Por fin, la sinrazón ha dado paso a la razón en Televisión Española. Después de casi seis años sin retransmitir una corrida de toros, desde el 5 de septiembre los aficionados han vuelto a disfrutar con un festejo taurino en nuestra televisión, que también es la de todos.
Por eso mismo, porque TVE es de todos/as, los toros debían estar presentes de nuevo en el ente público, aunque a decir verdad, nunca debieron desaparecer. La propia Constitución Española recoge que el Estado debe fomentar la cultura de nuestro país. Por tanto, la televisión pública estatal tiene que “atender la demanda” de los taurinos, ya que es innegable que los toros son parte de nuestro patrimonio cultural. Otra cosa es que haya quien quiera discutirlo, pero es la realidad objetiva, les guste o no.
Con la vuelta de las corridas de toros a TVE se reconoce el derecho que tienen los aficionados a disfrutar de los toros. De modo que los motivos económicos que han servido como baza durante estos seis años para no retransmitir corridas, no son ahora un problema, pues tanto los toreros que han intervenido hoy -El Juli, José María Manzanares y Talavante- como el ganadero -Victoriano del Río-, han renunciado a sus derechos de imagen. Sinceramente, dudo mucho que en cualquier otro espectáculo, los protagonistas cedan parte de sus honorarios.
No quiero acabar este artículo sin hacer un apunte. Ahora hay que ser conscientes de qué festejos de calidad se van a retransmitir, es decir, si Televisión Española busca altos índices de audiencia, tendrá que saber qué festejos taurinos se la van a proporcionar. Y en cuanto a los toreros y a los ganaderos, deberán ser conscientes de que sus faenas y el comportamiento de sus astados respectivamente darán mayor visibilidad a la Fiesta. Aprovechemos la oportunidad que nos brinda TVE para difundir la fiesta taurina tal cual es y tal cual queremos que la entienda la gente, que falta hace.
Adrián Cordellat