Los ángeles de la guarda… y del ruedo

Conocemos las rutinas de los equipos médicos de las plazas de toros y cómo actúan cuando se produce una cogida

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La temporada taurina 2010 ha sido ‘negra’ encuanto a percances. El año empezó con la grave cogida que sufrió José Tomás enla plaza de toros de Aguascalientes en abril. Después, ya metidos en plenoverano, el banderillero Luis Mariscal resultó herido de máxima gravedad en la Real Maestranza de Sevilla. Y,por supuesto, todavía sigue en la memoria del público el aparatoso percance enel que el toro prendió por el cuello al diestro Julio Aparicio en Las Ventas enla pasada Feria de San Isidro. Pero los avances de la cirugía taurina hanpermitido más de un milagro.

 

Un año de trabajo intenso paralos cirujanos de muchos cosos taurinos que han estado ahí en momentos cruciales.Es el caso de Máximo García Padrós, cirujano de la plaza de toros de Las Ventasde Madrid, que asegura que la evolución de este tipo de cirugía “ha sidonotoria en cuanto a las técnicas quirúrgicas, anestésicas, los medios detransporte, las UVI y los quirófanos móviles. Sobre todo, desde la creación deun reglamento nacional, si bien actualmente cada comunidad autónoma tiene elsuyo propio”. Además del cirujano-jefe, estos equipos médicos están formadospor tres cirujanos, un traumatólogo, un médico de medicina general, un ATS y unanestesista.

 

Por su parte, CeliaRodríguez-Hesles, anestesista de la plaza de toros de Almería, añade que hayvariaciones en los equipos de cada coso según su categoría. Concretamente, enla ciudad andaluza, “el equipo lo forma un cirujano jefe, uno o dos cirujanosmás, un enfermero y yo como anestesista”, remarca.

 

Ambos coinciden en lo másimportante a la hora de evaluar la gravedad de una cogida: estar pendiente deltranscurso del festejo. Esta circunstancia es crucial para Rodríguez, quedestaca la importancia de “no perder de vista el festejo para determinar eltipo de cogida y también para hacerse una idea del trayecto interno que puedatener una cornada, es decir, las posibles trayectorias que haya ocasionado elasta”. Y, por supuesto, el factor tiempo, que como señala la anestesista “esvital porque hay que actuar con mucha rapidez para derivar el herido alhospital, si así los requiere”.

 

En cuanto al protocolo que sesigue cuando un torero cae herido, “es importante no perder de vista la corridapara determinar el tipo de cogida. Hay que saber si el toro ha cogido al toreroo si le ha dado un revolcón, para así, hacerse una idea del trayecto internoque puede la cornada. Primero sale corriendo el enfermero y todos le seguimos.Acto seguido, le quitamos la ropa para ver la herida y le suturamos si ha sidoalgo superficial y, si no, lo dormimos”, añade Rodríguez.

Óscar Delgado, Alicante

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