Ibiza estira su verano

El auge que vive la isla se prolonga más allá de la temporada estival provocando un efecto llamada durante el resto del año tanto para turistas como residentes. El Ibiza Light Festival y la presentación mundial del nuevo modelo de Audi confirman el dulce momento de la Pitiusa mayor como destino de ocio y residencial

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La isla de Ibiza es desde hace décadas uno de los centros neurálgicos turísticos españoles. Una posición que en los últimos años se ha visto reforzada por la irrupción de importantes atracciones hoteleras y de ocio que sumadas a las ya existentes anteriormente la han situado entre los destinos más valorados en todo el mundo. La Pitiusa mayor es música, fiesta y desenfreno, pero también playas paradisiacas, mezcla de cosmopolitismo, entorno rural y Patrimonio de la Humanidad. Un cocktail irrepetible que ha dado lugar a una marca reconocible en el mundo entero a la que poca gente se puede resistir.

 

Millones de visitantes aterrizan todos los años en el aeropuerto situado en Sant Jordi de Ses Salines o atracan en barco —propio o de naviera— en sus puertos. La apertura de las grandes discotecas a finales de mayo marca el pistoletazo de salida de una temporada que se estira de forma algo artificial hasta entrado en octubre, cuando los ‘clubbers’ dan el último arreón de ocupación ante un turismo de sol y playa que ya languidecía desde septiembre para dar paso a la quietud de la vida otoñal e invernal de sus residentes. Así es o más bien así ha sido. El auge de la marca Ibiza parece tener consecuencias más allá de un reconocido problema de precios en el alquiler de vivienda o de saturación de la carretera. Se trata de la dilatación de su concentradísima temporada alta, que este año deja ver su efecto con más fuerza que nunca.

 

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“Este verano ha sido tremendo en cuanto a gente, pero es que lo que llevamos de octubre está siendo más grande que nunca y parece que promete hasta el final”, señala el dueño de El Zaguan, bar de pinchos y tapas en el que es imposible encontrar mesa ni hueco en la barra cuando aún no son ni las 20,30 horas de un jueves. “En la calle parece que la cosa está más tranquila que en verano, pero de repente empieza a salir gente de no se sabe dónde y se nos llena la terraza”, asegura el propietario de La Manduca, restaurante-bistro situado a pocos metros de el puerto. Media hora basta para confirmar que su predicción era cierta. En efecto, es mediados de octubre y el ambiente dista mucho del de hace tan sólo unos años, cuando el ocaso turístico a esas alturas de calendario era evidente.

 

A pesar de sus problemas inmobiliarios —hasta 500 euros llegan a pagarse ya por el alquiler de una habitación desde septiembre hasta junio, la fórmula utilizada por muchos profesores para ahorrarse el gravoso previo estival—, la población en Ibiza crece. Mientras antes era el sitio donde pasar unos meses para llenar los bolsillos, cada vez más gente opta por quedarse todo el año. Incluso los vuelos directos en invierno, también escasos durante los últimos tiempos, empiezan a restablecerse. Hay vida en la isla después del verano. Así lo demuestran dos multitudinarios eventos que han tenido lugar este fin de semana: el Ibiza Light Festival y la presentación mundial del nuevo modelo de Audi, para el que la marca alemana ha alquilado la totalidad de varios hoteles, por los que pasarán periodistas de todo el mundo durante varios días mientras hacen pruebas de conducción en la carretera.

 

UNA CIUDAD MÁS AMABLE

“Desestacionalizar la temporada turística siempre ha sido una de nuestras prioridades. Con la temperatura que tenemos durante todo el año creemos que hay oferta para muchas más cosas que no sólo sea la fiesta durante julio y agosto”, señala Pep Tur, concejal de Cultura y Patrimonio de la ciudad de Ibiza. Mirando a ese objetivo se decidió trasladar el Festival de Jazz a septiembre, con lleno absoluto igualmente. Una iniciativa que responde a la premisa del gobierno municipal de “sacar cosas a la calle”, algo que también se ha logrado con creces con el espectáculo de luz y color del pasado sábado. “El Ibiza Light Festival seguía también esa línea de ocupar la calle; que la gente pueda salir y disfrutar de cosas que normalmente no ha habido. Se puede asegurar que ha sido un éxito rotundo, con 20.000 personas en dos días paseando por La Marina”, reflexiona.

 

La elección de la isla por parte de una de las marcas referencia del motor mundial confirma la atracción que ejerce Ibiza. “Sabemos que somos un escaparate importante, hemos de saber gestionar eso. El primer objetivo han de ser los vecinos, la ciudadanía, pero sin obviar al turismo. Enriquecer la vida de la ciudad y que al mismo tiempo sigamos siendo atractivos”, explica Pep Tur.

 

A ello responde el proyecto de peatonalizar totalmente Vara de Rey, una de las arterias de la ciudad, cuyas obras han comenzado también hace unos días. “Humanizar el centro de y devolver al peatón una parte muy importante de la misma, precisamente la que conecta con el Patrimonio de la Humanidad, es otra prioridad. Algo que esperamos que también repercuta en la descongestión del tráfico”, explica. Negocios de referencia no han tardado en tomar posiciones y en prepararse para el nuevo entorno.

 

Una ciudad más amable y más oferta sociocultural. La fórmula con la que Ibiza es cada vez más atractiva tanto para turistas como residentes durante todo el año.


 

@ivan_munoz

Patricia Moratalla

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