Zorba el griego

Por Javier Montes

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Me quedan menos de dos meses para casarme en Atenas y la cercanía de la fecha me está provocando que cada vez que escucho Grecia, ¡zas!, allá que me lanzo. Esta semana me topé en la estantería de la videoteca de la Biblioteca Jovellanos de Gijón con ‘Zorba el griego’ y… ¡claro, a la mochila!

El título de la película no me era desconocido pero jamás la había visto así que ilusionado, llegué a casa, encendí el DVD y… a disfrutar.

La película, basada en la novela ‘Vida y aventuras de Alexis Zorbas’ de Nikos Kazantzakis, es de 1964, fue escrita, producida, dirigida y montada por Michael Cacoyannis, tristemente fallecido el verano pasado, y protagonizada por un genial Anthony Quinn, Alan Bates, Irene Papas y Lila Kedrova.

Narra las aventuras de Basil (Alan Bates), un joven escritor británico que ha heredado una propiedad en Creta que alberga una mina en ruinas. Antes de embarcar rumbo a la isla conoce a Zorba (Anthony Quinn), un griego que roza la locura, lleno de vitalidad y con una visión de la vida completamente diferente a la de Basil. Juntos trazan una peculiar aventura plagada de momentos crueles y felices. Toda la trama se desarrolla en la Creta más profunda de la postguerra. Amores platónicos, el clasicismo, la venganza, una sociedad anclada en pesados grilletes… y unos actores geniales. Prueba de ello es que el gobierno griego le concedió a Anthony Quinn la ciudadanía griega y Lila Kedrova se llevó un Óscar.

Con siete nominaciones a los Óscars en 1964, la cinta se llevó tres estatuillas (la mencionada a la mejor actriz, mejor fotografía y mejor dirección artística). Mención especial merece la música de Mikis Theodorakis, que pone la guinda a un largometraje fabuloso que por méritos propios es ya un clásico del cine.

Cuando el espectador termina de ver la cinta es normal que reflexione acerca de la vida. El espíritu alocado y trabajador de Zorba debería ser un ejemplo a seguir. Igual que los comportamientos de la sociedad cretense deberían ser erradicados y condenados enérgicamente. A pesar de que han pasado varias décadas desde que se grabó, las situaciones que viven los protagonistas de ‘Zorba el griego’ se siguen sucediendo en muchas partes del mundo. Yo ya tengo ganas de ir a Grecia donde ojalá me encuentre con un Zorba o, al menos, se me contagie parte de su espíritu.

Kalimera.

@JavierMontesCas

Adrián Cordellat

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