A lo largo de la temporada veremos hacer el paseíllo a múltiples toreros preparados para la ocasión con los mejores ternos, que son, además de parte de la liturgia del toreo, un claro reflejo de su personalidad. En concreto, 360 Grados Press se centra esta semana en el significado de tres de los bordados más característicos de los vestidos de luces.
Uno de ellos es el denominado Suerte,que simboliza toda la casta y la fuerza de voluntad que tiene un torero paraenfrentar el difícil trance de las cornadas y volver a la cara del toro sinperder la ilusión de pisar los ruedos de nuevo. Las muestras recuerdan a ungato persa, como símbolo de las “siete vidas” que no estaría mal que tuviesenlos diestros, al igual que los gatos, para hacer el paseíllo cuando todo pareceperdido. El tono persa, en cambio, alude a las “luces y sombras”; la cara y lacruz de los momentos de éxito y los aciagos. En medio, una espiga levantadatransmite la fuerza de la que tienen que hacer gala los toreros para no decaernunca. Las llamas que ondean, por otro lado, son producto del fuego quepurificará el nuevo camino a seguir.
Otro bordado con enjundia es el EmbrujoCalifal. Con este nombre, el estilo no podía ser otro que el musulmán. Elcalado que forma dicho bordado recrea los capitales o atauriques propios delarte musulmán. Detalle esencial de dicho vestido es la combinación de tonosrojizos y ocres al más puro estilo de los arcos de la propia Mezquita deCórdoba. ¿Y qué son si no esos dos colores? Un fiel reflejo del ocre reinanteen la arena del ruedo y el rojo de la sangre que se derrama en el mismo. Ytambién en los rosetones de la parte superior del terno encontramos lainspiración del bordado en las cúpulas típicas de las construcciones musulmanas.
Por último, el tercer tipo de bordado del que hablamos y quizá máspopular desde que lo eligiese Juan José Padilla para reaparecer en Olivenzatras el impresionante percance en Zaragoza, es el Laureado. El laurel simboliza la gloria, motivo por el cual losromanos lo utilizaban en sus coronas como muestra de triunfo y reconocimiento,y motivo por el cual casa perfectamente con la personalidad de “El Ciclón deJerez”, que sale victorioso de una prueba tan dura y no sólo la supera, sinoque vuelve a los ruedos dando la cara. Concretamente en este vestido deldiestro gaditano predominan los tonos verdes, que es el color de la esperanza,la misma esperanza de volver a vestirse de torero que Padilla nunca perdió.Llamémoslo esperanza, fuerza de voluntad, superación, triunfo, éxito,reconocimiento, llamémoslo como queramos; sin duda el vestido de luces másadecuado para la ocasión.
Óscar Delgado