La ilusión de Gonzalo Caballero va en paralelo con el run run que suena en Madrid sobre su futuro en el ruedo. “En este mundo hay mucha competitividad porque somos muchos y hay pocos huecos”.
El tópico del torero entendidocomo alguien que decide dedicarse al mundo del toro para aparcar pronto losestudios no es la forma de entender la vida de nuestro protagonista de estasemana, pues sabe que “quien algo quiere, algo le cuesta”. Por ello, entretentadero y tentadero, Gonzalo Caballero busca un hueco en su poco tiempo librepara sacarse una carrera de ingeniería informática y aprender a conducir. Esosí, siempre pensando en el toro.
El nombre de Gonzalo Caballeroempieza a sonar con fuerza por los corrillos taurinos de Madrid y ya se diceque cuando el río suena, agua lleva. Sólo hay que observar algunasinstantáneas del joven toreando de lo más ceñido con la muleta, remangando elcapote con unas muñecas bien engrasadas y con el desmayo de los toreros que alverles torear, parece tarea fácil; él sabe que no lo es.
Este novillero sin picadores de la Escuela Taurina deMadrid ha acabado la temporada 2010 contento por cómo le está yendo su carreray con la satisfacción de haber indultado un novillo de la ganadería de Dehesade Calvaches en Valdilecha. “Fue un día muy bonito por la fusión con el toro,con la gente jaleándome y por lo a gusto que me sentí, además de proclamarmetriunfador de las clases prácticas de la escuela”, recuerda Caballero.
Para quien no le haya visto aún,el joven define su concepto del toreo de esta manera: “Me gusta torear muy deverdad, con mucha pureza, relajado -dentro de lo que cabe- y de una manera muyclásica”. En cuanto a los diestros en los que más se fija están “José Tomás yMorante de la Puebla,de los toreros actuales y Belmonte y Manolete, entre los más antiguos”, añadeel novillero.
Ingeniero informático
Este joven de Torrejón de Ardozrompe el estereotipo de torero como alguien que deja pronto los estudios, puesCaballero cursa en la actualidad una ingeniería informática. Como comentaGonzalo, “hay tiempo para todo” y nos cuenta cómo compagina ambas facetas. “Mepaso el día entrenando y por las noches me dedico a estudiar los apuntes que mepasan algunos compañeros, y si a eso le añadimos que ahora estoy en laautoescuela, ya puedo decir que tengo el día completo”, afirma entre risas. Ycontinúa: “Aún con todo, hay que arrear porque es muy difícil verte anunciadoen un cartel y hay mucha competitividad”.
Sobre la reacción de sus padrescuando les dijo que quería ser torero, asegura que pensaban que era broma, pero”cuando me regalaron un capote y una muleta, empecé a entrenar todos los días,fue entonces cuando se dieron cuenta de que estaba seguro de lo que quería y meapuntaron a la escuela”, finaliza Caballero.
S.C./V.P.