“El experto y la referencia siempre es el público”

A Ara Malikian su padre le puso un violín en las manos a los cinco años. Y cuarenta y un años después siguen sin soltarlo. Ahora, convertido en una de las figuras de la música más respetadas a nivel mundial, el violinista libanés de origen armenio vive dentro de una vorágine de viajes, proyectos y conciertos. Y aún así es capaz de sacar tiempo para dedicar unos minutos a 360gradospress con motivo de su participación en las Mute Sessions de Fundación Telefónica.

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Violín en mano, como no podía ser deotra forma. Y con ese look (pelo a lo afro, camisa de aire hippie y pantalones vaqueroscaídos) que lo aleja tanto de lo que uno siempre ha asociado con la músicaclásica y que, a la vez, le proporciona ese sello distintivo antes incluso deempezar a deslumbrar con las notas que emite su violín. Puede que la marcaMalikian comience ahí. Ahí y en esa sonrisa franca y ese acento que prontodenotan calidez y cercanía. Un hombre de mundo y abierto al mundo que en susviajes prefiere disfrutar de la gente que de los museos, porque piensa que es  compartiendo vida con las personas de la callecomo uno conoce realmente la idiosincrasia de cada cultura, de cada país.Después de escucharle hablar y actuar es inevitable pensar que el mundo que conocemossería mucho mejor si estuviese plagado de tipos como Ara Malikian. Gente que desu paso por los refugios antiaéreos en plena guerra y siendo un niño no sacaodio, sino aprendizaje.


Imagino que allá por1975 no habría demasiados niños aficionados al violín en el Líbano… ¿Cómo llegaa convertirse ese niño en uno de los mejores violinistas del mundo?

No,hombre, no soy uno de los mejores violinistas del mundo. Mi padre era violinistay era un enamorado de la música y del violín y entonces me puso un violín en labarbilla y ahí se quedó. Hasta hoy. (risas)


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Aunque naciste en elLíbano, tus orígenes son armenios. Y tú nunca has perdido tu vínculo conArmenia, ese país que muchos españoles no sabrían ni colocar en el mapa…

Conmis padres siempre he hablado armenio. Tienes que tener en cuenta que elarmenio es un pueblo muy pequeño que hace cien años estuvo a punto dedesaparecer por un genocidio. Eso provocó que los armenios siempre hagan elesfuerzo de guardar su identidad, de preservar su cultura, su idioma y sumúsica. Los armenios hacemos este pequeño esfuerzo para que no desaparezca nuestracultura.


Digamos que fuiste unniño prodigio con el violín en las manos… ¿Pesa mucho esa etiqueta?

Yola verdad es que no me considero un niño prodigio. Pensar que uno mismo es unniño prodigio no es algo muy sano, y yo nunca tuve esa sensación. Al revés,tuve que practicar y hacer mucho sacrificio para poder disfrutar hoy en día demi profesión. Como te digo, no es algo muy sano para un niño pensar que uno es unprodigio.


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Ahora, mucho después deaquello, tu arte es tan reclamado que lo mismo estás tocando en los grandesescenarios de la música clásica que das un concierto en salas pequeñas ymíticas de Madrid como Clamores… ¿Qué te aportan estos pequeños rinconesalejados de los grandes focos?

Muchísimo.No tiene nada que ver un concierto para treinta personas con uno para tres milo treinta mil. Cada uno tiene su encanto. Por supuesto hacer conciertos másíntimos es una cosa muy bonita que no quiero perder. Pero también tocar paramasas te ofrece otras cosas. Son dos tipos de concierto muy diferentes, perosiempre el contacto tiene que ser con el público, sean tres o trescientos.


No sé si tocar en salaspequeñas también es una forma de acercar la música clásica a otro tipo depúblico. Normalmente se asocia esta música con mucho protocolo y ropa deetiqueta. ¿Cómo se consigue que la música clásica llegue a todos los públicos?

Conmucha sinceridad. La música está hecha para todos los públicos y la músicaclásica también. En los últimos años quizás se ha alejado del gran públicoporque puede que mucha gente no se haya sentido identificada con este tipo demúsica, en gran parte por la forma en que se presenta: Con toda su seriedad, susolemnidad, esa sensación de “estirado”… Yo creo que si uno ofrece la músicaclásica de un modo mucho más sencillo y natural puede llegar a todo el público.


Eso se demuestra con losmuchos niños seguidores que tienes. Has trabajado con ellos, has participado enobras de teatro haciendo una revisión humorística de grandes clásicos, te hasacercado al mundo del flamenco… ¿Te ha costado algún disgusto con los máspuristas?

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Disgustosla verdad es que no. Todo lo que hago lo hago con amor, cariño y mucho respeto.Lo hago para compartir con el público. Y si no le gusta al público ahí sí queme doy cuenta de que algo no estoy haciendo bien. Creo que al fin y al cabosiempre tenemos que actuar para el público. Y si la gente disfruta es que estásen el buen camino. Y si no lo disfruta es tu culpa, porque hay algo que noestás haciendo correctamente. Yo no creo que haya expertos en este mundillo. Nisiquiera yo que he dedicado toda mi vida a la música me considero un experto.Al revés, yo considero que cuando alguien está tan metido en la música, pierdela noción del bien y del mal. El experto y la referencia es el público.


Una curiosidad: ¿Cuántosviolines tiene Ara Malikian?

Tengovarios y para cada proyecto busco el adecuado. Tengo uno con el que llevo muchotiempo para los conciertos acústicos, pero luego tengo otros para otrascircunstancias.


¿Y te han regalado muchosviolines?

Regaladono. Un violín no se regala (risas). Quizás, en alguna ocasión puntual, un luthier me ha dejado o me ha regalado unviolín porque le interesa que toque su instrumento, pero los violines pordesgracia son muy caros como para que te los regalen.


Estás tan metido en lamúsica y con el público que llevas años sin parar y llevando a la vezdiferentes proyectos. ¿En qué está trabajando ahora Ara Malikian?

Mivida siempre es lo mismo. Muchos viajes, muchos conciertos… Siempre inventonuevos proyectos, porque me gusta lo que hago y lo disfruto. Entonces me esimposible parar.


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No sé si entre tantojaleo se acostumbra uno al ruido o aún encuentra espacios de silencio…

Obviamenteuno se acostumbra al ruido. Es verdad que yo soy una persona bastante urbana ala que le gusta vivir en la ciudad, pero a pesar de ello llegas a disfrutar delsilencio, de la paz y de la tranquilidad. Aunque sí que es verdad que hoy endía y viviendo en la ciudad es difícil darse el lujo de tener silencioabsoluto.


¿Qué  importancia le das al silencio en tu procesocreativo?

Porsupuesto que es importante. Y no sólo para la creatividad. Más que nada para laconcentración, porque yo creo que para poder crear se necesita poderconcentrarse. Hay gente que tiene más capacidad para aislarse del ruido y otrosque no. Eso depende de la concentración que uno pone. Pero por supuesto queayuda el tener silencio.


¿Cuál es tu sitiopredilecto para buscar ese silencio y desconectar?

Notengo un sitio en particular. Viajo mucho y muchas veces los sitios donde mealojo no los elijo yo. Pero más que el lugar, prefiero elegir la compañía paradisfrutar del lugar en el que estoy.  



Entrevista de @os_delado y @acordellat. Fotos de @eldisparadorjpg

Javier Montes

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