Halloween, la festividad que regresó a Europa

Se acerca el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos en España, Halloween en Estados Unidos o el Día de los Muertos en México. Una misma festividad que se celebra en multitud de países y que en los últimos años ha adoptado la versión más anglosajona. Pero, ¿estamos seguros de que su origen? En 360 Grados Press hemos querido adentrarnos en esta tradición para desmontar lo que mucha gente piensa, que viene del otro lado del Atlántico.

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Son días de limpiar las tumbas de aquellas personas que ya no están entre nosotros. En lugares de España como en La Mancha, los cementerios se llenan estos días de familias que acicalan los mármoles que guardan las memorias de aquellos que se fueron, una imagen que bien supo retratar Pedro Almodóvar en ‘Volver’. Se acerca el Día de Todos los Santos, una festividad arraigada en España que recuerda a los muertos con las visitas de familiares y amigos a los Campo Santos.

 

Sin embargo, desde hace unos años se ha colado en nuestro país la palabra ‘Halloween’ acompañada de niños y niñas disfrazados de zombies y brujas pidiendo por las casas caramelos al son de “truco o trato”. Pequeños y grandes establecimientos, campañas publicitarias, eventos, todo se viste de negro, naranja y morado, los colores de… ¿esta fiesta anglosajona? Nos lo preguntamos porque, aunque oigamos a la gente rechazar Halloween alegando ser una festividad estadounidense, nada más lejos.

 

El psicopedagogo Raúl Carretero analizó y escribió, junto con David Poveda, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, ‘La noche de las calabazas en Cuenca. Algunas cuestiones en torno a la reproducción interpretativa de un ritual infantil’, en el que se realizó una compadión de este ritual con Halloween.  Los más mayores recuerdan que la “noche de las Calabazas” (etiqueta creada para este artículo) data de 1930 o 1940, pero “parece probable que ya antes de esa década se desarrollaba algún rito similar“, comenta Carretero.

 

Aunque esta celebración conquense y Halloween “no son la misma cosa”, según explica, cuentan con un denominador común, las calabazas, si bien es cierto que Halloween “se extiende en Cuenca y en otras ciudades como consecuencia de la influencia de los medios llegados de EE.UU.”. Carretero añade que los más pequeños se convierten en los protagonistas de la celebración de la ciudad de las Casas Colgantes, pues crean un guión, lo adaptan, lo recrean y representan. Con la edad deja de hacerse, y son, después, los propios adultos los que celebran la parte más anglosa de esta festividad en diversos locales de la ciudad.

 

Por tanto, encontramos en España tradiciones similares a la de Halloween, incluso anteriores a que EE.UU. se conformara como nación. En la actual Comunidad de Madrid existen registros de municipios como Estremera, Fuentidueña del Tajo o El Vellón en los que las casas se decoraban con calabazas y, sorpresa, se hacían agujeros en su interior para crear una cara con una vela. Además, es famosa la procesión del “Ritual de las Ánimas” de Soria en la que la gente canta mientras porta calabazas o vajillas de barro agujereada para hacer una hoguera, una tradición inmortalizada por Gustavo Adolfo Bécquer en su cuento de terror ‘El monte de las ánimas’ de 1892.

 

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La festividad celta pagana de Samain

 

El origen real de estos rituales, incluido Halloween, radica en la festividad celta pagana de Samain. Y en México, aunque el Día de los Muertos cristiano fue impuesto tras la conquista española, los aztecas ya celebraban una especie de Festividad de los Muertos 3.000 años a.C.  Así lo explica Manuel Alberro, experto de la cultura celta y profesor de varias universidades en EE.UU., en su artículo ‘El antiguo festival céltico pagano de Samain y su continuación en la fiesta laica de Halloween, el Día de los Difuntos cristiano, y el Día de Muertos en México’ (Universidad de Wisconsin-Milwaukee).

 

Según señala Alberro, Samain, en la víspera del día 1 de noviembre, “ha sido regularmente descrita por celticistas, historiadores y otros eruditos como una ocasión de comunicación con los espíritus de los difuntos, autorizados esa noche a deambular en el mundo de los vivos […] una fiesta de fin de verano o de recogida de las cosechas; y en general una ocasión para poder comunicarse con el mundo de los espíritus“. En este sentido, el profesor apunta más adelante: “Los equivalentes a Samain en el mundo cristianano son el Día de Todos los Santos, introducido por el Papa Bonifacio VI en el siglo VII para suplantar este festival pagano de los muertos, y Halloween como forma no religiosa“.

 

Por tanto, Halloween, una versión moderna del antiguo Samain céltico, arraigado en EE.UU. por la acción de los irlandeses que emigraron en el siglo XIX, ha penetrado tanto en nuestro país como en Latinoamérica por factores como la cultura cinematográfica estadounidense. En cierta manera, además, ha regresado a Europa, ya que sus raíces se encuentran en el Antiguo Contintente. Así pues, cuando se piense en el origen de esta festividad, y al margen de polémicas, hay recordar que tanto Halloween como el Día de los Difuntos en España y el Día de los Muertos en México “no son más que modernas versiones de las arcaicas festividades del céltico Samain y de la Festividad de los Muertos de los aztecas“, como matiza Manuel Alberro.

@_Guiomar_

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