María y Laureen estudian en la Universidad y tienen 21 años. Compran ropa todas las semanas. Practican lo que en EEUU se conoce comúnmente como wardrobing. ¿Sabes qué es? ¿Habías oído hablar antes de este concepto? Es sentir la necesidad vital de estrenar una prenda nueva cada semana. Un síndrome que experimentan aquellos que no tienen la capacidad adquisitiva suficiente como para realizar esas compras de forma exponencial. Por eso, se hacen con la prenda anhelada y sin quitarle la etiqueta la devuelven a la tienda. Algo que también ocurre con el calzado y la ropa interior aunque, tal y como asegura María, todavía no han llegado a este extremo, confiesa a 360 Grados Press.
Seguramente, querido lector, tendrás constancia de algún caso de un amigo, familiar o conocido que para una boda se ha comprado un traje lustroso, a la par que elegante y oneroso, para después del evento devolverlo con la etiqueta, sin que parezca que ha sido estrenado. Pues bien, esta práctica llevada al extremo es lo que ha detonado en el síndrome wardrobing que cada vez afecta a más personas, sobre todo, desde que estalló el fenómeno de las influencers de moda.
Chicas jóvenes de entre 18 y 25 años que para empezar a abrirse hueco en este mundillo comenzaron comprándose cantidades industriales de ropa, haciéndose sesiones de fotos para colgarla sus modelitos en sus bitácoras y comentar los estilismos para, posteriormente, devolverla. Muchas de ellas se iniciaron así pero con el tiempo obtuvieron comentarios, visitas, likes y propuestas de marcas como retorno de esa “inversión”.
Pero a pesar de que este fenómeno se experimenta con más fuerza ahora debido a las tendencias sociales, ya en el año 2012 había una inclinación por parte de los españoles a comprar de forma apremiante, como revela el estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y del País Vasco, que apunta a que el 18% de los españoles compraban de forma compulsiva y casi el 40% admitía adquirir más cosas de las que necesitaba.
Un trastorno que, según los expertos, afecta sobre todo al género femenino porque las compras están más arraigadas entre ellas y estrenar ropa forma parte del hábito necesario de la belleza. “No conozco a ningún hombre que haya adquirido y después lo haya devuelto, pero sí que estoy segura de que más de una amiga mía lo hace aunque lo diga“, explica Laureen.
Le consultamos a un experto en la materia, al psicólogo Ricardo Pérez, del gabinete Ripema Psicología, si cree que los síntomas del wardobing son comparables a la adicción por las compras y nos asegura que no. “El proceso adictivo normalmente va seguido de un estado de ánimo disfórico y un arrepentimiento por el dinero gastado, así como por la pérdida de control, que no se experimenta en dicho síndrome“, señala Ricardo.
El hecho de que compren lo que les gusta, lo usen escondiendo la etiqueta y luego lo retornen al establecimiento antes de que acabe el plazo “no es comparable al impulso incontrolable que sienten los adictos a las compras por la adquisición de objetos superfluos e innecesarios“, apunta el psicólogo.
Sin embargo María confiesa que no es capaz de ir a un centro comercial a tomar algo sin comprarse nada. “Quiero estrenar ropa nueva cada semana y a veces pienso si seré una adicta o simplemente me falta algo”, ahonda.
Y como ella cientos de chicas jóvenes que ven en esta tendencia una oportunidad para destacar y demostrar que tienen gusto por la moda. Una afición en alza que perjudica directamente a los comercios de textil, que declaran que son cada más los usuarios los que lo llevan a cabo. Un fenómeno impulsado por la visibilidad creciente que tienen las personalidades más influyentes en las redes sociales, donde cada día lucen estilismos nuevos, para satisfacer las ansias de novedad que tienen sus seguidores.
Usar y devolver. Las dos acciones que preocuparon a los estadounidenses y ahora también al empresario español textil, que no sólo ve mermadas sus ganancias sino que también terminan perjudicados porque en muchas ocasiones la ropa no se retorna en perfecto estado, lo que impide que pueda venderse.
¿Es necesario un tratamiento?
Según el experto en psicología, Ricardo Pérez, “para corregir las adicciones conductuales es necesario abordar un reaprendizaje del control de la conducta, que se consigue motivando al paciente para el cambio, analizando estímulos asociados a la adicción y trabajando estrategias de solución frente al problema“.
Inma Gabarda