

 

Carmensuele hablar en plural cuando se refiere a su trabajo. Ella es la responsabledel departamento de diseño, pero reitera convencida que es fundamental trabajaren equipo y tener capacidad de reacción para no perder puntada del ritmotrepidante que exige su profesión.

 

Esavelocidad, según cuenta, no es sólo propia de las pasarelas, pues el mundo dela decoración se ha subido al tren de los cambios frenéticos y acompasados porlas estaciones del año y, curiosamente, por los cambios de humor de laspersonas. 

“Asícomo nuestra forma de vestir nos define en buena parte, cómo adornamos nuestracasa, también”, explica. Para Carmen, la decoración tiene tal capacidad queincluso dibuja la línea que diferencia una casa de un hogar. “Un ramo de floresdice mucho de un salón, por ejemplo”. Y si entramos a una estancia donde lasparedes son una auténtica explosión de color, “es probable que quien habite ahísea una persona extrovertida, atrevida… Es muy posible que se encuentre con unbuen estado de ánimo”. “¿Y de qué color son las paredes de tu casa?”, se lepregunta a la entrevistada. “¡Son blancas! Pero con toques de color”. Al acabarla frase, inmediatamente sonríe. Tras una pausa, lo tiene claro: “En todo caso,lo más importante es darle un toque personal y que nos identifiquemos con elespacio

 

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Ahorasólo hay que darse una vuelta por las avenidas comerciales de la ciudad queelijamos al azar para confirmar que la oferta de diseños y estilos para elhogar es apabullante. “Ese boom tuvolugar en España en los años noventa y ya se ha desatado tanto que el espíritude renovación propio del mundo fashion ha llegado a la decoración. Hastaentonces, los españoles teníamos las mismas cortinas y colchas durante años yaños… y años”

 

Enrealidad, ambos mundos beben de las mismas fuentes y se salpican el uno alotro. “En las tiendas de ropa ahora vemos muchas texturas en las prendas, muchojacquard*. Esa tendencia de tejeduría es una influencia de la decoraciónclarísima”, asegura. 

 

Lamoda y el hogar son los dos pedales de una misma bicicleta cuyo manillar, muyespecialmente en moda, dirigen los llamados gurús. “Son personas que estáncontinuamente empapándose de todo lo que se vive en la calle” porque “ahora lamoda está en la calle… y el estilo en uno mismo”

 

“Todoempieza con grupos de expertos que interpretan aspectos generales, como loscolores, las formas y las texturas. La inspiración puede estar en un olor, enun recuerdo… Y crean la llamada tendencia; que es algo más conceptual quematerial. Son influencias. La tendencia es un espíritu”. Explica Carmen que“los diseñadores de alta costura confirman esa tendencia y, finalmente, lapasarela marca a los fabricantes”

En unmundo globalizado donde las grandes firmas extienden sus hilos por todos losrincones, ese espíritu se materializa en “las interpretaciones que hacen lasmarcas”. Y es por eso “que no es difícil ver a muchas personas vestidas igual”,opina Carmen.

 

Dehecho, “el éxito de una colección es que tenga personalidad y que interprete lainfluencia dominante”. Al final, “se trata de ofrecer un producto especial, queaporte prestigio, y que al mismo tiempo sea comercial, para ganar dinero”. Y nopoco, por cierto. Sólo a alguien muy despistado le extrañará leer que eluniverso moda no se mueve con calderilla. “Es la parte más frívola. Hay quesaber que efectivamente es un negocio. Tanto es así que también la moda tieneestratagemas para dejar planchada a la crisis. “Fíjate que ahora se llevan lasfaldas más largas, las midis y los midi vestidos. ¿Por qué? Paraque se consuma más tela ¡estamos en crisis!”, razona Carmen.

 

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Llevamás de veinte años en el sector y ahora coordina el equipo que trabaja para unade las marcas más potentes de España, pero no pierde de vista el equilibrioentre la estética y el poder de la empresa. Según sus palabras, en esteambiente que fascina con facilidad, “es fundamental abrir la mente, tener lasideas claras y aportar con tu propio bagaje personal”.

 

Ellaestudió en Valencia y trabaja en Alicante, pero vive pegada a una maleta con laque ha volado hasta China, India o la ciudad de Nueva York. También por Europa.Además de cerrar acuerdos y concretar diseños y tonalidades, en sus viajesCarmen busca matices, ideas, inspiración. Parte de su propio bagaje acaba enlos escaparates que fuerzan al viandante a detener sus pasos sin que, muyprobablemente, se pare a pensar en todo el periplo que hay detrás de esecristal. 

 


Una entrevista de @Lorena_Padilla para 360 Grados Press con fotos de Kike Taberner

Jacquard*:El jacquard es una técnica de tejeduría que se caracteriza por la repetición demotivos y diferentes colores en una tela.

Soma Comunicación

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