El pacto de la vergüenza

Ese pacto. Todos saben al cuál me refiero. Ese donde una cosa con patas que respira es tratado de eso, de cosa.Lo siento. Te vamos a enviar a tu país que aquí somos muchos y sobras. Comete tú las bombas mías que a mi me da la risa.

Aquí, por estos montes donde se defienden ideales de igualdad, libertad y fraternidad, sino pregunten por Paris. Por donde el ser humano está por encima de todo y ante todo. Aquí, defiendo lo que yo te diga. Y yo, que me mojo te lo digo pero sin ahogarme. Que ese verbo os gusta. Lo sé. De nada.

No pudiendo ni queriendo resolver la crisis migratoria, la UE ha decidido subarrendarla. Le paso un cheque a Erdogan y que nos haga de servicio de residuos que aquí…queremos todo con algodón. Incluso saber hasta donde llegan los ideales, el remordimiento y la conciencia de uno, es algo por descubrir en pleno siglo XXI. Ya lo dijo Fernando Pessoa, que la conciencia de la inconsciencia de la vida es el más antiguo impuesto que recae sobre la inteligencia. Claro. Agua.

La UE ha cedido a todo tipo de chantajes. Ankara representa uno de ellos y por mucho que nos pese gracias a unos, en el pack todos. Porque oye. Por aquí somos así. El ascenso de intención de voto de grupos radicales, la inactividad de Merkel, la doctrina pionera de la política española y la opinión pública general son asuntos a tratar y algunos más peligrosos que tener que acompañar  personalmente a que te vayas de aquí. Por educación no nos podrán decir nunca nada. Al menos…

Aquí hemos alojado a 18 refugiados entre diez millones que lo necesitaban. Pero viendo como Rajoy eludía las preguntas de Évole el pasado 3 de abril, muchos más… tampoco. No nos pasemos, Mariano. Por el reino de España hemos patentado la doctrina de las devoluciones en caliente, a -según fuentes-“invasores”. Pero oye, podemos seguir haciendo el juego de hipocresía que tan bien hacemos para salir guapos.

Porque como por aquí se comenta…

Dilo tú, que a mí me da la risa.

@stefanogarcia

Clara Elena Martínez