El gusto por conducir ‘leyendas’

El mundo de los automóviles clásicos y antiguos moviliza a un considerable número de aficionados. Por ejemplo, el último evento de ámbito nacional, la III Retro Valencia, ha contado con la visita de 25.000 personas en cuestión de tres días. En 360 Grados Press nos hemos aproximado a este sector para saber qué se cuece en él y en qué momento se encuentra.

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La mayoría de apasionados sienten este particular interés de forma prácticamente innata, heredado como si de genética se tratase o adquirido desde pequeños; pero también los hay que han desarrollado la simpatía por ello con el paso del tiempo, al ver esos modelos que refrescan recuerdos familiares o de la juventud. Muestra del primer caso bien podría ser Óscar Beberide, quien ahora acompaña a su padre en las ferias para intentar dar salida a la flota que poseen. “Desde siempre me han encantado los coches en general y los clásicos en concreto“, declara. Por su parte, la segunda situación se reflejaría en la experiencia de Francisco Ferrer Mellado, delegado en Valencia del Club Nacional SEAT 1430, 124 y 124 Sport. “Recuerdo que, invariablemente, en mi casa teníamos uno de estos“, explica.

 

Una transición sobre cuatro ruedas

La ausencia de seguidores es, por tanto, un escenario que no se contempla; pero sí que se está percibiendo un cierto decaimiento. “Llevamos en marcha 50 años, hemos llegado a ser más de 200 socios y nos hemos quedado en 85 actualmente“, ilustra Miguel Antequera, el presidente del Club de Automóviles Antiguos de Valencia. La coyuntura económica y un salto generacional parecen estar condicionando dicha realidad, pero la continua convocatoria de ferias, así como la organización de ralis y de excursiones mantienen viva la llama. Además, según comentan los entrevistados, han vivido horas más bajas. Siguiendo con las palabras de Miguel: “Cuando creamos esta asociación rescatábamos coches que iban a ser entregados al desguace porque se consideraba que eran viejos“.

 

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En definitiva, se entiende que están pasando por los efectos propios de un cambio de fondo, el cual se nota a todos los niveles sin excepción. “Nosotros nos dedicamos a reparar coches antiguos que están hechos chatarra: desmontamos, saneamos, limpiamos… Hacemos todo lo necesario para volver a darles vida. No estamos en un buen momento, pues la gente no invierte tanto su dinero ociosamente en esto como antes, pero aquí seguimos, trasladándonos por todas las ferias que creemos que son interesantes, aunque se nota que las nuevas tecnologías son las que mandan para darse a conocer en el mercado“, reconoce Santiago García Floro, quien es el gerente de Cars 1247, una empresa asentada en Jaén que está especializada en restauración.

 

El ir y venir propio del coleccionismo

Aparte de la captación de nuevos involucrados en la materia, la principal inquietud que motiva al asociacionismo fraguado en torno a los automóviles clásicos y antiguos es garantizar que estos no se pierdan en el transcurso de la historia y con el avance de la mecánica. En consecuencia, recopilar información técnica o curiosidades y compartir conocimiento sobre su mantenimiento son dos de las principales líneas de actuación de cualquier aficionado que se precie. Asimismo, se ha generado paralelamente una economía basada no solo en la compra y venta de coches, sino también en la oferta de seguros, el intercambio de piezas y la adquisición de merchandising. Lucrarse con esto no es sencillo al depender de un “público muy específico“, según matiza Óscar, pero la actividad no cesa.

 

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Eso en lo que respecta a los ‘oferentes’, porque para los ‘demandantes’ es distinto: aunque el precio inicial de estos coches puede resultar elevado – dependiendo de la exclusividad y del estado del ejemplar en cuestión –, su conservación es asequible. “Lo más importante es tener un sitio adecuado para guardarlos, procurar moverlos con frecuencia, pasar la ITV cuando toque, cambiarles el aceite y poco más. Si no se tiene una avería grave, estos vehículos piden poco pan“, argumenta Miguel. “Suelen ser modelos sencillos que no cuesta mantener. Además, son bastante fiables y no se estropean demasiado“, completa Francisco refiriéndose a los SEAT en los cuales se centra la organización a la que pertenece.

 

Ante todo, satisfacción

Sea como sea, este ámbito no tendría razón de ser si no hubiese una contrapartida por implicarse. Y esta, sin duda, es el mero placer de conducir lo que podrían llamarse ‘leyendas’, una sensación casi inexplicable para muchos. “Son mucho más especiales. Actualmente, los coches son fabricados en cadena. Por ejemplo, los humanos solo intervienen para poner los intermitentes en un Volkswagen, mientras que el resto del automóvil es creado por una máquina. Sin embargo, los clásicos y los antiguos nacen de un trabajo más artesanal, con más cariño y eso se nota“, razona Óscar. “Solo puedo decir que si en alguna ocasión me encuentro estresado, me subo en mi coche clásico y se me van todas las penas“, concluye Miguel.


@LaBellver

Lorena Padilla

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