Hollywood tiene tela

Han pasado a la historia como los propios personajes que los lucieron en la gran pantalla. Los trajes más emblemáticos de Hollywood se exponen en Londres, donde se ofrece la oportunidad, no sólo de estar delante de auténticos mitos del cine, sino también de conocer anécdotas y curiosidades acerca de una de las piezas clave de esta industria: el diseño del vestuario.

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Escarlata O’Hara se quejaba a Mammy  en una de las escenas más famosas de lapelícula “Lo que el viento se llevó” porque no tenía ropa glamurosa queponerse. Y, cuando parecía que todo estaba perdido, apareció en la granpantalla con un espectacular vestido verde que se había cosido con unascortinas. Este es el primer diseño de los más de cien que se encuentra elvisitante que llega a la exposición de trajes de Hollywood que acoge el museoVictoria&Albert de Londres hasta el próximo 27 de enero.


“Están justo aquí delante, los auténticos modelos…increíble”, comentaban en la sala. Y no les falta razón. Impresiona sobremaneraque todo el vestuario expuesto esté a escasos centímetros del alcance de loscuriosos. Muchos de los trajes se enseñan al público por primera vez fuera delas pantallas en esta muestra que recoge un siglo de cine, desde 1912 hasta2012.


El recorrido, planteado en tres grandes salas, estáambientado hasta el final con vídeos y música que sumergen al visitante en lasdelicias del séptimo arte. Resulta pasmosamente sencillo adentrarse en cada unade las películas representadas por los trajes que han empujado a los personajesque los lucieron a convertirse en auténticos mitos de Hollywood.


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Indiana Jones es uno de ellos. Steven Spielbergtenía muy claro el vestuario para el arqueólogo del látigo. El director dibujó lo que quería y la diseñadora DeborahNadooman “lo clavó”. Así lo explican en la exposición, donde cada diseño va acompañadode la fotografía del actor que lo vistió, de información acerca del materialdel que está fabricado y hasta del guión de la película que lo catapultó a lafama. Las anécdotas se suceden. El traje de Darth Vader, por ejemplo,  “parece un casco nazi con una armadura detrinchera de la Primera Guerra Mundial”, según su diseñador, John Mollo. Elcapitán Jack Sparrow, al que dio vida Johnny Deep en “Piratas del caribe“, estábasado en Keith Richards; mientras que Jackie Kennedy inspiró los conjuntos de”Una rubia muy legal 2″.


Superman, el primero, el de 1978, sobrevuela latercera sala embutido en su uniforme de superhéroe. Según Yvonne Brake, una delas diseñadoras que lo ideó, se hicieron muchísimas pruebas de tejidos ycolores hasta que, finalmente, dieron con la lycra. Confeccionaron veintetrajes del mismo color, pero con diferentes pesos, dependiendo de si la capa volabao sólo se movía con la brisa.  Estasdificultades no habrían sido tales si en aquel entonces hubiesen contado con latecnología actual.


De hecho, para esta exposición también se han tenidoen cuenta los trajes digitales, como los de la película “Avatar” donde, sinembargo, se confeccionaron cada una de las piezas que después serían virtualessobre los cuerpos azules y esbeltos de los protagonistas.


Nada que ver con los ropajes del pequeño vagabundo enel que se convirtió en 1928 el magnífico Charles Chaplin, quien diseñó su trajepara interpretar a este personaje. “Pues sí que era bajito…sí…”, recalcaba unode los visitantes.


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Y entre tanta estrella internacional, un español.Javier Bardem se cuela en esta emblemática exhibición por su papel en “No espaís para viejos“. A pesar de que en un primer momento la ropa de su personaje,Anton Chigurh, no parece fuera de lo normal, lo es. La idea era proyectar elpánico hasta el extremo. Tanto es así que las botas de vaquero que calzódurante el rodaje estaban pensadas para que, inconscientemente, recordaran a unarma.


El vestuario es uno de los puntos clave que ayudan aque los largometrajes sean todo un éxito, tanto por lo ostentoso y vistoso quepuede ser, como el que lució Gwyneth Paltrow en “Shakespeare in love“, o por susencillez. Alfred Hitchcock dejó muy claro a la diseñadora Edith Head que preferíaque los espectadores no repararan en los trajes de la película “Los pájaros“,pues quería evitar las distracciones para que se centraran sólo en el terror.”Me restringió a dos colores: el azul y el verde”, explica Head.


Donde muchos de los visitantes sí centran suatención, por otro lado,  es en laelegancia del vestido negro que Audrey Hepburn lució en “Desayuno condiamantes“, en los pantalones acampanados de Tony Manero o en el corsé deNicole Kidman en “Moulin Rouge!” que, por cierto, no fue nada cómodo para laactriz, de acuerdo con sus palabras recogidas para esta muestra.


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No muy lejos de estas celebridades se exponen modelosque Kate Winslet y Leonado Di Caprio vistieron para pasearse por el “Titanic”; películaque logró nada menos que once premios Óscar, entre ellos mejor vestuario. Lamisma estatuilla, más otras diez, recogió “Ben-Hur”, que también está presentecon las túnicas de Charlton Heston.


Y de capas también sabe “Harry Potter“, que compartesala con los zapatos de Dorothy, la niña de “El Mago de Oz“. De tan rojos ybrillantes cuesta imaginar que aunque se choquen entre ellos nada mágicoocurrirá. O sí. Porque al levantar la vista sobre los tacones de rubí, elvisitante se topa con el vestido blanco con falda de vuelo que bien podría serla novia de Hollywood: el famoso traje que lució la misma Marilyn Monroe en “Latentación vive arriba“. Éste es el único diseño, por cierto, que está tras unamampara de cristal. Tal vez para que la tela no se erosione… Tal vez paraalimentar el mito que representa el vestido de la rubia explosiva. Hollywood siemprese viste de gala, pero eso sí, con la incalculable ayuda de verdaderos trajesde cine.  

@Lorena_Padilla

Fernando Ferrari

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