Atados al viento

360gradospress ofrece algunas pinceladas para introducirse en el arte de volar la cometa acrobática.

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La cometa es un objeto ligado a lainfancia, al sueño de poder volar. Sólo nos separa de la fantasía un hilo, conel que podemos dirigir a dónde ponemos rumbo. Sin embargo, se puede ir más alláde dejarla elevada en el espacio y en el tiempo, siendo pequeños o ya  adultos. En España hay diversos clubes de”pilotos” aficionados a la cometa y en todo el mundo se celebran festivales enlos que se muestra la destreza con el artilugio volador en cuestión.

 

Para ello hay que dejar atrás esa cometabarata de aficionado e introducirse en el argot de los pilotos. Hablamos dehacerla bailar al son de la música con piruetas imposibles, creando inclusocoreografías conjuntas de varias milochas. Como explica José Royo, del MilotxesClub de Valencia, “lo primero es buscar una cometa con buena relación calidad-precio que vuele bien, porque la primera cometa es muy importante”. Pareceobvio lo de que tiene que volar bien. Pero es que, como apunta Royo, una cometaque defraude es un potencial aficionado menos. Si nos permite alucinar desde elprincipio, quizá lo hagamos de por vida.

 

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“Con 45 euros tienes una cometa paraempezar a ver si te gusta, de ahí para abajo hay cometas que vuelan y otras queno. Hay que buscar una tienda especializada que veamos que tiene material desdeese precio hasta 400 euros”. La idea es empezar con milochas acrobáticas de doslíneas, es decir, de dos cuerdas, y dejarse asesorar por un profesional. Perono es imprescindible pasar de las dos a las cuatro líneas. La diferencia resideen que en la cometa de dos cuerdas, ambas son de manejo. En las de cuatro, “lassuperiores son de tracción y las inferiores de freno, puedes pararla dondequieras”. La primeras necesitan más aire para elevarse y moverse, y viceversa.El manejo además es totalmente diferente.

 

Según señala Royo, respecto almantenimiento, la afición a la milocha sale barata. Obviamente “hay que tener cuidado con losgolpes, bien contra otra cometa, un poste o superficies duras, pero yo porejemplo he reparado muy pocas…hablamos de muy poco dinero, de 5 ó 10 euros alaño, como mucho”, indica. Eso sí, con la tela hay que tener cuidado y noexponerla al sol cuando estamos parados porque la degrada. Por lo que respectaal hilo, éste se va destensando con el tiempo, y hay que sustituirlo. Pero paraempezar con unos 20 euros estamos listos. Cuanto mejor es el hilo también serámás fácil pilotarlas, porque responden con mayor o menor velocidad a losmovimientos de nuestras manos.

 

Apor el “truco”

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Un vez tengamos montado el material y loempecemos a manejar con cierta ligereza querremos, desde luego, hacer lo que seconoce como “truco”. Se trata de movimientos estandarizados en el mundillo ‘cometero’,que van desde crear giros de dirección instantáneos, aterrizajes de todo tipo odescensos en picado. “Yo estuve hasta seis meses para aprender mi primer axel“, dice Royo. “Ahora hay muchomaterial en internet y pilotos que te pueden enseñar”. Lo primero es ver quétipo de vuelo vamos hacer y juntarse con gente que comparta la misma afición.De hecho, los trucos tienen mucho de intercambio “in situ”. Uno enseña unmovimiento y a cambio recibe más conocimientos. José Royo aconseja, por último,volar siempre que podamos en la playa, porque en la montaña el viento es másinestable. Si no tenemos el mar cerca, hay que evitar viento que venga de entreedificios o laderas. Hay que volar “donde el viento sea constante”.

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V.P.

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