Los amantes de las series con dosis de actualidad, suspense y carga emocional encontrarán en las siguientes líneas una propuesta que hará sus delicias.
Una sucesiva revelación de secreto tras secreto a lo largo de ocho episodios, la justa medida para interesar al espectador, engancharle para un par de sentadas y dejarle marchar con buen sabor de boca. No hay necesidad de alargar temporadas porque sí como le ha sucedido a Homeland que, por cierto, en otoño estrena quinta entrega y Hugo Blick lo sabe. Quien dirigió con maestría la miniserie The shadow line (2011) se volvió a aliar el pasado verano con BBC Two así como Sundance Channel en esta ocasión , para producir un thriller de geopolítica y espionaje: The honourable woman.
Inspirada en el conflicto entre Israel y Palestina, esta ficción cuenta la historia de Nessa Stein, heredera junto a su hermano Ephra de la empresa armamentística de su padre, que fue asesinado frente a ellos en un restaurante cuando ambos eran pequeños. Ahora, el personaje interpretado con mucha solvencia, añadiría por Maggie Gyllenhaal trabaja por limpiar el nombre de la familia diversificando negocios. En concreto, su último proyecto es llevar la fibra óptica hasta la franja de Gaza para mejorar las comunicaciones de miles de palestinos. Honorable ¿O no?
Porque la muerte de quien había ganado la adjudicación del correspondiente contrato es el primero de muchos giros de guión que van poniendo las piezas en su sitio hasta que todo encaja. De por medio, servicios secretos de Inglaterra y de Estados Unidos, intereses políticos y económicos de turno, como también traumas y cargas personales que se destapan progresivamente haciendo reflexionar al público sobre la complejidad de Oriente Medio y del ser humano.
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