“El ser humano tiene como deseo diferenciarse y así lo cumplimos en mi taller”

360 Grados Press emprende un viaje con Lorenzo Caprile hacia la esencia y las costuras de las sedas, saboreando el perfume de la artesanía y la exclusividad de las prendas. Deambulando por las entretelas de la identidad y la necesidad de mostrar al mago de la “alta costura”.

Lorenzo Caprile estudió en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia. Además, es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia. A partir de 1986 empezó a trabajar para distintas firmas italianas y españolas de tan reconocido prestigio como Ratti, Lancetti y Grupo Finanziario Tessile. En 1993 abrió su propio taller en el Barrio de Salamanca madrileño, especializándose en trajes de novia y ceremonia, siempre a medida. Actualmente, ha recibido el III Premio de Aguja Brillante, concedido por el Gremio Artesano de Sastres y Modistas de Valencia por su trayectoria profesional.


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Irónico, sagaz, profesional y con una discreción envidiable. Hecho que hace que muchas sean las mujeres que elijan ponerse en sus manos para el día de su boda, con diseños exclusivos y con una identidad única que lleva el sello de Lorenzo Caprile. Amante y digno defensor de su profesión de “modista”, apostando por una moda realizada a medida que aporte ese ápice de diferenciación. Persistente y perfeccionista en su taller, buscando esa delicadeza en los detalles, mimando las prendas con dulzura, mientras pasa el tic-tac del tiempo sobre el horizonte de las sedas. Siempre buscando cómo mejorar, nunca con la tarea de la satisfacción plena, porque los genios también saben de humildad. Sin pensar en la artificiosa tarea de la comercialización, reemplazada por la de la fidelización de las clientas otorgando un servicio único y distintivo.

Sobre el dibujo afirma que es una herramienta más, pero no la única. Con ejemplos varios que corroboran su argumentación, divisamos el caso de la mismísima Coco Chanel o el maestro Balenciaga que desconocían el trazo en el dibujo.

Su éxito vino de la mano del diseño del traje  de novia de Carla Royo Villanueva en 1993, un atuendo que en España estaba todavía en brazos de Morfeo y extremadamente limitado: talle bajo, escaso  vuelo, escote barco y  manga tres cuartos. El taller de vestuario teatral Ana Lacoma aceptó confeccionar un corpiño y adaptar una tendencia que ya estaba en Europa y que  Lorenzo Caprile trasladó de una manera magistral, al traje de novia.

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Este genio, amante de su profesión, ha configurado vestidos para mujeres de la esfera social con inmejorables resultados en cuanto al patronaje, diseño, exclusividad, creatividad, color y enfatización de los rasgos más destacables de la mujer. Este es el caso de la princesa Letizia Ortiz, la infanta Cristina o actrices españolas tan importantes como Silvia Abascal. Sus creaciones reflejan una paleta cromática adecuada con la pigmentación de las mujeres, propio del estudio antropométrico que realiza inicialmente, en un abanico de acuarela que muestra la elegancia y calidad de sus tejidos. Detalles artesanales y remates destacables que se alejan de la banalidad de los excesos.

Lorenzo Caprile pone de manifiesto que en el mundo de la moda ya está inventado absolutamente todo, cuando era joven miraba las revistas especializadas en moda y sin observar el pie de foto ya sabía quién era su creador. En la actualidad, se necesita ese apoyo textual para saber quién es el diseñador de una prenda determinada.
Alejado de los shows mediáticos, Lorenzo Caprile acentúa la necesidad del trabajo eficaz, con un trato exclusivo a su clientela y con valores añadidos en su taller.

Mujeres, rostros de porcelana que se columpian sobre la pureza de las telas, divas de la pasarela de la vida que vagan por el taller de este mago de las costuras, con el resultado de ser una fémina única, diferente y exclusiva sobre sus pasos de marfil.


¿Cómo recuerda sus inicios en el mundo de la moda?
Tengo muchos recuerdos bonitos de esta época. Empecé en Como, la gran capital de la seda e insistí a mi abuelo que quería introducirme en este mundo. Sobre esa insistencia comencé a dar mis primeros pasos a los 14 años y me dediqué a asistir a los desfiles de “alta costura” de Roma y París, rodeado de sedas, tejidos y estampaciones.

¿Por qué tiene esa lucha insaciable con la terminología en su profesión para que se use el vocablo “modista” y no diseñador?
Porque es así. Como el caso de los cocineros que se llaman cocineros o los electricistas que no se denominan técnicos de cables, se llaman electricistas. Es una palabra preciosa que se halla en la RAE y que corresponde a mi profesión. La palabra “modista” es aquella persona que crea prendas de vestir y eso es lo que hacemos.

Otro concepto controvertido es la esencia de “alta costura”, ¿qué es para Lorenzo Caprile la “alta costura”?
Tal y como yo la entiendo es mimar a la prenda y dedicarle mucho tiempo y no entregarla sin que esté perfecta. Es lo que se ve y no se ve, es decir, es la puntada, la entretela y el forro impecable. Para llegar a este cometido hay que dedicarle muchas horas.

Lorenzo Caprile es un referente en el sector nupcial y como complemento estrella apuesta por los abanicos, ¿por qué?
Porque es un complemento muy femenino y romántico. En algún momento dado de la ceremonia, la novia se acalora y lo utiliza para abanicarse. Es muy español y muy apropiado para la mujer.

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¿Qué sello de identidad tiene la marca de Lorenzo Caprile?
Principalmente, que las mujeres que pasen por mi taller estén espectaculares, dejando al margen la esfera de la moda y las tendencias actuales. Matizar esos rasgos que poseen como positivos y enfatizarlos y disimular las características más negativas.

Y hablando de tendencias ¿cree que la globalización de estas hace que las prendas a medida estén perdiendo fuerza en el mercado de la moda?
No, todo lo contrario. La está potenciando, ya que, todos vamos vestidos de una manera semejante en la mayoría de las ciudades. El Zara de Nueva York y el de Madrid son casi el mismo, por ello, el deseo como ser humano de diferenciarse siempre sale a flote y así lo cumplimos en talleres como el mío.

¿Gozan de buena salud las prendas a medida realizadas a mano?
Así es. Goza de buena salud porque hay muchos talleres que trabajan en ello. En España hay una tradición en cuanto a la hora de una ceremonia nupcial y para una ocasión tan especial no se busca un traje anónimo de una tienda que lo pueda llevar otra mujer. Se busca algo personal, exclusivo, mimado y cuidado.

Y si una novia va a su taller y le pide un diseño que no le favorece, tras ese necesario estudio antropométrico del inicio ¿qué ocurre?
(Risas) Con mucho tacto, piscología y educación la intento llevar a mi terreno. Hay algunas novias que lo aceptan y se consigue un resultado maravilloso y otras que no y deciden irse a otra empresa.

¿En época de crisis ha tenido que agudizar mucho el ingenio o eso ya venía de antes?
Agudizo el ingenio en aspectos como ofrecer un servicio impecable, en ser más profesional. Una serie de pequeños detalles intangibles, donde la clientela se sienta cómoda. También el hecho de la decoración del taller es muy importante para crear un ambiente adecuado. En cuanto a la creatividad de los modelos siempre intentas estar al día, retarte a ti mismo y ofrecer lo mejor, independientemente de la crisis. La crisis lo que ha hecho es que intentemos destacar en los pequeños detalles y valores añadidos.

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En su página web vemos una frase que va destinada a las mujeres que dice: “No te dejes deslumbrar por las pasarelas y las revistas de moda”, ¿cree que los cánones de belleza están perjudicando a la mujer actual?
Sí. Y especialmente a la mujer española y mediterránea que tiene un físico muy femenino con un busto generoso, una cintura estrecha y una cadera más amplia. La moda de la actualidad y las grandes tendencias vienen de las actrices de las alfombras rojas o de las cantantes del momento y son siluetas lánguidas, una moda de los años 20 que no es lo que más le favorece a la mujer mediterránea. Afortunadamente, tenemos a nuestra estrella internacional, Penélope Cruz que como buena mediterránea apuesta por grandes escotes, prendas que enmarcan la cintura y las caderas, siendo muy femenina.

¿Qué proyectos de futuro tiene Lorenzo Caprile?
A corto plazo la “III Feria de la Moda Vintage” que se celebrará en el centro comercial de Moda Shopping en Madrid, donde soy uno de los organizadores. Siempre se prepara una pequeña exposición y este año será sobre “The little black dress”, ese vestido negro de fondo de armario que todas las mujeres tenéis para apuros. A medio plazo tengo vestuarios de teatro para mi director Eduardo Gasco para la obra de Camús, “El malentendido”. Además, mantener el día a día con mis clientas que me permita continuar con mi taller, mi oficio y mi carrera, que me apasiona.

@InmaAB1

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