Last days of american crime

A veces es difícil trazar netamente la frontera de un género. Incluso de aquellos que parecen a simple vista más fáciles de identificar. Porque Last Days of American Crime se basa en una premisa social y política que rápidamente podrían llevarnos a clasificarlo como ciencia ficción o, incluso, anti utopía. Porque en el fondo estamos ante un relato con una profunda alma negra.

Last Days of American Crime cuenta la historia de un matón venido a menos llamado Graham Burke y del que va a ser su gran golpe. También será el último. Porque en un futuro no demasiado lejano, el gobierno federal de los EEUU ha logrado desarrollar un dispositivo de control mental que permitirá limpiar de la población cualquier inclinación criminal. Y en el momento en el que active este dispositivo el crimen será historia. Literalmente.

Aprovechando sus últimas horas de libertad mental, Graham se desembaraza de sus viejos socios y organiza un nuevo equipo para el golpe. Aunque el plan está muy lejos de ser infalible y poco a poco, esa maldita ley de Murphy que anuncia que si algo puede ir mal, lo hará, se convierte en una máxima inexorable del último gran golpe del crimen americano.

Last Days of American Crime es una historia de Rick Remender dibujada por Greg Tocchini con un estilo moderno, abrupto, crudo y, sin embargo, sorprendentemente clásico en cuanto a los elementos que utiliza para resaltar los aspectos más escabrosos de la historia. Claro que las viñetas no serían nada sin el toque de Remender para salpicar la trama con todos y cada uno de los arquetipos característicos del género, desde la femme fatale hasta los diálogos directos, duros y descarnados.

Desde luego no es un cómic para todos los públicos. Es violento y en ocasiones desagradable. Pero sin duda es una obra interesante para cualquier fan del género negro. Porque esa premisa de ciencia ficción no hace sino acentuar los elementos más turbios de la historia. El futuro de Last Days of American Crime  es un futuro sombrío y mortal, y nada de lo que se nos muestra en él es realmente tan inverosímil que no pueda llegar a ser verdad. El caos, la anarquía, se palpan en cada viñeta y ese acontecimiento, esa activación del control mental definitivo, se cierne sobre los personajes como una sombría espada de Damocles que los empuja hacia delante en una espiral de violenta autodestrucción.

@elplumilla

Manolo Gil