Urinarios al descubierto

Hurgamos en la intimidad de estos espacios públicos de la mano del fotógrafo Daniel Duart

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MarcelDuchamp elevó a la categoría de arte un urinario por el mero hecho de ubicarloen una sala de exposiciones (ready made). Este objeto fetiche de los serviciosde caballeros ha sido retratado en una colección de instantáneas por elfotógrafo valenciano Daniel Duart. Once clics recopilados en la sala deexposiciones del espacio cultural La Pechina de Valencia hasta el próximo11 denoviembre que desnudan el interior de los lugares más íntimos de losestablecimientos públicos: los urinarios.

En ninguna instantánea de lacolección ‘Urinarios’ de Daniel Duart aparece presencia humana, “son lugaresdonde podría haber mucha gente pero que he captado vacíos para que cada cualinterprete lo que le sugieren los espacios”, explica el fotógrafo. Si tenemosen cuenta que son zonas vetadas al público femenino, “conseguimos que la mitadde la población que no sabe cómo son porque las chicas pocas veces entran enlos servicios de chicos, pueda destapar los secretos de los urinarios”, matizael autor de las fotos.

A pesar de que sólo expone 11, adía de hoy Duart asegura contar con una colección de más de 270 fotografías deurinarios, “principalmente europeos, aunque aprovecho cualquier viaje queemprendo para aumentar la lista”. La que destaca por encima del resto, y que dacartel a la muestra, es la de los urinarios del Royal Opera House de Londres,que “tiene un servicio parecido al escenario de un teatro”.

Por encima de la ‘belleza’estética del encuadre que ofrece cada instantánea, la tendencia que hadetectado el fotógrafo durante el tiempo que lleva inmortalizando urinarios esque “los espacios públicos, por muy cuidada que tengan su imagen externa y lasestancias de las que se componen, normalmente dejan en un segundo plano elcuidado de sus servicios”.

Además del Royal Opera House, laexposición atestigua la presencia gráfica del autor en los servicios delestadio de Mestalla, la facultad de Bellas Artes de Valencia, el aeropuerto deStansted (Londres) o la estación de autobuses de la capital del Turia.Distintas formas de facilitar al usuario la evacuación de aguas menores,distintos encuadres que hacen pensar al visitante sobre la intimidad de unosespacios, los hábitos de cordialidad que se dan en su interior entre anónimos,la complicidad o la vergüenza de unos amigos cuando coinciden en los urinarios,la privacidad por la que apuesta quien decide orinar en la taza con la puertacerrada, “o la interpretación de algunos colegas gays que tengo, a los que lesparecen espacios sugerentes”.

Otros urinarios captados porDaniel Duart fuera del catálogo de la exposición apuntan hacia el Ministerio deAsuntos Exteriores o la SGAE, sede ésta última donde ironiza al afirmar que”hay dos urinarios enfrentados  como unacopia simétrica el uno del otro”.

S.C.

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