Rudo y Cursi

Por Javier Montes, periodista

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Dicen que las primeras guerras de lahumanidad sucedieron entre hermanos y que más tarde apareció el juego paraevitarlas imitándolas simbólicamente. Es una lástima que hoy en día seconfundan la guerra con el juego y el juego con la guerra, especialmente entrehermanos.

 

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Esta es una delas perlas que nos deja ‘Rudo y Cursi’, una película mexicana dirigida porCarlos Cuarón y producida por un trío de ases Alejandro Cuarón, AlejandroGonzález Iñárritu y Guillermo del Toro. Estrenada en 2008 en el Festival deSundance, narra las peripecias de dos hermanos (Diego Luna, el ‘rudo’, y GaelGarcía Bernal, el ‘cursi’) que trabajan en una plantación de plátanos de unpequeño y pobre poblado de México hasta que aparece un representante defutbolistas (Guillermo Francella). Un penalti marca sus vidas.

 

Todo en la vida es una apuesta. Una pelotapega en el poste y se va fuera o es gol. De ahí depende el resultado, deldestino por supuesto, y del efecto que se le imprime a la pelota al golpearla.

 

El ‘cursi’ es elprimero en pisar el DF. Allí triunfa como delantero centro aunque su verdaderapasión es cantar. Talentoso con la pelota, su inseparable amigo es un acordeón.Para él, la carrera de futbolista es sólo un halo de esperanza para encontrarel trampolín de la música. Poco después le llega el turno al ‘rudo’, quien batetodos los récords como portero menos goleado pero su pasión son los juegos deazar. Apostar en peleas de gallos, en carreras de caballos o en mesas de póker.

 

Los reencuentros son siempre momentosmágicos como el gol de un delantero después de una mala racha o tocar la pelotadespués de una lesión prolongada, el regreso de un hincha al estadio luego deaños de ausencia.

 

Ambos sueñan conganar dinero para construirle una casa a su madre frente al mar. En la arena,sentados sobre unas toallas, dibujan sus sueños en voz alta, unos sueños queparecen cercanos pero que no dejan de ser sueños hasta que se hagan realidad.

 

El amor a la madre y el amor a la camisetason la misma cosa. Y es que la vieja es nuestra primera identidad, por su amorse lucha como por la vida. Todo hincha quiere demostrar que nadie ama lacamiseta como él, y todo hijo sabe que nadie ama a la vieja como él.

 

Pese a que lahistoria gira entorno al fútbol apenas hay imágenes en estadios, ni tediososentrenamientos, ni comentarios técnicos. La trama está en la trastienda, en lamafia que rodea este deporte. Representantes, comisiones, mujeres, hinchasfanáticos… lo que está fuera del terreno de juego es la clave, es la vida misma.En el terreno de juego lo único que hay es un juego.

 

Desde que el fútbol es negocio todo giraentorno al resultado. La alegría del juego desaparece y el miedo lo envuelvetodo. Nadie intenta nada porque esta prohibido fallar. Es como vivir con un revólverapuntándote a la sien.

 

‘Rudo’ y ‘cursi’triunfan. Ganan mucho dinero y les persigue la fama a la vez que vanconstruyendo lentamente su propia destrucción. La historia es predecible perola película atrapa. Si un penalti les llevó al éxito, un penalti les lleva alfracaso. Es la vida misma, plagada de filosofía.


La banca es como un purgatorio. Es lo másparecido a llevar a tu novia de luna de miel y no poder hacerle el amor yademás soportar que veintidós boludos y tres policías se agasajen con ella antela mirada cómplice de miles.

 

Al ‘cursi’ lemachaca una mujer. Convertido en una estrella, el ‘9’ deja de mandar pelotas ala red y su cabeza, decorada con unas mechas rubias propias de delantero centromatador con poca cabeza para pensar pero mucha para rematar a puerta, sufre untsunami. Olvida el acordeón, pierde el olfato de gol, se le va la felicidad yla chispa de la vida. Se hunde.

 

El problema del amor a la pelota es quetodos quieren con ella y ella quiere con todos, por eso es tan importantecuidarla.

 

 Al ‘rudo’,infranqueable en el terreno de juego, le acribillan en una timba. Sus manos,milagrosas para salvar goles, son una ruina con la baraja. Sólo su mujerconsigue repescarle pero detrás hay deudas, arpías y pocos escrúpulos. Sehunde.

 

No es nada personal pero los arqueros desdesiempre me han parecido seres ominosos, pájaros de mal agüero. Son personajessolitarios, ermitaños, que todo lo ven de lejos y que tienen permitido loprohibido, se encargan de evitar goles y al hacerlo frustran toda alegría. Sonuna catástrofe.

 

Estas son sóloalgunas reflexiones de la película. Si te gustan no dudes en verla, a mí mepareció una gozada, un gran descubrimiento.

 

Penalti significa castigo. El castigo sueleser sólo para uno, para el que falla. El que acierta se cubre de gloria. Siambos resultan castigados entonces significa que el juego de la vida, que es elmás grande, le ganó al juego del fútbol, que es el más bello.

 

 

V.P.

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