Viaje al metro de Londres, el más antiguo del mundo

360 Grados Press se sube al ‘tube’, el Metro de Londres, que este año conmemora su 150 aniversario. Una historia plagada de anécdotas para una red que diariamente presta servicio a 4 millones de personas.

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11 líneas, 270 estaciones, 1.100millones de desplazamientos anuales y cuatro millones de usuarios al día. Estasson sólo algunas cifras del Metro de Londres, una gigantesca ciudad subterráneaformada por 402 kilómetros de vías, la misma distancia que hay porcarretera entre Madrid y Bilbao. Se dice que el Metro de Londres cubre cada añoel equivalente a 90 idas y vueltas entre la Tierra y la Luna. Por sus vagones, normalmente atestados degente, pasan diariamente ciudadanos de todas las nacionalidades del mundo. Lacapital de Inglaterra, la ciudad más poblada de Europa, es cosmopolita desdehace muchísimos años, casi tantos como 150, los que cumplió el pasado 10 deenero el ‘tube’, el metro más antiguo del planeta.


Atrás queda aquel 1863, cuando abrióal público la primera línea del metro londinense que conectaba Paddington yFarrigdon. Una locomotora de vapor y varios vagones iluminados por lámparas degas dieron el pistoletazo de salida a una aventura resumida así por el ‘DailyNews’: “por primera vez en la historia los hombres puedes desplazarse envagones agradables por debajo de las tuberías del agua y de los cementerios(…) Los vagones son tan altos que un hombre de 1,80 puede permanecer de piecon su sombrero puesto”, recogía la crónica aludiendo a las impresiones delos primeros pasajeros.


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En estos 150 años de vida el Metrode Londres se ha convertido en un símbolode la ciudad, especialmente su logo, ese círculo rojo cruzado por una bandahorizontal azul que data de 1908. Durante la II Guerra Mundial sirvióde refugio para miles de londinenses que escapaban allí de las bombas delejército nazi. Su historia está plagada de sucesos. Quizá los más graves yrecientes sean los atentados del 7 de julio de 2005, cuando tres bombasreivindicadas por Al Qaeda estallaron en otros tantos vagones en plena horapunta dejando medio centenar de víctimas mortales, sin olvidar el incendio enla estación de King’s Cross, que en 1987 causó 31 muertos. Cada año se dejan lavida en el suburbano londinense más de cien personas (111 en 2012), la mayoríacomo consecuencia de borracheras que acaban en las vías por más que el TfL, el organismo que gestiona la red,reclame precaución en los cientos de carteles que pueblan las estaciones.


Es curiosa la relación de amor-odioque hay entre los usuarios y el Metro. Las quejas sobre los retrasos, averías oprecios excesivos (el bono mensualpara las áreas 1 y 2 de Londres -el centro- cuesta 144 euros y el billetesencillo, más de 5) son constantes pero todos lo necesitan y están encantados,especialmente a raíz de que se erradicara por completo la violencia debido a lamultitud de vigilantes de seguridad y a un ambicioso plan de renovación que noconcluirá hasta 2020. Precisamente esa renovación es lo que provoca que losfines de semana muchas líneas permanezcan cerradas, un contratiempo para  turistas inexpertos que no leen los avisos yuna algarabía para el medio millón de ratones que viven actualmente en la redde Metro.


Recuerden:Mind the gap!

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@JavierMontesCas

Laura Bellver

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