“Los privilegios no son de una clase, son de los ciudadanos”

360 Grados Press se adentra con Emilio Guitérrez Caba en el cinismo político, el terror psicológico, las trampas, la corrupción, las mentiras y la intención de lavar las manchas de la codicia en los trapos sucios. El actor comparte escenario con Eduardo Farelo en “Poder Absoluto”, una sintonía discordante, irónica, cruel e infinitamente oscura sobre las conversaciones que mantienen dos miembros de un partido político cuando no existen las cámaras o las comparecencias ante la prensa.

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Comenzó a representar teatroen su etapa estudiantil en el Instituto San Isidro  de Madrid. A finales de los años 60 hizo cinecon la película “La caza” de Carlos Saura.¿Qué recuerdos guarda de aquella época?

Hablamos de diez años donde pasaronmuchas cosas. La etapa del teatro fue en 1960 y luego comencé a hacer cine en 1963.Toda la gran época de series de televisión como “Confidencias” y “Tiempo yhora” fueron series de 1964 donde tuve el placer de poder actuar y fue unaépoca que marcó mucho mi carrera. En 1968 fundé una compañía con María JoséGoyanes y comenzamos a hacer teatro por toda España, donde la competenciateatral era muy fuerte y fue complicado que los jóvenes se abrieran camino eneste mundo.

 

¿Le pasan los años volando?

A una velocidad vertiginosa. Debido aque vas acumulando muchas experiencias que comprimen las demás anteriores. Losúltimos años se pasan volando, pero desde 1960 hasta 1970 pasaron muchas cosasy los días parecían casi meses.

 

Actor de casta porque proviene de una familia de intérpretes que seremonta al teatro del siglo XIX ¿tuvo mucho que ver su ambiente familiar paradecidir dedicarse a la interpretación?

Hubo varios factores. Principalmente, quetienes la convicción que en el mundo de la interpretación es donde mejor sabeshacer las cosas. Empecé en un laboratorio de cine revelando películas y luegome decanté por la interpretación. Existe un componente genético, por ejemplo,mi sobrina-nieta tiene una genética que le hace brillar en los escenarios. Elrecorrido genético con Irene y Júlia es evidente, son actrices inmejorables. Enel caso de Irene nos abandonó muy tempranamente y Júlia está casi retirada,haciendo papeles en televisión y ha cubierto una etapa estupenda en el ámbitode la interpretación.

 

Y si hablamos de la obra “Poder Absoluto”veremos una temática concreta sobre trapos sucios en la política,  con momentos de terror psicológico, trampas ytraición. ¿Aspectos con una fuerte carga de actualidad?

(Risas) Es una obramuy interesante porque es un thriller que, mediante bastantes giros, lospersonajes llevan a un discurso político y de pronto desembocan hacia otrasintenciones. Es una obra original española de Roger Peña que le da un valorañadido destacable.

 

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¿A quién interpreta?

Soy un políticoveterano, un político que tiene un pasado muy oscuro que a través de la obra sedesvela, mientras se le exige una contraprestación al político más joven.

 

¿Tiene alguna característica similar a supersonaje?

Personalmente no. Aese personaje le aporto lo que puedo saber de teatro. Es un cínico profesionaly yo lo sería por la edad. Una persona que justifica lo que hace de una manerarotunda como lo suelen hacer los mismos políticos y que se cree lo querealmente hace, que es otra de las artimañas políticas más practicadas.

 

Este papel ha sido el más complicado en latarea de memorizar textos, ¿cómo prepara su personaje?

El texto de la obraera complicado. Practicamos y ensayamos el texto del día 2 de octubre al 8 denoviembre, que se estrenó la obra, aunque intenté memorizar parte del papel afinales de septiembre. El arranque de la obra es un monólogo mío con conceptosmuy complicados, palabras que no son usadas en general y coloquialmente. Mecostó mucho y hubo momentos muy duros. De hecho, me pasaba cuatro horas diariasmemorizando y ensayando. Las conversaciones con Eduard, el otro político másjoven, eran más dinámicas y menos complicadas.

 

¿Qué ocurre con la política en este país?

España arrastró unperiodo de dictadura y luego se pactó una Constitución que no se ha renovado,al igual que otras leyes como la de la Administración Pública, la nodistribución territorial o el sinsentido de las Diputaciones tal y como estánhechas. No se ha llevado a cabo por uno de los dos grandes partidosmayoritarios porque no les convenía y aquello que se pactó en la Constitución,tras una situación dictatorial, debería revisarse a fondo. En segundo lugar, laclase política debe dar ejemplo de austeridad. Al no hacerlo, provoca que estémuy desprestigiado el sistema político y no ellos mismos, lo que puedeconllevar  a salidas ultranacionalistas,fascistas, xenófobas… Se debe dar ejemplo y pensar que los privilegios no sonde una clase, los privilegios son de los ciudadanos.

 

¿Qué haría si se convirtiera en político?

(Risas) Lo primeroque haría es dejar de serlo. Debe de ser muy duro y además lo peor de todo estener esa certeza y convicción de que eres un político.

 

En su intensa carrera profesional primero hizoteatro, luego cine y, por último, televisión con la actual serie “Gran Reserva”.¿Qué características especiales tiene cada uno de estos canales?

Son muy distintos.El teatro tiene que la misma representación de hoy no será igual a la demañana, es una creación que varía o se aproxima. En el cine lasinterpretaciones están siempre y en televisión se plasman y no se sabe cuántotiempo van a durar.

 

¿A quién admira a nivel interpretativo?

A mucha gente en elteatro y el cine español y también del teatro extranjero. En los últimos añoshay una carencia de grandes figuras de anteriores épocas doradas como en elmismo caso de España y Francia. No hay carismas grandiosos, no hay actores queme arrebatan. No hay nivel de producciones, los americanos nos intentan vendery en parte lo consiguen, destrozando los gustos de la televisión británica,aunque a mí me siguen gustando más los intérpretes ingleses. Los actoresamericanos son más exagerados en cuanto a sus planteamientos.

 

¿Cuál es la clave de su éxito?

Uno no tieneconciencia del éxito, en todo caso del fracaso. La gente de mi generación hahecho un trabajo de constancia y honesto. Para nosotros el escenario es unlugar de uso habitual que nos acoge como un seno materno. En la televisióncontrolamos mucho la gestualidad, la gente joven no tiene oportunidades deejercer su carrera en televisión, cine o en teatro. Nosotros tuvimos una gransuerte porque hacíamos producciones teatrales adaptadas a la televisión con muybuenos diálogos y con guionistas espléndidos. Trabajamos con figuras que nosenseñaban mucho y hacíamos 14 producciones a la semana.  

 

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¿Tiene algún ritual o amuleto antes de salir a un escenario?

Sólo pisar con el pie derecho. Depende de lasfunciones, de cómo está el espacio escénico… En ésta tomo un sorbo de aguaantes y toco los muebles.

 

¿Qué opina de las redes sociales y suintroducción en la nueva manera de “ver televisión” y “ver cine”?

El cine es unespectáculo colectivo y la película se proyecta sin interrupción. En laactualidad en la pantalla del ordenador o en el móvil se consume cine, pero noes ver cine. Mi generación se crió en el cine con películas fastuosas, algo quese ha perdido por las redes sociales. Hay una falta de concentración enorme enla película y aspectos que nos los perdemos cuando estamos en Twitter, por loque, tras ver la película se debe de llegar a una reflexión y entonces podemosexpresarla en las redes sociales, pero durante la emisión de la película nodeberíamos. Somos capaces de memorizar y dar nuestra opinión argumentativa yreflexiva tras ver una película. Por su parte, Internet lo uso mucho, pero lamejor comunicación es la verbal, la que se establece en un bar.

 

¿Qué momento dentro de toda su carreraprofesional es el que guarda con más cariño?

He tenido momentosestupendos. Hay muchos, no me podría quedar con uno en especial. Por ejemplo,en materia de estrenos o rodajes como “La Caza”, “El sí de las niñas” o “LaComunidad”, he tenido muchos momentos fantásticos.

 


Reseña

“Poder Absoluto” se estrenó en el TeatroTalia de Valencia el pasado 9 de enero y se representará hasta el día 27.

Sus miradas mezquinas y sus intencionesmacabras recrean un ambiente de tensión y de curiosidad sobre el propioespectador, mediante alguna sonrisa rota por las desesperantes verdades quedialogan ambos protagonistas. La impecable dirección de Roger Carulla seinspira entre el relativo positivismo de Rousseau y la tétrica visión de Plautoy Hobbes afirmando que “el hombre es un lobo para el hombre”, ya que, en elejercicio político se superponen valores como la soberbia, la avaricia y laambición extrema. De esta manera, el director de esta obra ha querido mostrarla hipocresía del poder con la brillante actuación de Emilio Gutiérrez Caba yEduardo Farelo y proclamar un grito agónico y desesperado sobre el rostro de lasiniestralidad oculta de quienes afirman servirnos. Evidentemente, la obra noes una historia real, lo realmente preocupante es que podría serlo.

 

 

@InmaAB1

Inma Aznar

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