¿Hegemonía del automóvil?

El cambio climático es un hecho. Dentro del amplio marco que se nos presentan para frenar sus efectos y apostar por un planeta más limpio, destaca la movilidad sostenible: apostar por el uso de los medios públicos, reducir los viajes en coche y, sobretodo, utilizar la bicicleta o andar. Sin embargo, pocas ciudades españolas se han comprometido en el descenso del uso del automóvil.

Los resultados del III Foro de Movilidad, desarrollado por la empresa de movilidad Alphabet, ha realizado un análisis sobre los transportes que los ciudadanos españoles emplean a diario, este estudio ha evidenciado un alza en el uso del coche. El porcentaje ha subido desde el 28% hasta el 61% desde 2015.

Estos datos no sorprenden a nadie. La movilidad en las vías públicas está saturada: paradas de taxis, de autobuses, innumerables aparcamientos de vehículos… Las áreas han dejado de pertenecer al peatón y se explotan para dar cabida a un uso, cada vez más descontrolado, del coche. Ello ha dado lugar a iniciativas como la que se lleva a cabo desde la Conselleria de Movilidad Sostenible de la ciudad de Valencia donde se ha iniciado un proyecto para hacer que las vías de la ciudad sean aptas y accesibles para aquellos que apuestan por la bicicleta como vehículo principal.

Pero Valencia no ha sido la única en alzarse en contra el coche, el Ayuntamiento de Madrid ha presentado un Plan A con el que pretende reducir la circulación de los vehículos más contaminantes para 2025. Pero las restricciones que impone el poder hegemónico del uso del automóvil es el principal freno para el progreso de este tipo de medidas. Como señala el actual concejal de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Valencia, Giuseppe Grezzi, “se ha construido la ciudad en base a que con el coche se puede ir a todas partes”, hecho que ha supuesto que se establezcan rotondas innecesarias o cruces peligrosos por la necesidad de llegar a una zona en el menor tiempo posible y, siempre, con el coche.

En esta línea, el geógrafo, matemático y técnico urbanista Alfonso Sanz Alduán explica que desde la perspectiva del urbanismo, el coche es “un error histórico” el cual “llevamos cien años pagando y pagaremos todavía un poco más”. El automóvil es un vehículo para estar aparcado. Esta es la clave con la que choca con la ciudad. La ciudad es un espacio donde la competencia por el lugar es lo fundamental. “En este sentido, es por lo que el error histórico fundamental del automóvil es su exceso de ocupación de espacio”, indica Sanz Alduán. El estudio en las Cuestas Ecológicas de Transporte de 2014 señala que un coche pasa el 97 % de su vida estando aparcado, por lo tanto, se puede determinar que no hay movilidad de vehículos sin un espacio de aparcamiento.

El técnico en urbanismo explica que en su experiencia en los ayuntamientos para los que ha trabajado, siempre hay problemas sobre las políticas de movilidad: no se quiere tocar el aparcamiento o, incluso se evita el generar más atractivo a través de aparcamientos subterráneos. A esto se debe sumar el comercio, cuya característica principal es el aparcamiento. Sanz Alduán explica que estas nuevas políticas se deben llevar a cabo, pero se hace necesario un consenso entre los vecinos y sus ayuntamientos.

Sharon Reguera

Sharon Reguera