¿Complemento estético o elemento protector?

La llegada del buen tiempo propicia el uso de las gafas de sol. El material, la forma y el color de la montura suele guiar la decisión de compra de los consumidores. Sin embargo, su atención debería pararse en las lentes y la protección que éstas ofrecen.

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Los últimos datos facilitados por elConsejo General de Colegios de Ópticos Optometristas son concluyentes: una decada tres gafas de sol vendidas en España no supera los controles sanitariosnecesarios. El precio y el diseño suelen ser los principales factores aconsiderar a la hora de adquirirlas, lo cual denota que gran parte de la sociedadtodavía desconoce la importancia del cuidado de la visión.


En palabras deVicente Roda, presidente del Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunidad Valenciana,uno de los principalesproblemas que tenemos hoy en día es que el concepto de la salud visual no estátan extendido como, por ejemplo, el de la salud de la piel. Todos tenemos claroque cuando llega el verano debemos ponernos cremas para proteger la piel. Sinembargo, no ocurre lo mismo con los ojos: aún nos compramos las gafas de solmás como un complemento estético que como un elemento protector“.


Como consecuencia, en los últimosaños se ha detectado un aumento de las patologías visuales provocadas por elempleo de gafas de sol de baja calidad, como son las cataratas, los terigios,las queratitis, la fotofobia o la degeneración macular asociada a la edad(MDAE). De hecho, éstas, junto con las infecciones oculares típicas, puedenllegar a incrementarse cerca de un 20% durante el periodo estival. Laexplicación es tan sencilla como que los ojos son tejidos que, del mismo modoque la epidermis, están sometidos a la agresividad de la radiaciónultravioleta. Por ello, una buena protección visual se plantea imprescindibleen toda exposición más o menos prolongada al sol, lo cual es una constantedurante el verano.


Desmontar mitos

Con vistas a lograr esto mismo, uncorrecto cuidado de la visión, el presidente del Colegio de ÓpticosOptometristas de la Comunitat Valenciana ve necesario desmontar algunos de losmitos existentes acerca de las gafas de sol. Por ejemplo, la errónea elecciónde unos cristales oscuros. “Una gafa conlentes oscuras no protege, sino más bien al contrario, no filtra. De hecho,limita la luminancia, de manera que se dilata la pupila y se facilita que elojo absorba mayor radiación“, explica. Sin embargo, ocurre que mucha gentedesconoce que lo importante en cuanto a las lentes no es el color, sino su capacidadde filtración. “Cada persona debeprescribirse un tipo de filtro determinado en función de la patología o deldefecto que tenga“, apunta el Dr. Roda. Así, lejos de la prácticacomúnmente extendida, el color de los cristales no debería tomarse enconsideración siguiendo el factor moda. Como bien explica el expertoconsultado, “podríamos decir que loscristales más apropiados en general son los de color gris, ya que filtran todaslas longitudes de onda en la misma cantidad y, por tanto, no desvirtúan loscolores. Los de color marrón serían los idóneos para los miopes y los de colorverde, para los hipermétropes“.


Más allá del color, cabe tener encuenta otros factores que también influyen en lo apropiado de unas gafas. “Podemos protegernos los ojos por variosmecanismos: lentes de absorción, lentes por reflexión, lentes por refracción, lentessegún  filtros de corte… Asimismo,existen las lentes polarizadas, las cuales absorben la luz por determinadosángulos, de manera que no hay reflejos ni deslumbramientos. Por ello, éstas sonmuy adecuadas para la conducción. Solo hay que tener en cuenta que loscristales polarizados no están orientados al eje de las pantallas del coche, porlo que en muchos casos puede que el conductor no vea el instrumental del mismo“,aclara Vicente Roda.


En cualquier caso, la homologaciónes la condición necesaria para toda lente, indiferentemente de sus propiedades.Por ello, garantizar que la salud visual y ocular se mantenga intacta pasa,esencialmente, por rehuir de los canales de venta ilegales o de los establecimientosno autorizados, así como de recurrir siempre a un óptico. “Todas las gafas deben estar homologadas, porque tienen que ser lentesópticas. Detectarlo es muy difícil para el público en general, así que siemprese tiene que acudir a verdaderos profesionales de la visión, quienes solorecomiendan aquello que tiene un soporte científico y pueden aconsejarcorrectamente según cada caso particular“, concluye el presidente delColegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana.

Artículo extraído de Redfarma al Día, revista sociosanitaria editada por Soma Comunicación.

Óscar Delgado

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