Cuando descubrí a Elena Poniatowska
Me apasiona la literatura y siento curiosidad por lo que se cuece en cualquier parte del mundo. Esté donde esté, y por corto que sea mi viaje a un país extranjero, siempre visito alguna librería para conocer lo que se lee en esos momentos y en ese país. Si conozco el idioma y puedo leerlo, compro algunos libros, generalmente de autores contemporáneos recomendados por el propio librero. No es un acto de esnobismo, sino una forma de asociar la literatura a las vivencias y a geografías, a momentos concretos. Una manera de convertir los libros en objetos de mi memoria, porque, a fin de cuentas, las personas no somos nada más allá de la memoria y la literatura.