Sus obras no se han prodigado tanto en el mundo de las viñetas como las de muchos otros colegas suyos, inventores de universos fantásticos. Tal vez porque es muy difícil dibujar la ironía. Y aun así hubo quien se atrevió. A fin de cuentas el Mundodisco era demasiado atractivo como para no llevarlo también al cómic.
Terry Pratchett se fue el fin de semana. Supongo que ya había retrasado bastante esa partida de ajedrez que se venía jugando con Muerte quien, por cierto, era uno de sus mejores personajes. Tal vez su nombre no sea muy conocido. Para el gran público al menos. A fin de cuentas solo ha dejado medio centenar de novelas (!!!); apenas unos cuarenta millones de libros vendidos. Si hacemos caso a la Wikipedia a peores fuentes le hace caso el personal ha sido el británico que más ventas de ficción ha generado en la historia, después de J.K. Rowling.
¿Qué escribía este buen hombre para vender tanto? Pues al igual que la Rowling, Terry Pratchett era escritor de literatura fantástica. Aunque la suya no se parezca en nada a la de Rowling. De hecho no se parece en nada a nadie. Ese era su gran mérito: en un género saturado de cuentas e historias que se parecen demasiado sospechosamente unas a otras, Pratchett encontró una voz absolutamente original que lo llevó a destacar. Una voz que, para hacerse una idea aproximada, sonaría como una grabación en la que Terry Gilliam invitase al resto de Monty Python supervivientes a realizar una lectura improvisada de El señor de los anillos.
Desenfadado, mordaz y, en ocasiones, sublime, el Mundodisco de Terry Pratchett sería un lugar ideal para que Don Quijote de la Mancha se soltase la melena. No se podría esperar menos de un mundo plano sostenido por cuatro elefantes sobre el caparazón de la tortuga estelar Gran ATuin. Bueno sí, que estuviese poblado por magos que no saben hacer
magia, funcionarios que antes fueron estafadores y un puñado de brujas versadas en el esotérico arte del sentido común.
Terry Pratchett construyó ese universo a través de una colección de novelas tan caótica e inabarcable como el propio Mundodisco. Afortunadamente para el neófito, además de los sesudos infográficos que explican el orden correcto para leerlas (y que a menudo se contradicen, por cierto), existen también varias adaptaciones al cómic que suponen una buena aproximación al universo. Las dos primeras novelas publicadas por Pratchett, El color de la magia y La luz fantástica fueron las primeras en ser llevadas al cómic. Tiempo después se han publicado dos buenas adaptaciones, ilustradas por Graham Higgins, de ¿Guardias! ¿Guardias? y Mort.
En realidad cualquiera de ellas es un buen comienzo. Todas llevan directamente a ese universo genial llamado Mundodisco. Y una vez allí ya va a ser difícil salir.
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