Se dice que después de la tormenta siempre viene la calma y esto es lo que parece que sucederá en los próximos meses en la economía de los españoles después de la crisis. Los consumidores son conscientes de ello y, aunque se mueven con cautela, comienzan a aumentar su confianza y a aprovechar las posibilidades que ofrecen las ampliadas temporadas de rebajas, la compra online y los créditos exprés.
La crisis económica que lleva desde hace casi ocho años minando los bolsillos de los españoles ha dejado un panorama desolador para muchas familias que pintan su realidad de paro, trabajos precarios, dificultades para llegar a final de mes e, incluso, desahucios. Y los bancos no han hecho sino acompañar esta tendencia negativa debido a su falta de liquidez y a su imposibilidad para conceder créditos y préstamos hipotecarios, que aliviarían temporalmente las cargas económicas de las familias, por el riesgo que suponen estas a la hora de retornar el dinero.
Pero parece que este paisaje tétrico comienza a virar hacia el cambio. Las principales figuras del escenario político incluso de la oposición – llevan ya meses anunciando una mejora en la situación del país y que se hará más que visible en el año que hemos iniciado. Y esto se está haciendo evidente en la confianza que los españoles comienzan a volver a depositar en la necesidad de consumo para potenciar y llenar, así, las arcas nacionales.
“Los últimos cuatro años han sido clave para definir la tendencia de consumo de los españoles, ya que, por ejemplo y pese a las reticencias iniciales, las personas han ido abandonando el uso de tarjetas de crédito para girar hacia las de débito y no depender tanto del poder de los bancos”, explica Jean-Bernard Audureau, portavoz de la Asociación General de Consumidores (Asgeco).
Aun así, se aconseja precaución a la hora de comprar, ya que la situación todavía no se ha estabilizado: aunque los resultados interanuales del desempleo son positivos, la calidad de trabajos y sueldos no ha mejorado, mientras que gastos importantes como los del transporte público y la luz han subido considerablemente (un 1,85% más en RENFE desde enero y un 17,7% de incremento en la tarifa eléctrica del mismo mes, según FACUA-Consumidores en Acción, comparado con el mismo periodo de 2014).
A pesar de las recomendaciones, en el último año los españoles han comenzado a consumir más en detrimento de su ahorro, dato que se puede comprobar, sobre todo, en la moda. “Este sector se ha visto tocado por la crisis, pero en los últimos meses también se ha beneficiado de la liberalización y aumento de las épocas de rebajas como estrategia de venta, lo que ha producido que la gente no se limite a enero y a julio para consumir”, analiza el portavoz de ASGECO.
Lo positivo de este cambio es que las familias han escarmentado de los años de crisis y penuria que han atravesado y son más cautos a la hora de consumir. Una previsión en las compras que no les ha llevado a descuidar la relación calidad-precio y que puede que lleve a un bloqueo en los próximos meses de las ventas en marcas blancas, según se augura en el informe Nielsen 360º sobre hábitos de consumo en España de 2013.
Esta cautela, que ha ayudado a superar mejor la temida cuesta de enero, también se ha visto reflejada en las visitas a las oficinas bancarias. Endeudarse con grandes préstamos a largo plazo ya no es una opción, por ello, muchos optan por la petición de microcréditos o créditos exprés como los que ofrecen compañías como Sucrédito.es u Okmoney.es de forma online y que solucionan gastos inesperados del cliente a través de pequeños préstamos rápidos.
El aumento de la seguridad y la confianza que los consumidores depositan hoy en día en la compra online ha favorecido, en parte, el crecimiento y éxito de acogida de estas empresas. De hecho, el 43% de ellos prefiere consumir a través de internet, como indica un estudio sobre los hábitos de los consumidores elaborado por IBM.
Desde Asgeco aconsejan tener una “visión clara” a medio plazo (y no a corto) de la capacidad de financiación que la propia familia tenga, organizar su economía, “no gastar más de lo que se tiene o de lo que se puede devolver al banco” y realizar un consumo razonable, pero a la vez satisfactorio, que permita obtener “lo que se necesita al mejor precio”. En pocas palabras, no buscar la austeridad, sino la compra con cabeza, reflexión y detenimiento.
S.C.