Paris. 26 de agosto de 1944. La segunda división blindada del general Leclerc empieza a rodar por los Campos Elíseos. Por primera vez en cuatro años las esvásticas negras dejan de ondear en los mástiles de la capital. Los alemanes han sido derrotados y para celebrarlo se organiza un gran desfile. Una marcha triunfal que abrirá una compañía cuyos blindados llevan nombres españoles. Los surcos del azar es la historia de esa compañía y los hombres que la formaron. Una historia contada magistralmente en viñetas por Paco Roca.
Poniendo en riesgo su propia neutralidad para convertirse en narrador de la historia, Roca nos cuenta sus desvelos para encontrar al último superviviente de una cruzada épica y, al mismo tiempo, muy poco conocida: la de los republicanos españoles que, huyendo del fascismo, acabaron desembarcando en Normandía y penetrando con sus blindados hasta el mismísimo corazón del Tercer Reich.
Los surcos del azar es la historia de La Nueve, la novena compañía de la Segunda División Blindada del ejército francés, creada por el General Leclerc cuando Francia había sido doblegada por los nazis. Al mando de un puñado de soldados indígenas, Leclerc logró abrirse paso por el África Subsahariana hasta Argelia donde se unió al desembarco norteamericano que plantaba cara al Afrika Korps del Mariscal Rommel. Allí, en los campos de trabajos forzados, encontró a los que serían algunos de sus soldados más valiosos, un puñado de veteranos españoles de la Guerra Civil que habían sido apresados por las autoridades de Vichy y obligados a trabajar en campos de concentración. Maltratados y sometidos a torturas continuas, en unas condiciones de vida atroces, los republicanos no perdieron ni por un momento la fe en su causa. Por eso casi todos ellos se alistaron en masa en el recién reinstaurado ejército francés para hacer aquello que llevaban haciendo desde 1936: luchar contra el fascismo.
A través de una serie de entrevistas con uno de sus veteranos, Roca va desgranando cómo fue la vida de aquellos hombres y el periplo que vivieron, desde aquellos campos de trabajos hasta la victoriosa entrada en la capital francesa, apenas unos meses después del desembarco de Normandía. Y es que la compañía en la que servían casi todos los españoles, La Nueve, fue la primera unidad aliada en entrar en el París ocupado.
Paco Roca reconstruye su aventura con minuciosidad de cronista, rememorando anécdotas, acciones, uniformes e, incluso, miembros de la unidad con la rigurosidad de un historiador. El propio autor reconoce en los agradecimientos cómo tuvo que recurrir a varios expertos para lograr en la obra la verosimilitud que buscaba y que desde luego logra. Aunque no es esa la virtud más atractiva de Los surcos del azar.
A veces en la Historia, con mayúscula, se desarrollan momentos de tal trascendencia que adquieren categoría de leyenda y el común de los mortales se siente tan abrumado por ellos que llega incluso a tomarlos por mitos. Pierde la capacidad de conectar con ellos y de recordar que, por grandes que fuesen, también involucraron a personas de carne y hueso.
Con este cómic lo que Paco Roca ha logrado es precisamente el efecto contrario. Con una humanidad enternecedora, nos muestra la realidad que hubo detrás de los que hicieron Historia. Y lo hace sin paños calientes, logrando un relato que es íntimo y épico al mismo tiempo; que es trágico y heroico a partes iguales. Una narración extraordinaria en la que es imposible no emocionarse con ese desfile en el que, por primera vez, los que habían perdido su guerra nacional contra el fascismo se sintieron ganadores. Aunque fuese en una patria que no era suya y bajo una bandera prestada.
David Casas